El contraste de los grabados

NATALIA SCHIFF

La Casa de la Cultura de Fuengirola acoge desde el pasado 4 de marzo y hasta el próximo 24 de marzo la exposición de grabados de la artista Natalia Schiff. A lo largo de su trayectoria ha recibido numerosos reconocimientos, como el primer Premio del concurso VIII Premio de Grabado en el Ateneo Universidad de Málaga en 2002. Su último galardón lo obtuvo en 2008, cuando una de sus obras fue seleccionada en el IX Certamen Andaluz de Pintura Contemporánea Ciudad de Torremolinos. A pesar de que la mayoría de sus grabados ya son conocidos en la provincia de Málaga, también cabe resaltar que por el año 1995 sus primeros pasos en el arte fueron expuestos en la Galería Tissmelal de Chefchaouen (Marruecos).

Los grabados de Schiff siguen una línea muy acentuada, donde predominan especialmente los colores neutrales que, además, siempre están caracterizados por el contraste, dado que a menudo se combinan los fondos blancos y grises (de tonalidad clara) con figuras negras o rojizas. En el primer caso destacan, sobre todo, dos grabados de grandes dimensiones que contienen figuras geométricas, en los que se pueden observar un rectángulo vertical y un cuadrado, respectivamente. En ambos casos las figuras parecen sobresalir o incluso desencajar de las plantillas establecidas, de manera que cada persona podrá captar el mensaje de diversas formas.

Otros ejemplos de contraste, en este caso definidos por el blanco y el negro, se pueden encontrar en las curiosas obras Mejillones o Erizos, donde las especies vienen multiplicadas en numerosas ocasiones, completándose así todo el cuadro. Con respecto a las obras de tonalidad grisácea y roja, hay que señalar una serie de grabados singulares cuyo protagonismo está definido por tréboles, tanto de tres como de cuatro hojas. En este sentido, hay una obra formada por tres piezas en las que los tréboles forman varios contrastes. De un lado, por lo colores, donde se mezcla lo claro con lo oscuro, y de otro, por el número de hojas. Así, mientras que en el centro del grabado destaca un cuadrado con un trébol, en la pieza se reconoce otro de mayor dimensión. De este modo, se expone doblemente el significado de cada foliolo (u hoja), ya que éstos representan esperanza, fe, amor y suerte. Así al menos lo cuenta la leyenda, gracias a la cual nació el mito de que hallar un trébol de cuatro hojas significa suerte. Es más, Schiff hace otra representación de la misma mediante otra serie de grabados en los que se ve cómo evolucion la fortuna y donde vuelven a cobrar protagonismo los contrastes de los colores ya mencionados.