La manifestación en tiempos de crisis Málaga acogió el acto central de Andalucía

La degradación laboral y el paro convierten en histórica la marcha del 1º de Mayo

  • UGT y Comisiones Obreras cifran entre 15.000 y 20.000 los asistentes · Los líderes sindicales reclaman como patrimonio propio la huelga general, pero hacen un llamamiento a "dosificar las fuerzas" antes de acudir a esta medida de presión

La degradación del mercado laboral, con 210.000 desempleados en Málaga de acuerdo con los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) del mes de marzo, y las crisis abiertas en un importante número de empresas convirtieron ayer la manifestación del Primero de Mayo en una de las más concurridas de la década.

Los sindicatos Comisiones Obreras y UGT, que convocaron la marcha, cifraron la asistencia entre los 15.000 y 20.000 manifestantes, cifras que la Policía Local rebajó hasta los 5.000. En este baile de números lo único cierto es que cuando los dirigentes sindicales comenzaron a tomar la palabra en la Plaza de la Constitución, una masa de manifestantes bajaba todavía por el Paseo del Parque, procedente de la Plaza de la Merced.

Empleo, inversión pública y protección social fue el lema de esta marcha, convertida en el acto central del 1º de Mayo en Andalucía. El secretario regional de Comisiones Obreras, Francisco Carbonero, y el secretario de organización de UGT-A, Francisco Fernández, hicieron hincapié en que las movilizaciones y la huelga general son patrimonio de los sindicatos y los trabajadores. Frente a una pancarta que sostenían dos jóvenes de las Juventudes Comunistas llamando a la huelga general, aludieron a la necesidad de "dosificar la fuerza sindical".

"La huelga general -dijo Carbonero- es nuestro bastión, nuestra posibilidad de lucha más constante y la haremos cuando la agenda sindical lo crea conveniente". También hicieron alusión a la manifestación por el empleo convocada el 15 de febrero en Málaga por el Partido Popular , porque "no han dicho a los empresarios que inviertan y ¡ojo! nosotros no estamos para hacer oposición política". A renglón seguido agregaron que los trabajadores tampoco quieren "anuncios de fin de semana en mítines del presidente del Gobierno", en referencia a las afirmaciones realizadas días atrás por el presidente del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, de que no habrá despidos más baratos ni recortes de la protección social". Estos compromisos, indicaron los dirigentes sindicales, se deben realizar "sobre la mesa del diálogo social".

También hubo palabras ayer para el sector financiero y la patronal a los que hicieron un llamamiento a "la responsabilidad social" porque "han patrimonializado" los beneficios obtenidos en los últimos años, "han dejado las empresas sin activos y ahora no ponen ni un euro en defensa de sus empresas y del empleo".

Sin embargo, apenas una pequeña proporción de asistentes acudió hasta la Plaza de la Constitución para escuchar el mensaje de los líderes sindicales. La mayoría, por ejemplo, no pudo oír que esta no es sólo una crisis económica "sino de valores y de lucha ideológica" porque la manifestación se comenzó a deshilachar a medida que entraba en la Plaza de la Marina y la calle Larios.

El mensaje principal de los sindicatos convivió con las reivindicaciones sectoriales. Los trabajadores de Isofotón ocupaban un emplazamiento preferente en la marcha. Más de 700 empleados, el 95% de una compañía que ocupaba el primer puesto en el firmamento empresarial de Málaga, han sido enviados a sus casas con arreglo a un expediente de regulación de empleo temporal. "La duda es qué va a pasar cuando tengamos que regresar. Reclamamos que la Junta de Andalucía entre como accionista o, al menos, haga una inversión grande para poder salvar la empresa", apuntaba ayer Julio Madrid, del comité de empresa.

Más atrás, confundidos en la masa manifestantes, los trabajadores de hoteles de lujo Puente Romano y Los Monteros. El primero, propiedad del empresario libanés David Shamoom, despidió a una veintena de trabajadores a finales de año y el segundo, adquirido recientemente por el grupo petrolífero ruso North West Oil, tiene abierto uno de los conflictos laborales más severos del sector. Aunque se han saldado parte de las nóminas atrasadas, siguen pendientes de cobro los contratados temporales que trabajaron en el complejo entre septiembre y noviembre del año pasado, mientras que cerca de medio centenar de empleados "estamos de permiso retribuido, pero sin cobrar nada", según el presidente del comité de empresa, José García. El dueño del hotel, Ernest Malyshev, ha sustituido a este personal "por eventuales", según el comité.

Y también un poco más atrás se hacían ver los ex empleados de Internacional Lencera, una textil de Alhaurín El Grande que primero tuvieron que reclamar judicialmente el autodespido porque la empresa no rescindía sus contratos, pero tampoco los despedía ni les abonaba los salarios y, después, han tenido que interponer una reclamación de cantidades porque tampoco les paga las cantidades que les adeuda. Mientras, las antiguas instalaciones fabriles se convierten en viviendas.

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