Un deleite sensual a través del paladar
Aquí es insinuación. No existe la frivolidad. Afrodita no es solo un lugar para disfrutar de los exquisitos platos, también se celebran otro tipos de espectáculos eróticos como despedidas de soltero, cumpleaños o fiestas de camisetas mojadas
Afrodita
Lleva apenas dos semanas abierto y ya se ha convertido en el foco de todas las miradas. En un cartel, situado a dos metros del suelo, se puede leer: "Afrodita. Restaurante erótico". Nadie lo puede ignorar. La curiosidad de los paseantes es infinita. Un hombre levanta la vista en busca del establecimiento que anuncia el letrero. Otro, a una distancia prudencial, asoma la cabeza para intentar ver lo que pasa adentro. Una madre que pasea por la misma acera se desvía con sus hijos por otro camino. La puerta de entrada a la estancia está completamente abierta. Sin embargo, una familia conocida del dueño, niños incluidos, entra en su interior.
Puede parecer un disparate, pero no lo es. Y es que Afrodita, aunque pueda parecer otra cosa, es un restaurante normal apto para todos los públicos, pero con una peculiaridad: se sirve comida afrodisíaca. En realidad, se trata de un plato convertido en una obra de arte. Todos y cada uno de los alimentos están tan armoniosamente colocados que da pena meter el tenedor para comenzar la degustación. En la cocina de Cristiano, el chef de la casa, los productos básicos (carne, arroz y pasta) se mezclan con los sabores más exóticos: salsas de naranja, mango, papaya, cereza o granada. Sentada en la terraza, una cliente ha pedido, de primero, el clásico solomillo de cerdo con salsa de pistachos; de segundo, arroz al champán (la botella incluida, derramándose dentro del plato) y fresas con nata.
Mientras tanto, dentro, una tenue luz carmesí ilumina la estancia. Un póster de Marilyn Monroe da la bienvenida a los clientes. El resto de la decoración se mueve en el ámbito de lo erótico. Es el escenario de una comida placentera, diferente y hasta sublime.
Las dos camareras que trabajan en el restaurante sirven la comida vestidas con ropa ligera. "Se mira pero no se toca", dice Jacomo, el italiano que lleva las riendas del nuevo establecimiento, ubicado en Torremolinos, en la calle Salvador Allende. Aunque no lleva mucho tiempo, los fines de semana se llena.
Aquí todo es insinuación. No existe la frivolidad. El deleite sensual se alcanza a través del paladar. Sin embargo, el Afrodita no es sólo un lugar para disfrutar de los exquisitos platos de Cristiano. También se celebran otro tipo de espectáculos eróticos, como "despedidas de soltero, cumpleaños o fiestas de camisetas mojadas", explica Jacomo. Así, los clientes también pueden contratar exhibiciones privadas.
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