Sociedad · Las complicaciones de compaginar vida laboral y familiar

Yo Sí concilio

  • Una artista musical, una política, una empresaria y una nadadora profesional cuentan cómo compatibilizan sus profesiones con el cuidado de sus hijos.

Las mujeres compaginan su vida profesional y familiar. Lo hacen todas y cada una de las que tienen hijos, aunque no acudan con ellos a sus puestos de trabajo. La imagen corriendo de un lado a otro para llegar a tiempo de la guardería a la oficina se viene repitiendo desde que la mujer se incorporó al mercado laboral. Cuentan con el apoyo de sus parejas, de los abuelos, familiares más directos y hasta de amigos para cumplir con sus obligaciones profesionales. Sin tener en cuenta que desde hace años se viene luchando por que la llamada conciliación sea una realidad en todas empresas, por pequeña que sea. Escuelas infantiles, escolarización desde los 3 años, aula matinal, comedor y actividades extraescolares son mecanismos diseñados precisamente para ayudar a la vida diaria familiar. Es complicado conciliar y todas las madres coinciden con esa máxima, pero los padres se las arreglan para salir adelante. Para muestra, un botón. Este periódico ha recopilado tras el gesto de la diputada de Podemos Carolina Bescansa llevando a su hijo al Congreso el testimonio de varias mujeres de sectores tan dispares como el mundo empresarial, político, de la música y del deporte que demuestran que desarrollarse profesionalmente no está reñido con la maternidad.

Los viajes entre Tel Aviv y Málaga no son especialmente cortos. Bien lo sabe la hija de Laura Insausti, cantante del grupo Dry Martina, quien con sólo 20 días cogió por primera vez un avión debido al trabajo de su madre. "Mi caso es difícil porque con una niña pequeña de tres años no puedes irte de gira. Gracias a la familia y a su padre puedo hacerlo", explica.

Su marido, jugador de baloncesto, es el principal pilar para poder compaginar los conciertos con la vida familiar. "Tengo la suerte de que considera que su trabajo es igual de importante que el mío. Nos turnamos para hacer las giras cuando él puede quedarse con la niña y cuando él se va a jugar me quedo yo con ella", añade la vocalista de Dry Martina que se encuentra en la ciudad israelí, desde donde nos atiende. "Mi pareja ahora se encuentra jugando y yo trabajo desde casa", reitera la malagueña.

El próximo 4 de febrero se cambiarán los papeles, ya que comenzará la gira de presentación de Ahora! y durante más de un mes estará alejada de su hija, que se quedará, como de costumbre, entre los brazos de familiares e incluso alguna niñera en ocasiones puntuales. Es esta distancia lo que más cuesta a la hora de organizarse. "Te rompe el corazón cada vez que le llamas. Las conexiones por Skype no son agradables, así que intentamos evitarlas", señala la malagueña, que en ocasiones puntuales ha llevado a su hija a algún concierto "si era al aire libre o no muy tarde".

Insausti no tuvo baja maternal cuando dio a luz ya que fue "en plena época de conciertos". "Es lo que pasa cuando eres autónomo: tuve que trabajar y no descansé", argumenta, añadiendo que la conciliación es problema "también para los hombres" que se ha de reivindicar "más allá de los gestos para generar ruido", en relación a la polémica generada en torno a la diputada de Podemos.

La nadadora olímpica Nina Zhivanevskaya regresó a la competición de élite cuando la primera de sus dos hijos era aún muy pequeña. La deportista compitió en los Juegos de Atenas de 2004, dio a luz a su niña prácticamente un año más tarde y para los Juegos de Pekín en 2008 ya había regresado a la competición. Ahora que han pasado unos cuantos años asegura que aquella época "fue un poco locura, porque te levantas por la mañana, llevas la niña a la guardería, vas a entrenar, pasas de nuevo por la guardería, recoges a la niña, le das de comer, y por la tarde más de lo mismo". Y todo contando con la ayuda de su madre: "Me ha estado ayudando mucho desde el principio y pude aguantar sin llevar a la niña a la guardería hasta que cumplió un año". Sin embargo, su ritmo, a pesar de estar retirada de la competición profesional, no ha variado ni un ápice.

Atiende a este periódico a las 13:30, justo cuando tiene un pequeño descanso en su jornada continúa, que se alarga desde las 9:30 a las 16:30. Trabaja para el Patronato Municipal de Deportes de Torremolinos y lo compagina con sus labores de entrenadora del club de natación de la localidad, con la suerte de que las dos tareas las realiza en la misma piscina municipal. Cuando su hija, de 10 años, y su hijo, de 5, acaban el colegio, su padre se encarga de recogerlos y llevarlos a la piscina. Allí ambos nadan mientras Nina realiza su entrenamiento diario y cuando llegan las 18:30, vuelven a casa todos menos el padre, que continúa trabajando, también en la piscina.

Sobre la diputada en el Congreso la nadadora cree "que no es un buen ejemplo" porque lo hace "sin necesidad ninguna y entiendo que acaba consiguiendo lo contrario a lo que pretendía".

María Paz Hurtado es una gran conocida en el mundo empresarial malagueño. Dirige junto a su marido la exitosa empresa envasadora de aceitunas Hutesa -factura 12 millones de euros al año-. La compañía la fundaron hace 30 años y su hijo, ahora también integrado en la firma, tiene 29. Por lo que los inicios empresariales coincidieron de lleno con su maternidad. "Hubo que dar a luz, amamantar, salir de viaje y la conclusión es que se puede conciliar", resume sobre aquella primera etapa. En su caso, como autónoma, explica que se organizaba con su marido, trabajaba desde casa y si no, pues se las apañaban con "el apoyo en la casa de una asistenta". Aún recuerda un momento muy concreto en el que acabó cerrando un trato con el cliente en su propia casa, porque su hijo se encontraba enfermo y prefirió no dejarlo solo. Ella y su marido se encontraban de viaje y tuvieron que adelantar el vuelo, porque a su pequeño "le dolían muchísimo los oídos y había que volver a casa urgentemente". El niño tenía fiebre, no quería comer, por lo que el encuentro que María Paz tenía concertado en Málaga lo organizó en su hogar. "El niño estaba tranquilo, yo también y el cliente feliz de que le abriéramos las puertas de la casa y de que viviera en un momento tan familiar y entrañable, por lo que lo pude compatibilizar con el cierre del negocio", detalla.

Como empresaria, asegura que las empleadas a su cargo que son madres o están embarazadas disponen de un horario flexible, porque entiende que el trabajo "va más vinculado a la productividad y a la asunción de las responsabilidades laborales que al tiempo".

"Son muchas las mujeres que han pasado por el Congreso y el Senado, menos de las que nos gustaría, pero muchas. Y también muchas de ellas han sido madres y lo han llevado de una forma muy discreta y prudente sin necesidad de acaparar portadas. Han acaparado portadas por su profesionalidad, pero no por ser madres", asegura sobre la polémica generada en torno a la diputada que acudió el pasado miércoles al Congreso con su bebé.

La racionalización de los horarios es fundamental en cualquier profesión, sobre todo si se ocupa un cargo público. La portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de Málaga, María Gámez, ha compaginado desde su entrada en política la maternidad con la actividad pública. La clave, una vez más, está en el entorno familiar: abuelas, cuidadoras y también la guardería han sido las tres bases de su organización. Gámez considera que su papel como madre no le ha perjudicado a su carrera. "He tenido que pasar por los mismos trances amargos. Tuve mi descanso tras el parto pero me incorporé cuando mi hijo tenía menos de un mes, estando en periodo de lactancia", indica la malagueña, madre de tres hijos de 4, 16 y 18 años.

Si se quiere, se puede conciliar, pero el peor aspecto a ojos de la portavoz socialista es que la calidad de vida "desciende": "Hay un enorme coste para los padres, especialmente para las madres, y también para los niños. Procuramos que el tiempo que pasamos con ellos sea de calidad, porque en esa responsabilidad no te puede sustituir nadie".

Gámez es muy dura con el gesto de la diputada de Podemos. "Me parece que no es la mejor manera de reivindicar los problemas de conciliación. Puntualmente puede hacer algo, pero no estamos preparados para esos entornos poco amigables para los niños, quizá debemos mejorar primero eso", critica la portavoz del PSOE.

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