El desguace de sus barcos, la única opción que tienen para sobrevivir
La crisis en la que está inmerso el sector pesquero está llevando a muchos armadores a paralizar la actividad y solicitar ayudas para desguazar sus embarcaciones
Pocos son los pescadores de la provincia de Málaga que miran al futuro con optimismo. La escalada de los precios del gasóleo, los cada vez más sobreexplotados caladeros y la escasa comercialización de sus capturas están llevando a la ruina a un sector cuya supervivencia empieza a peligrar. En el último año la situación se ha vuelto insostenible. Tanto que muchos han optado por paralizar definitivamente la actividad y desguazar su barco.
Es la única salida que encuentran los pescadores malagueños en este momento para sobrevivir. Sólo desde el pasado mes de mayo la Delegación Provincial de Agricultura y Pesca ya ha recibido 22 solicitudes para pedir una ayuda que permita a los armadores desguazar la embarcación por no poder hacer frente por más tiempo a esta situación.
"Llevamos un año muy malo y la crisis del petróleo nos ha dejado temblando", asegura el presidente de la Federación Provincial de Cofradías de Pescadores, Francisco Pastor. Reconoce que muchos no tienen más remedio que hacerlo "para no perder su casa que tuvieron que hipotecar para poder comprarse un barco nuevo hace unos años".
Para la mayoría se está convirtiendo en una misión imposible llegar a final de mes. "Sólo en gasoil hay quienes se gastan entre 6.000 y 7.000 euros mensuales", según este armador, por lo que algunos "no ganan más de 30 ó 50 euros a la semana después de haber pagado todos los gastos".
Por eso no es de extrañar que la crisis en la que está inmerso el sector pesquero de la provincia desde hace algún tiempo ya haya conducido al desguace al 6,6% de la flota. Los barcos de arrastre y de cerco son los más afectados al tener más gasto de combustible.
Pero la subida de los costes del gasoil no es la única razón de este preocupante panorama. La jefa del servicio de Desarrollo Pesquero de la Junta en Málaga, Elvira Frápolli, señala que este problema es sólo "la punta del iceberg" de las carencias que sufre el sector motivada por la sobreexplotación de los recursos pesqueros y las capturas cada vez más escasas por culpa del agotamiento creciente de los caladeros debido a la fuerte presión a la que han estado sometidos en los últimos años.
Son precisamente los grandes y modernos barcos de los que ahora se quieren deshacer los armadores los que han llevado en parte a la situación actual. "Las embarcaciones con motores más potentes, con medios de detección más sofisticados y con artes de pesca más eficientes han dado lugar a una fuerte presión pesquera y el consiguiente agotamiento de los recursos", asegura.
A muchos pescadores no le salen las cuentas después de asumir los gastos que le supone desarrollar la actividad y hacer frente a las deudas que les ha acarreado la compra de un barco de mejores características cuando la situación del sector pasaba por un mejor momento. Ahora las cosas han cambiado y, además de el incremento de los costes, el sector tiene que hacer frente a los bajos precios que adquieren las capturas de pescado en las lonjas y a la competencia de los productos de terceros países.
El problema es que la Política Pesquera Comunitaria de la Unión Europea obliga a que los barcos tengan una antigüedad de más de diez años para poder recibir una subvención para ser desguazados. Pero a muchos les preocupa no aguantar tanto tiempo.
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