¿Cómo pasan el confinamiento varios concejales de Málaga?

El hogar, la nueva Casona en tiempos del coronavirus

  • Varios ediles relatan en primera persona su día a día en plena crisis, en los que se ven obligados a realizar su trabajo desde casa

Gemma del Corral, con su hijo pequeño.

Gemma del Corral, con su hijo pequeño.

Pepe del Río ha cambiado el traje de faena habitual por el chándal de andar por casa; Gemma del Corral aprovecha las horas que le deja su peque y el teletrabajo para cocinar "como si no hubiera un mañana; Eduardo Zorrilla ya hasta sueña con nadar en la piscina a la que hasta la llegada del coronavirus acudía al poco de amanecer. Y todo por la aparición de un invitado indeseado, el coronavirus.

Son las historias más personales de quienes tienen en sus manos muchas de las decisiones de la ciudad y que, como otros miles de malagueños, asumen con la debida resignación el confinamiento obligado por las administraciones competentes. Como tantos otros se ven forzados a transformar sus casas en sus nuevos despachos. Vía WhatsApp, correo electrónico, llamadas telefónicas, ya sea en el equipo de gobierno o en la oposición, tratan de dar cierta normalidad a lo que, a nadie se le escapa, es absolutamente excepcional.

"Estos primeros días están siendo algo caóticos y poco estructurados", relata en primera persona Gemma del Corral, concejala de Sostenibilidad Ambiental, quien trata de encontrar una "rutina" en este nuevo escenario vital. Lo hace siguiendo a rajatabla lo marcado en lo que a salidas se refiere. Solo el pasado lunes, con motivo de la celebración de la comisión municipal de su departamento en la que se dio luz verde al proceso final de municipalización de Limasa hizo una excepción. Cuenta que aprovechó esa circunstancia "para llevar patatas a casa de una amiga que tiene dos niños y no podía salir”.

En el intento de no perder los hábitos anteriores a la crisis, su jornada se inicia alrededor de las 07:00. Tras el desayuno, "empiezo a trabajar revisando correos, contestando y mandando wasap, hago ronda con todos mis gerentes, con los que planteo y repaso el trabajo de la jornada". Son días en los que la aplicación de las medidas de seguridad marcadas por el Gobierno han rebajado al mínimo la actividad municipal. No sólo en el plano político, y esto ha hecho necesario que todos las áreas establezcan unos servicios mínimos. 

Y todo eso, como explica de manera gráfica, "con un pequeño agarrado a mi pierna o pidiendo que lo coja como un koala y al que con 19 meses es imposible explicar lo que pasa y por qué no podemos ir a la calle o al parque”. La mayor aventura que pueden asumir es la de salir “un par de veces al día a la terraza y subir y bajar las escaleras de la urbanización para ir a ver a piña, que es la perrita de la vecina, a la que vemos por la reja”. El confinamiento le permite, además, dar rienda suelta a su perfil gastronómico. “He cocinado como si no hubiera un mañana”.

José del Río, en contacto telefónico desde su casa. José del Río, en contacto telefónico desde su casa.

José del Río, en contacto telefónico desde su casa.

A José del Río la clausura le permite, al menos, una cierta comodidad en el vestir. Dejada la chaqueta a un lado, el chándal toma protagonismo. Para su suerte, al vivir en una casa, tiene cierto espacio exterior donde al menos salir a tomar el aire. Junto a su mujer, vive con su suegro, de 94 años de edad. 

"¿Lo que más echo de menos estos días? Trabajar con mi equipo de forma presencial; soy una persona de contacto directo con los problemas diarios”, explica. Para suplir esta carencia no le queda otra que tirar de los medios disponibles. Teléfono, correos… Con los gerentes de la EMT, Miguel Ruiz (quien sigue acudiendo a su despacho para gestionar el transporte), y Smassa, Manuel Díaz Guirado; con la directora general de Movilidad, Trinidad Hernández, y con el distrito que también dirige, el de Churriana. En esta particular ronda de contactos nunca falta la llamada del alcalde, a quien reporta sobre la situación de sus áreas y departamentos.

Elisa Pérez de Siles, en el despacho de su vivienda. Elisa Pérez de Siles, en el despacho de su vivienda.

Elisa Pérez de Siles, en el despacho de su vivienda.

Confiesa que le está resultando difícil asumir el actual estado. “No soy hombre de quedarme en casa, soy muy activo, pero hay que ser consecuente y predicar con el ejemplo, es la única forma de salir de esta complicada situación", arguye.

"Teletrabajando estoy; ahora mismo hablaba con los portavoces sobre el porcentaje de reparto del Pleno extraordinario", contaba el pasado martes la portavoz del PP en el Consistorio y concejala de Comercio, Elisa Pérez de Siles. Porque aunque el funcionamiento ordinario en la Casona del Parque es escaso, sigue habiendo sesiones impostergables, como el Pleno extraordinario de hoy, en el que el tema de Limasa debe quedar solventado.

"El trabajo administrativo no cambia mucho, el teléfono sigue sonando todo el día y el correo sigue llenándose, pero sí cambia el dinamismo de la tarea. Obviamente no hay citas, no hay visitas, no hay reuniones y por tanto, no hay carreras en tacones por media Malaga como ocurre cada día normal", resume Pérez de Siles. Una de las cuestiones a las que ha tenido que ir respondiendo han sido las dudas de muchos hosteleros tras verse obligados al cierre de sus establecimientos por el decreto del estado de alarma en todo el país.

Eduardo Zorrila mientras practica ejercicio. Eduardo Zorrila mientras practica ejercicio.

Eduardo Zorrila mientras practica ejercicio.

Esta particular agenda, mantiene contacto diario con los gerentes de los organismos de los que es responsable, a lo que se suma "la llamada del alcalde para repasar como ha ido la primera hora de Mercamálaga, si hemos comunicado con los principales supermercados para mejorar las entradas y salidas de usuarios, si los comerciantes de los mercados desempeñan su actividad con normalidad". Un frenesí parecido pero, como ella misma ironiza, "ropa cómoda y sin maquillaje".

El portavoz de Adelante Málaga, Eduardo Zorrilla, vive con su pareja y dos hijos de 16 y 21 años. "Estamos encerrados en la casa", cuenta con cargada resignación en el tono. Dentro de los roles instaurados en su universo privado, es el encargado de hacer las compras. "Soy el único que sale y aprovecho para hacérsela también a mi hermana y a una vecina mayor", expone. 

Como el resto de concejales, buena parte de las horas las dedica a organizar la tarea de oposición, a analizar documentación, a mantener contacto con el resto de integrantes del grupo vía Skype… Pero tras estas palabras, trasciende el Eduardo más personal, el que confiesa que la pasada noche soñó con que nadaba en la piscina a la que, hasta ahora, acudía a diario. "Todos los días iba a las 07:00 y ahora estoy que me subo por las paredes;he soñado que nadaba". Es lo que más echa en falta, el ejercicio físico. Aún así trata de no perder el pulso y realiza a diario una tabla de actividad. “Durante años he estado diciendo que tenía ganas de tener tiempo para aburrirme en la casa, y ahora…".

Daniel Pérez en una conexión por ordenador. Daniel Pérez en una conexión por ordenador.

Daniel Pérez en una conexión por ordenador.

Algo parecido le ocurre al otro portavoz de los grupos de la oposición, a Daniel Pérez, del PSOE. "Echo en falta salir a correr y estar con la gente", cuenta, mostrándose confiado en que pronto se superará esta situación. Como otros muchos, se sirve de las herramientas informáticas para mantener el contacto con sus compañeros de grupo. "Nos reunimos a diario a través de Zoom, por videoconferencia, para tratar los asuntos, casi todos relativos al coronavirus", precisa. 

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