La decoración del puerto
Siete son las piezas más destacadas que ornamentan alguno de los espacios exteriores del recinto portuario malagueño
La pasada semana se colocó como elemento decorativo junto al Instituto de Estudios Portuarios, una estructura que ha traído un premio al Puerto de Málaga. El cubípodo, que así como se llama este elemento concebido para la protección de diques, se está usando en la habilitación y mejora de la dársena exterior y de abrigo de San Andrés. Galardonada esta estructura con el Premio Nacional a la Compra Pública Innovadora concedido en diciembre de 2011 por el Ministerio de Ciencia e Innovación, este elemento forma ya parte de una reducida colección de piezas que decoran el recinto portuario malagueño.
Y aunque otros puertos, tanto nacionales como internacionales, son muy ricos en elementos ornamentales (casi siempre se trata de maquinaria antigua u objetos directamente relacionados con la actividad de los muelles), el puerto malagueño, por el momento, tan sólo está decorado con siete piezas de diferente significación.
Situada en la rotonda frente a la Alameda de Colón, se puede apreciar una vieja grúa de muelle. En la fachada oeste del edificio de la Autoridad Portuaria, en lo que hasta mediados de 2007 era un pequeño jardín, hoy, junto a una zona de aparcamientos, se encuentra una no demasiado cuidada fuente que representa a una lánguida doncella sentada junto al agua. En el atrio de este mismo edificio, una placa cedida por la Fundación Nao Victoria recuerda al malagueño Ruy López de Villalobos; el cual, bautizó a las Islas Filipinas en honor a Felipe II. Conmemorando la visita de Felipe IV a Málaga, una lápida fechada en 1673 decora la rotonda frente a la entrada de la Plaza de la Marina, una verdadera joya de la histórica del puerto de Málaga.
Siguiendo con este recorrido decorativo, en el vial que lleva a la terminal de contenedores, se encuentra una gran roca que recuerda las nuevas construcciones de Poniente; una pieza muy diferente a la plataforma que conformaba el antiguo morro de Levante (integrado entre las dos terminales de cruceros) que constituye un ejemplo de las construcciones portuarias del pasado.
Teniendo en cuenta que además, aunque integrada en el centro comercial del muelle uno, se encuentra la Capilla del Mar, estas son las más significativas piezas ornamentales que decoran el puerto. Unos interesantes elementos que tal vez podrían ser muchos más si se rescataran otras piezas e instrumentos del rico patrimonio portuario malagueño.
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