Los que no van a dejar las mascarillas: "Me parece muy pronto. A mí nunca me va a faltar una"
El Consejo de Ministros prevé suprimir este martes la obligatoriedad de los cubrebocas en interiores, aunque con excepciones
Ya se atisba el fin de la mascarilla. El Consejo de Ministros prevé suprimir este martes la obligatoriedad de llevar cubrebocas en interiores, una determinación que aparecerá reflejada en el Boletín Oficial de Estado el día posterior. No obstante, habrá excepciones. Los centros sanitarios, las residencias y el transporte público son algunos de los lugares en los que seguirá siendo indispensable llevarla. En los espacios de trabajo, serán las empresas las que decidan si sus trabajadores continúan llevándolas o no.
En cualquier caso, el miedo, el respeto y la precaución harán que muchos no se desprendan aún de su mascarilla. Para mantener su seguridad, los que padecen alguna patología; para mantener la del resto, los que conviven con familiares de riesgo, o los que no quieren verse obligados a cerrar temporalmente sus negocios si se contagian de Covid-19.
"Un instrumento de primera necesidad para los trasplantados"
El 13 de abril de 2008 es una fecha marcada en el calendario de Josefa Gómez, presidenta de la Asociación contra las Enfermedades Renales (Alcer) en Málaga. Con problemas renales desde los diez años, ese día recibió su tercer trasplante de riñón, con el que le va "muy bien" y ha ganado en "calidad de vida". Desde que comenzó la pandemia, ha sido muy prudente. "Le debo al donante, que ha hecho un gesto altruista, y a sus familiares cuidarlo", manifiesta.
Hace más de dos años que Gómez no pisa un bar o va al cine. Si visita cualquier espacio interior, no se desprende de su mascarilla. Ha visto fallecer a un familiar y a pacientes renales a causa de la Covid, por lo que no baja la guardia. "A mí nunca me va a faltar una mascarilla", asegura.
Considera que retirar la obligatoriedad de este complemento en espacios interiores es una medida "precipitada", porque "nos ponen en riesgo", apunta. Y es que, las personas trasplantadas generan menos anticuerpos con las vacunas, asegura Josefa Gómez. Por ello, anima a que aquellos que se encuentren en su situación "se la pongan". "La mascarilla se ha convertido en un instrumento de primera necesidad para las personas más vulnerables como nosotros, los trasplantados", expresa.
"Tenemos un contacto muy directo con el cliente"
Leydi Torres abrió su salón de belleza nueve meses antes de que comenzara la pandemia. Desde entonces, está "aguantando". Aunque todas las trabajadoras se han contagiado ya, al menos una vez, de Covid-19, prefieren "mantener las medidas de seguridad hasta que no se normalice un poco la cosa", cuenta.
En Bella Beauty Salón (situado en la capital malagueña), que ofrece todo tipo de servicios relacionados con la cosmética y el cuidado personal, el contacto con el cliente es directo. Razón principal por la que Torres prefiere seguir mintiendo la barrera de la mascarilla. Cuando las trabajadoras se encuentran solas en el establecimiento, tampoco se desprenden de los cubrebocas, salvo que estén en horario de comida, y en todo momento mantienen la distancia entre ellas, garantiza.
"La sensación de seguridad"
Esperanza Rodríguez, dueña de la papelería Copiatinos, también ha tomado la decisión de seguir manteniendo la mascarilla en el interior del establecimiento porque "entra y sale mucha gente de aquí, y nosotras nos quedamos horas respirando el mismo aire", explica. Aunque siempre mantiene la puerta abierta del local para ventilar, asegura que se siente "más segura con la mascarilla puesta". Y es que, al principio de la pandemia, tuvo que lamentar el fallecimiento de un familiar a causa del virus.
Rodríguez no se aventura a calificar o no de precipitada la medida. Señala que la "cosa va mejor" y entiende que "no siempre podemos estar con mascarillas". Sin embargo, reconoce que le va costar quitársela. "Esa sensación de seguridad con ella puesta la vamos a tener ya siempre", declara.
"Tenemos respeto a quitárnosla"
En la frutería Juan y Mari ninguno de los trabajadores se ha contagiado de Covid-19 desde que comenzó la pandemia, ya que todos ellos han llevado "unas medidas muy exhaustivas", cuenta el dueño, Francisco Infantes. En la entrada del establecimiento, hay una barrera que impide el acceso al interior del local. Los clientes son atendidos desde ahí para mantener el "mínimo contacto posible"."Si nos contagiamos tenemos que cerrar el negocio y eso es lo que más miedo nos da", confiesa.
Para el frutero, es el momento correcto de dar un paso hacia adelante y eliminar la obligatoriedad del tapabocas con el objetivo de "normalizar el virus como una gripe más". Sin embargo, reconoce que, en su caso, tienen respeto a quitársela ahora "porque venimos de una Semana Santa con muchas aglomeraciones". Por ello, esperará "a ver cómo evoluciona la situación los próximos días".
"Dentro del vehículo no podemos mantener mucha distancia"
Daniel Rodríguez, dueño de la Autoescuela RG VIAL Teatinos, cuenta que los trabajadores de este centro van a seguir llevando las mascarillas clases prácticas "porque dentro del vehículo no podemos mantener mucha distancia". De la misma manera, también las mantendrán en las teóricas para "que todos nos sintamos más seguros", y "a los alumnos se les va a pedir también que las sigan llevando".
Rodríguez considera que deberían haber esperado un poco más para aprobar esta medida. Además, reivindica que, de la misma manera que en el transporte público continúa siendo obligatorio el uso de la mascarilla, durante las clases de coche en las autoescuelas también lo sea.
"Es más que lógico que sigan las restricciones en las farmacias"
En la farmacia Amiga Borges 31, su dueño, José María Laza, acoge positivamente que para la entrada de estos negocios siga siendo obligatoria la mascarilla. "Es más que lógico que sigan las restricciones en las farmacias. No hay que bajar la atención con el Covid", advierte.
A su juicio, "el uso generalizado de las vacunas está resolviendo un problema enorme que teníamos con los fallecidos y es la mejor protección". No obstante, "la mascarilla también protege, ademas de otras enfermedades como la gripe", apunta. Por ello, Laza cuenta que en los espacios cerrados la seguirá llevando y también lo hará en espacios abiertos, siempre que no pueda mantener un metro y medio de distancia.
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