Málaga

La despoblación ya afecta a casi el 70% de los municipios de Málaga

  • Jubrique y Canillas de Aceituno tienen un 30% menos de habitantes que en 2008

  • Los alcaldes de los municipios más castigados piden mejores comunicaciones, más empleo o beneficios fiscales

Una casa a la venta en la localidad malagueña de Jubrique, de apenas 559 habitantes

Una casa a la venta en la localidad malagueña de Jubrique, de apenas 559 habitantes / Javier Flores (Jubrique)

La despoblación ya afecta a casi el 70% de los pueblos de la provincia de Málaga y la perspectiva futura no es precisamente halagüeña, pues las localidades pequeñas están cada vez más envejecidas y las personas tienden a residir en grandes urbes por motivos laborales y de prestación de servicios. Un total de 68 municipios tenían en 2018 menos habitantes que en 2008, según los datos oficiales del padrón que publica el Instituto Nacional de Estadística. De ellos, hay 18 pueblos en los que su población se ha reducido más de un 15% en una década y, dentro de ese grupo, en seis la disminución ha sido superior al 20%. Los municipios más castigados por la despoblación en la provincia de Málaga son Jubrique, Canillas de Aceituno, Igualeja, Genalguacil, Gaucín y Alfarnatejo, siendo los casos más flagrantes los de Jubrique y Canillas de Aceituno porque han perdido un 30% de población en solo diez años.

Jubrique tiene a 559 personas empadronadas frente a las 803 que había en 2008. El alcalde de esta localidad, enclavada en el Valle del Genal, es David Sánchez, del PSOE, y reconoce que “vamos en caída libre”. El regidor explica que “muchos jóvenes se van a Málaga capital o a otras localidades a estudiar, entran a trabajar en empresas, aunque sea como becarios, y se quedan viviendo fuera, por lo que se empadronan en otros lugares”. A eso hay que añadirle que la población está envejecida –la mitad tiene más de 50 años– y que muchos residentes van falleciendo.

La pregunta del millón es cómo cambiar esta tendencia. Sánchez reclama, por ejemplo, a las Administraciones Públicas que hagan más planes de empleo y destaca que quieren crear una cooperativa en el pueblo “porque el 50% del olivar está abandonado y también podríamos generar más valor añadido y generar puestos de trabajo con la transformación de la castaña o de las cerezas”. El alcalde de Jubrique subraya que han triplicado las plazas turísticas desde 2011, hasta sumar 150, y que quieren crear empresas de turismo activo aprovechando que “el paraje natural es inmejorable”. Eso sí, Sánchez sabe que llegar a Jubrique no es fácil. “Hay muchas curvas y eso echa a mucha gente para atrás”. También vería con buenos ojos una mejora de las telecomunicaciones porque “aunque tenemos cobertura 4G falta potencia para trabajar en casa y si hubiera se podría atraer a más personas”.

Varias personas conversan en Jubrique Varias personas conversan en Jubrique

Varias personas conversan en Jubrique / Javier Flores (Jubrique)

El alcalde de la otra localidad con más fuga de personas empadronadas en la última década, Canillas de Aceituno, es Vicente Campos, del PP. La situación de este municipio, situado en la Axarquía, está muy relacionada con los extranjeros. “Nuestra despoblación está ligada sobre todo a la tarjeta de residencia de los extranjeros. Muchos se han ido del pueblo y otros no se han querido renovar en el censo, por lo que estamos haciendo una campaña desde el ayuntamiento para que lo hagan”, expresa Campos. El regidor también indica que hay muchas personas mayores en el pueblo, aunque precisa que en los dos últimos años hay un repunte poblacional porque están dando un cheque bebé de 500 euros por niño nacido. Campos afirma que van a organizar cursos relacionados con el turismo activo y quieren promover la creación de empresas aprovechando su cercanía a Sierra Tejeda-Almijara. En 2018, según el padrón, había 1.620 habitantes en esta localidad.

El otro municipio axárquico que está en horas bajas en cuanto a población se refiere es Alfarnatejo, que ha pasado de 516 residentes empadronados en 2008 a 394 en 2018. “Se debe a la falta de trabajo. La gente joven se va fuera porque la agricultura no la quiere nadie. Los jóvenes se van a Málaga capital, incluso a trabajos precarios, antes que estar en el campo” detalla su alcalde Antonio Benítez (PSOE). El regidor, que tiene 66 años, pide “dar más facilidades a la agricultura porque el precio que se paga por el producto es nulo y quitando el olivar lo demás no da rentabilidad”. Para salir de este atolladero, Benítez quiere impulsar la creación de residencias para mayores o complejos turísticos. “No hay otra salida”, dice de forma tajante, aunque, por ahora, tampoco hay muchos inversores en movimiento.

De los seis municipios que han perdido más población cuatro están en la zona del Genal, fruto de sus difíciles comunicaciones. Si en ir a Ronda se puede tardar una hora y media desde la capital, acceder a alguna de las localidades pequeñas se hace aún más cuesta arriba. Genalguacil está también en esa lista en la que están perdiendo población a pasos agigantados. En 2018, según el Padrón, tenía 393 habitantes, un 25% menos que en 2008 y un 32% menos que hace 20 años. Su alcalde, el socialista Miguel Ángel Herrera, argumenta que la despoblación de su municipio se debe a varios motivos. “El Valle del Genal es el peor comunicado de la provincia de Málaga. Se empezó una carretera con la Costa del Sol hace 30 años y se ha terminado recientemente, pero los autobuses no pueden pasar por las curvas”, lamenta. Herrera también denuncia que “todo es más caro para los que vivimos en los pueblos y en Genalguacil estamos a una hora del hospital más cercano”. “De Genalguacil a Algatocín, que es donde está el centro de salud, hay 16 kilómetros y se tardan 35 minutos. Hay una ambulancia en Algatocín para todo el Valle del Genal, por lo que si hay dos personas con infartos a la vez en distintos municipios la ambulancia no puede ir a uno”, critica.

El alcalde de esta pequeña localidad afirma que “ninguna administración, ni del PSOE ni del PP, se ha tomado en serio el grave problema de la despoblación porque sistemáticamente se ha centralizado todo. Los pueblos no existimos para nadie y para hacer cualquier trámite hay que ir a la capital”. Herrera señala que, además de mejorar las comunicaciones, sería necesario dar beneficios fiscales a las empresas que se asienten en municipios pequeños y defiende que el presupuesto se conceda en función de los kilómetros cuadrados de las localidades y no de la población. En cualquier caso, para hacer frente a la despoblación, el alcalde de Genalguacil destaca que este municipio está apostando por la cultura. “Nos estamos reinventando, poniendo lo que no tenemos y nos hemos convertido en un pueblo museo. Llevamos 25 años trabajando en un modelo de desarrollo cultural, con tradición, arte, cultura y naturaleza”, apunta.

Las carreteras de acceso a los municipios del Valle del Genal son difíciles Las carreteras de acceso a los municipios del Valle del Genal son difíciles

Las carreteras de acceso a los municipios del Valle del Genal son difíciles / Javier Flores (Ronda)

A 21 kilómetros de Genalguacil está Gaucín, que ha perdido un 20% de población en una década hasta contabilizar 1.573 habitantes. “La despoblación es un mal común. A nosotros los que nos salva de la ruina es que en verano recibimos muchos turistas, pero hay que pedir a las Administraciones que inviertan en comunicaciones y que no nos alejen de la calidad de vida que pueda tener una gran ciudad”, dice Pedro Godino, alcalde de Gaucín, quien también aplaudiría que hubiera una mejor fiscalidad local, provincial, regional y estatal para atraer a más residentes. Dentro de lo que cabe, en Gaucín lloran con un ojo porque, según su alcalde, “tenemos un colegio con muchos niños y hay una población joven importante”. Hacen falta muchos más en Gaucín y en todos los pueblos pequeños de Málaga y del resto de España para que esas localidades, muchas de ellas de una gran belleza, no mueran olvidadas.

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