Una cuarta parte de los colegios públicos ya utiliza uniformes

Hace un año que desde la Consejería de Educación se abrió el debate sobre el uso de los uniformes en los colegios públicos de la comunidad. Incluso el presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán, abogó por su uso y afirmó que "no hay cosa más enojosa que un niño de 10 años discutiendo sobre la ropa que tiene que ponerse para ir al colegio". Un año después, se ha incrementado la demanda de este sistema, según afirmó la presidenta de Codapa, Pilar Trigueros. En este sentido señaló que entre un 25% y un 30% de los colegios de Primaria, Infantil y Educación Especial tiene implantado el uso de uniformes escolares. Este dato contrasta con los de los centros de Secundaria, donde la implantación de los uniformes escolares es prácticamente inexistente", afirmó la presidenta de Codapa.

Trigueros también recalcó que "prácticamente la totalidad de los centros públicos que utilizan uniformes lo hacen en ropa deportiva, disminuyendo su uso en lo que es propiamente el uniforme escolar". En este sentido, resaltó que "la provincia de Málaga está a la cabeza de Andalucía" en lo que se refiere a la implantación de uniformes escolares en los colegios públicos.

El proceso de implantación del uniforme ha sido el mismo para todo los colegios. Los padres trasladan su propuesta y para que sea efectiva se tiene que aprobar en el consejo escolar. El uso del uniforme es voluntario y, por tanto, que los alumnos vayan vestidos igual es una decisión de los padres. Por lo general, es el consejo escolar el que elige el tipo de prenda y dónde se pueden adquirir. En algunas ocasiones, lo vende la propia AMPA, o los colegios acuerdan con algún comercio de la zona la distribución de los uniformes.

"Esta práctica comenzó hace unos cuatro años y en los últimos doce meses ha experimentado un gran crecimiento", reconoció Pilar Trigueros, quien añadió que "muchos colegios son los que se encargan de vender la ropa porque la compran en grandes cantidades y así sale más económica".

Los precios oscilan en función de las prendas y materiales escogidos. Pupil Málaga, empresa que distribuye uniformes a una decena de colegios públicos de la provincia, afirma que ha notado un incremento en el último año de la demanda de este tipo de prendas. Por lo general, los centros solicitan el uniforme básico, compuesto por un polo, una camiseta (o de manga larga o manga corta) y un pantalón o falda. El precio medio de este uniforme es de unos 60 euros, aunque este precio puede variar dependiendo el material escogido, así como si el centro demanda que la prenda lleve algún bordado. Si a este uniforme básico se le incluye el deportivo, el precio de la vestimenta escolar asciende a unos 90 euros. "Lo normal es que los padres soliciten dos conjuntos", afirmaron desde Pupil Málaga, por lo que vestir a un escolar durante un curso asciende a unos 180 euros. Desde esta empresa recomiendan a los padres que soliciten los uniformes escolares durante los meses de enero y febrero, ya que muchos lo dejan para el final del curso escolar, por lo que las distribuidoras no tienen tiempo de hacer las prendas.

Por su parte, la presidenta de Codapa aseveró que muchos padres solicitan el uso del uniforme porque lo consideran un ahorro económico, a la vez que creen que llevar uniforme les quita problemas a la hora de vestir a los niños. "Con el empleo de los uniformes se dice adiós al calentamiento de cabeza diario de qué ropa poner a los hijos", aseveró Trigueros. Además del ahorro económico, el empleo de este tipo de vestimenta "quita la rivalidad por las marcas de ropa, que hay padres que no se pueden permitir y así se equipara a todos", recalcó la presidenta de Codapa.

No obstante, recordó que pese a que el consejo escolar de un centro apruebe el empleo de este tipo de vestimenta, "son los padres los que deciden si sus hijos van a utilizar uniformes escolares o ropa de calle para asistir al colegio".

Centros como el Revello de Toro, el Eduardo Ocón, el García Lorca y el Parque Clavero, entre muchos otros, tiene la posibilidad de demostrar su seña de identidad a través de la ropa. Pero aún gana la partida el poder elegir qué vestimenta ponerse cada día.

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