Málaga

Dos delincuentes atracan un banco y logran 100.000 euros

  • La Policía busca a los autores del asalto, que se dieron a la fuga después de hacerse con el botín · Los ladrones esperaron a los empleados dentro de la oficina

Los vecinos del distrito malagueño de Carretera de Cádiz aún se recuperan del susto que ayer pasaron. Todo comenzó pasadas las 8:00 en la oficina bancaria situada en el número 74 de la avenida de Velázquez. Dos individuos con la cara tapada aguardaban en el interior de la sucursal a los empleados, que fueron encañonados cuando se disponían a abrir la puerta principal para comenzar su jornada laboral. Una vez que obligaron a los trabajadores a abrir la caja, los cacos se hicieron con el botín, que ascendía a unos 100.000 euros. Después, consiguieron darse a la fuga por la parte trasera. La Policía Nacional recibió poco antes el aviso de que dos adultos estaban reteniendo a varias personas en un atraco, pero cuando los agentes llegaron los ladrones ya habían emprendido la huida, según informaron fuentes cercanas a la investigación.

El asalto, que culminó en apenas unos minutos, respondió a una estrategia impecable. Los cacos tenían la situación bajo control, dado que posiblemente preparaban desde hace días la consumación del robo. Así al menos lo demostraba el testimonio de Mariana, a quien su trabajo como chatarrera, que le obliga a pasar muchas noches en vela, le permitió oír ruidos el pasado sábado. Desde el garaje en el que vive, escuchó hacia las 3:00 unos golpes que procedían del interior de un local contiguo a la oficina del BBVA. "Salí a fumarme un cigarrillo y seguían los porrazos. Pensé que eran trabajadores y me dije: están locos si se ponen a currar a estas horas", explicó a este periódico poco después de que se perpetrara el robo. Esa misma noche, vio que un vehículo arrancaba de forma brusca y abandonaba la zona. El domingo por la mañana, la escena se repetía y otro coche mostraba una actitud similar. "No queríamos salir para que no nos vieran. Si llego a saber que había alguien dentro de aquel garaje hubiera llamado rápidamente a la policía", aseguró la mujer.

Según las primeras investigaciones, que coinciden además con las hipótesis de los vecinos, los atracadores realizaron un butrón desde un recinto limítrofe con la propia sucursal. "Para robar han tenido que hacer un agujero a través de un ascensor que hay en el edificio", indicó Adela Peña, una vecina que salía de Galerías Sedeño, tienda de establecimiento próxima al banco en que ocurrieron los hechos. La mujer, al igual que otros residentes de la barriada, también vivió el revuelo que originó el atraco. "Estaba levantada desde las 6:00. Me asomé al escuchar las sirenas de la policía y de la ambulancia y pensé: algo grave ha tenido que pasar. Al bajar a la calle, un hombre que estaba esperando para sacar dinero me contó lo que había pasado", detalló la testigo.

El suceso pasó desapercibido para muchos comercios de la zona, pero la presencia de dos hombres que salieron corriendo con una actitud sospechosa alertó, entre otros, a Manuel, que regenta la carpintería Hermanos López. "No sé si serían los atracadores pero iban embalados. Al principio creía que eran trabajadores con prisa, aunque se alejaban más ligeros de la cuenta", comentó. La jornada transcurrió con absoluta normalidad, la misma que pretendieron aparentar los directivos del BBVA. "Me dijeron que el acceso al interior estaba cerrado por supuestos problemas técnicos", afirmaba un cliente.

El de ayer no fue, según el testimonio de los residentes, el único atraco ocurrido en la barriada. "Hace poco robaron en Unicaja. Uno sale con el dinero y parece que los ladrones están al acecho. Ya han atracado a varios ancianos. A uno de ellos le quitaron la paga al salir del banco", recuerda Rafaela, que vive en la calle Berrugete. María Victoria, como otros vecinos, se enteró por este periódico de lo que había pasado, aunque reconoció sentirse alarmada por la presencia policial. "Aquí hay muchos maleantes y pensé que podría haber sido cualquier cosa. Hace poco me robaron en mi casa y ni siquiera se percató la vecina de al lado. A veces nos acostamos y no nos enteramos de nada", destacaba mientras subía a su vivienda, que linda con el edificio asaltado.

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