El entrenador de fútbol de categorías inferiores que estaba acusado de haber acosado sexualmente a menores –aprovechando su influencia sobre los jugadores alevines y cadetes que entrenaba– ha sido condenado a 30 años y 11 meses de prisión. La Audiencia de Málaga considera probado que cometió delitos sexuales sobre 13 víctimas. Pese a la condena que le ha sido impuesta, la sentencia reza que debe aplicarse lo dispuesto en el artículo 76 del Código Penal, que recoge “que el máximo cumplimiento no exceda 20 años”. Así, quedan extinguidos los otros diez de la pena.

El técnico también deberá cumplir una medida de libertad vigilada de 8 años con posterioridad a la condena. Los magistrados atribuyen al histórico entrenador cinco delitos de abuso sexual, tres de ellos sobre la misma víctima; exhibicionismo y provocación sexual, embaucamiento y delito intentado de hacer participar a menores en un comportamiento sexual que le perjudique.

Además de los 30 años de prisión, la Audiencia le inhabilita para desempeñar cualquier profesión u oficio que conlleve contacto con menores por un periodo de 20 años y la prohibición de acercarse a las víctimas a menos de 500 metros o comunicar con ellos durante 25 años.

También se le condena por exhibicionismo, provocación y, entre otros, embaucamiento

La sentencia refleja que las víctimas han sufrido “perjuicio moral” y que, de hecho, dos de ellas están “especialmente afectadas psicológicamente”. Todas tendrán que ser indemnizadas con una cantidad total de 54.000 euros. Jugaban en el Málaga CF y en el CF Alhaurín de la Torre, clubes que han sido declarados responsables civiles subsidiarios.

"Atentó a su libertad sexual"

La Audiencia declara probado que el entrenador, “intencionada y conscientemente”, llevó a cabo entre 2011 y 2016 varios actos con los menores, entre ellos conversaciones de contenido sexual o tocamientos, con lo que “atentó a su libertad sexual”. Y ello pese a “tener conocimiento” de las edades de las víctimas, entre 13 y 16 años. Al igual que las acusaciones, los magistrados consideran que el acusado aprovechó su condición de entrenador de varios de estos menores o de utillero, colaborador o encargado de material deportivo para llevar a cabo estos hechos; además de la “especial situación de desprotección” que tenían algunas de las víctimas por vivir fuera de su hogar familiar.

Los magistrados declaran probado que el técnico actuó “intencionada y conscientemente” entre 2011 y 2016 con los menores

El fallo indica que su condición de entrenador o de ayudante que había ejercido “también le valió para continuar en contacto con determinados menores y seguir llevando a cabo actos de naturaleza sexual tendentes a la misma finalidad de satisfacción del procesado”.

La sentencia refleja la “especial situación de desprotección” de algunas víctimas

La Fiscalía había solicitado 100 años y siete meses de cárcel para el entrenador de fútbol base malagueño y mantenía que eran 25 las víctimas, pero los magistrados entienden que no han quedado probado los hechos respecto a 12 menores, principalmente por la inexistencia del material que se le imputa y que supuestamente envió a los teléfonos móviles de los menores.

Fase final del juicio

El juicio, que se celebró a puertas cerradas, llegó a su fase final el pasado mes de octubre tras dar comienzo el 8 de enero. Durante este tiempo, las víctimas han ido ratificando sus declaraciones anteriores en cuanto a acosos, abuso, exhibicionismos y producción de pornografía por parte del acusado. Además, han comparecido policías y testigos.

El ministerio público sostenía inicialmente que el procesado, que dirigió diversas categorías de alevines y cadetes de varios clubes en la provincia, se prevalió de su posición sobre los menores, a los que supuestamente realizó proposiciones y acosó para intercambiar archivos pornográficos; además de que en el caso de uno se le acusa también por abusos.

El procesado dirigió diversas categorías de alevines y cadetes de varios clubes en la provincia

Según las conclusiones provisionales del fiscal, en el caso de una de las víctimas, que entonces tenía 12 años, los abusos comenzaron en 2012. El entrenador le había realizado tocamientos y mostrado vídeos con escenas de pornografía entre adultos cuando iban de viaje con motivo de un partido, aunque en 2016, en palabras de la Fiscalía, mantuvieron otro contacto y le mandó mensajes con imágenes sexuales.

La baja por enfermedad de un magistrado del Tribunal obligó a retrasar el final del juicio. La Sección Tercera de la Audiencia de Málaga celebró una vista en la que las partes expresaron sus argumentos sobre el desarrollo del juicio ante tal imprevisto, tras lo que se acordó que el acusado siguiera en prisión mientras que su abogado pidió su absolución.