La crisis hace más pobre el menú
Menos frutas, verduras, cordero y mariscos, pero muchos más productos precocinados, congelados, bollería, pollo y pasta Las familias readaptan la mesa a las posibilidades del bolsillo
La crisis económica ha cambiado la mesa. Las familias comen ahora menos frutas y verduras que en el año 2007, pero sobre todo muchísimo menos marisco y pescado fresco. Los congelados y el pollo se han impuesto en el escenario a la misma velocidad que han desaparecido el cordero y la ternera, mientras que los precocinados y la bollería siguen al alza.
Las dificultades de las economías domésticas han tenido un impacto lógico y directo en la cesta de la compra. Las estadísticas de Mercamálaga ponen de manifiesto que la cesta de la compra ha suprimido entre 2007 y 2013 más de 18.000 toneladas de verduras (-21%) y 16.000 de frutas (-16%). En el primer caso se vendieron 67.277 toneladas y en el segundo 79.305 en el último año, mientras que el consumo de marisco fresco cayó más de la mitad (-115%) y el pescado retrocedió un 8%.
La detallada estadística que Mercamálaga cuelga en su página web es esclarecedora para comprobar las tendencias de las familias. En 2013 el malagueño consumió 2.573 toneladas de marisco fresco procedente del complejo mayorista, frente a las 5.544 que se registraron en el ejercicio de 2007. El pescado fresco en este mismo periodo se ha reducido de 39.100 toneladas a 35.900. En cambio, el pescado congelado, notablemente más barato, ha aumentado un 60% (de 1.940 toneladas anuales a 3.115) y el marisco congelado se ha anotado un crecimiento del 28% (de 1.326 toneladas a 1.706).
Es significativo comprobar la estadística relativa diciembre del año pasado con la del mismo mes de seis años antes: en las últimas Navidades langostinos y cigalas escasearon tanto como abundaron la rosada y los calamares congelados. En 2007 el marisco fresco que más se vendió ese mes en Mercamálaga fue el calamar (172.427 kilos), seguido del mejillón (119.968 kilos) y la chirla (113.417 kilos). Detrás aparecían la gamba (104.893 kilos) y la cigala (84.000 kilos).
La dieta de las últimas fiestas fue bastante más modesta. El marisco más consumido fue el mejillón (74.000 kilos), y aún así se vendió un 38% menos que en la Navidad previa a la crisis económica. Después se situaron las almejas (51.279 kilos), la chirla (47.351 kilos, -58%), y el calamar (32.113, -80%). Las cigalas ni siquiera entraron entre los mariscos más comprados en las Navidades de 2013. En cambio, en ese mismo mes el consumo de rosada (150.756 kilos) y calamar (84.245) congelado casi se dobló.
En el apartado de pescado fresco, aunque la caída ha sido significativa, se advierte una notable excepción: la cesta de la compra incluye ahora muchos más boquerones. En diciembre de 2013 alcanzaron los 636.000 kilos (+52%), mientras que el jurel, con 188.000 kilos, descendía un 186%.
La información que maneja Mercamálaga también permite distinguir qué ha pasado con las frutas y verduras durante este periodo. Si se analiza la cesta de la compra del mes de diciembre previo a la crisis con diciembre de 2013 se puede comprobar que las peras no fueron la fruta más demandada. Ahora son las manzanas con 913.918 kilos y aún así la venta en el mercado de mayoristas cayó un 17% en diciembre. El segundo puesto lo ocupan las naranjas (835.072 kilos, -15%).
En el apartado de frutas y verduras el tomate es, con diferencia, el más popular en todo momento. No obstante, en el mes objeto del análisis se vendieron 794.662 kilos, que suponen 43.783 kilos menos que seis años antes (-5%), mientras que las cebollas, que le han arrebatado a la lechuga el segundo puesto en ventas, han crecido un 6% hasta alcanzar los 460.460 kilos.
Las estadísticas del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación no descienden hasta el detalle provincial, aunque en todo caso recogen las tendencias generales de la cesta de la compra. Los datos relativos al consumo alimentario en el hogar confirman el éxito que tienen las pastas en tiempos de dificultades. En 2013 (con datos hasta noviembre) el ministerio que dirige Miguel Arias Cañete había registrado en España un consumo de 188,5 millones de kilogramos de pastas, frente a los 158,2 de 2007. Es decir, la presencia de estos productos en la mesa ha aumentado casi un 20% en seis años, mientras la carne de cordero retrocedía casi un 30% y la ternera un 11%. Sin embargo, el pollo ha ganado popularidad. Su consumo ahora es un 18% superior, mientras que el cerdo se mantiene prácticamente estancado pasando de 511 a 499 millones de kilos .
Al tiempo, las salchichas, hamburguesas fiambres y, en general, las carnes transformadas no encuentran obstáculos en estos tiempos de dificultades económicas. Si en 2007 se consumían 486 millones de kilos, en 2013 (con datos de noviembre de 2012 a noviembre de 2013) eran más de 581. Estos datos significan un aumento del 19% pero sobre todo un incremento espectacular del consumo per capita que ha pasado de 6,6 kilos de carnes transformadas por persona y año a 12,5.
Esta evolución en dirección inversa a la dieta sana ha sido aún más acusada en un apartado que el ministerio denomina genéricamente otros productos en peso, en el que se incluyen snack salados, condimentos, harina, encurtidos, pizzas, hojaldres o gelatinas, entre otro otros. En 2007 se comían en España 279 millones de kilos, frente a los 496 de ahora. Es decir, antes cada individuo consumía 5,7 kilos al año, frente a los 10,7 de ahora.
El apartado de bollería, cereales y galletas se ha comportado como corresponde a una sociedad que empieza a dar la vuelta a la dieta mediterránea: su consumo ha aumentado un 13% hasta los 631,6 millones de kilos, con 13,6 kilos por habitante y año.
No obstante, la crisis también ha traído algunas buenas noticias con un mayor incremento de las legumbres en el menú. El empobrecimiento de las familias ha favorecido estos productos más baratos, cuya presencia en la cesta de la compra ha crecido un 3%. Cada español consume en la actualidad una media de 3,3 kilos de legumbres al año. El arroz, en cambio, ha descendido casi un 6% a poco más de cuatro kilos por persona.
En el apartado de bebidas los reveses económicos también han supuesto algunos cambios de interés directamente relacionados con la salud del bolsillo. El vino de mesa sin denominación de origen ha descendido hasta los 223 (-18%), en cambio, el consumo de vinos tranquilos con denominación de origen ha pasado de 129 millones de litros a 136 (5%). Al mismo tiempo, la cerveza ha ganado popularidad. Frente a los 701 millones de litros que se consumían en 2007, ahora se toman 820,6 (17%). Cada español toma en la actualidad 17,7 litros de cerveza al año, frente a los 15,6 que consumía antes de que comenzaran las dificultades económicas.
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