Los comercios 'descarrilan' en El Perchel

Pasear a media mañana por Callejones del Perchel traslada al viandante a una calle casi abandonada, con la mayoría de los comercios cerrados e inundados de polvo, como consecuencia de las obras del Metro, que desde febrero mantienen la vía cortada al tráfico. Claro, que son pocos los que lo hacen y porque es paso obligado para ir al mercado del Carmen. Por la tarde, con el mercado ya cerrado, la situación empeora y la calle queda prácticamente desierta. Son los efectos colaterales que produce una obra de estas dimensiones.

La parte más perjudicada por los trabajos del suburbano ha sido la acera más cercana al centro comercial Larios. Son pocos los locales que mantienen su actividad, mientras que la mayoría ha optado por el cierre. Un bar en la esquina, una agencia de viajes, una inmobiliaria y un par de peluquerías es la oferta que presenta una de las calles más céntricas de la ciudad, mientras que la tienda de Adolfo Domínguez, abierta meses antes de la obra, ha terminado cerrando sus puertas, así como varios establecimientos de ropa surfera. Está claro que no es tiempo para las compras en Callejones del Perchel, pero lo más curioso es que hasta la oficina de información del Metro se ha trasladado a la Plaza San Juan de la Cruz. Y el cierre se ha ido extendiendo en dirección hacia el edificio de Correos, por la Avenida de la Aurora, con varios locales en alquiler, que aún conservan su letrero.

Al otro lado, el panorama no es mucho más alentador. La acera sólo conduce al mercado, no hay salida posible hacia ninguna de las calles de alrededor. Así que, cuando éste cierra, se acaba la actividad en la calle, que hasta las obras era el paso natural hacia la estación de autobuses. A pesar de esto, el número de comercios que sobrevive es mayor a los de la acera de enfrente, quizás por su antigüedad en la zona. Sus comerciantes han intentado que se abriera un paso para peatones por el lateral del mercado que diera acceso a los locales, pero hasta ahora no lo han conseguido.

El ruido es otra constante a la que se enfrentan los vecinos y comerciantes de la calle. "Ya tienes el oído hecho", comenta María Victoria Ruiz, que regenta una herboristería justo al lado del mercado y vive en el piso de arriba. El problema se presenta cuando el ruido surge de repente a las 2:30 de la madrugada, "que ya tienes el sueños cogido", concreta. Por eso, Ruiz ya ha interpuesto dos denuncias, ambas ante Metro Málaga y la Junta de Andalucía, "buscando que al menos respeten el descanso de los vecinos". Pero esto tampoco parece tener solución, ya que en la respuesta recibida por una de las reclamaciones a Metro Málaga se le informa de que "en ocasiones las operaciones de extracción del tubo-junta del muro pantalla se prolongan hasta las 4:00. Esta operación sólo va encaminada a tener hormigonado el panel que se excava lo antes posible con el fin de minimizar la posible desestabilización de la excavación". En esa misma carta, le explican que se hace de esa manera para "reforzar la seguridad", al tratarse de zonas de "difíciles condiciones".

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