De ser detenido por republicano a dar clases a Primo de Rivera: así fue el hijo adoptivo de Málaga Odón de Buen

El padre de la oceanografía en España recibirá la Medalla de la Ciudad a título póstumo tras retomarse una concesión aprobada en 1936, antes de la Guerra Civil

El catedrático republicano canjeado por la hermana de Primo de Rivera en la Guerra Civil, hijo adoptivo de Málaga

Imagen de Odón de Buen junto a una foto de su biógrafo, Antonio Calvo.
Imagen de Odón de Buen junto a una foto de su biógrafo, Antonio Calvo. / Fernando Moreno

Santiago Ramón y Cajal, Premio Nobel de Medicina en 1906, amaba ir a la tertulia del famoso café Suizo en Madrid. Allí también acudía "un naturalista de mucho mérito, republicano exaltado y librepensador, llamado Odón de Buen". El periodista científico Antonio Calvo (Madrid, 1960) quedó "fascinado" al leer aquello en las memorias del padre de la neurociencia mientras trabajaba en su biografía. La curiosidad le llevó a escribir un libro sobre el catedrático, Odón de Buen: Toda una vida, donde indaga en las aventuras del introductor de la oceanografía en España. Amigo de Cajal y Alberto I de Mónaco, le dio clases al general Primo de Rivera y fue canjeado por su hermana tras ser encarcelado en plena Guerra Civil por republicano, masón y darwinista.

Odón del Buen y del Cos (1863, Zuera -1945, México) será hijo adoptivo de Málaga a título póstumo tras retomarse una petición de 1936. El Consistorio aprobó concederle al fundador del Instituto Español de Oceanografía la Medalla de la Ciudad y el nombramiento de hijo adoptivo en un pleno el 31 de enero de ese año. La Guerra Civil empezó aquel verano y la concesión no llegó a materializarse nunca por su exilio a Francia durante la contienda y su fallecimiento en México en 1945.

Un mura dedicado al catedrático Mural en Zuera.
Un mura dedicado al catedrático Mural en Zuera. / Wikipedia

La Comisión de Pleno de Economía del Consistorio aprobó el mes pasado por unanimidad la entrega de la Medalla de la Ciudad de Málaga y el nombramiento de hijo adoptivo a los descendientes del filántropo zufariense. La Academia Malagueña de Ciencias solicitó la ejecución de este acuerdo tras recuperar toda la documentación relativa que consta en el Archivo Municipal y revisar las antiguas actas del Ayuntamiento.

Este personaje fascinante nace en la segunda parte del siglo XIX, en 1863, en el seno de una familia "más bien normal". Su padre era sastre en un pequeño municipio de Zaragoza. "Tuvo la suerte de dar con el farmacéutico del pueblo. Él lo encauzó. Estudiar naturaleza era lo que más le gustaba. Era un chico muy listo. El alcalde, junto al boticario y al médico, anima a la familia a que hiciera el bachillerato", cuenta Calvo. Las leyes de la Primera República permitían que cualquiera se preparara por libre el examen de acceso a bachillerato. Él lo aprobó con muy buena nota. Fue entonces cuando sus padres decidieron trasladarse a Zaragoza para que él pudiera estudiarlo.

Maestro desde los 12 años

Siendo muy pequeño, con 12 años, dio clases de repasos a otros alumnos más jóvenes. Así, ganaba unas pesetillas y ayudaba también al sostenimiento de la familia. Esto marcaría para siempre su vida: la docencia se convirtiría en una de sus principales vocaciones. "Hizo el curso preparatorio para la universidad en Zaragoza y así pudo llegar a Madrid donde obtuvo una beca que se daba mediante un examen que él ganó. Con esa beca, la ayuda de su pueblo y de nuevo dando clase a alumnos, se pagó sus estudios, que hizo muy brillantemente, con muchas matrículas de honor", recalca.

Una de las personas más importantes en su trayectoria fue Ignacio Bolívar, director del Museo de Ciencias Naturales y profesor suyo en la facultad de Madrid. Él le introdujo en la Real Sociedad de Historia Natural donde se enteraron de que los del ejército de la Marina iban a dar una vuelta al mundo durante cinco años. "Sugirieron que llevaran naturalistas. Y él estaba allí, en el momento adecuado y preparado, porque cuando llegó ahí ya había hecho su doctorado y, por lo tanto, estaba perfectamente preparado para hacer ese viaje", explica el periodista científico.

Otra enseñanza es posible

Al final se trató de una vuelta por Europa en barco y ahí se inicía su idilio con el mar. "Hablamos de un tipo del interior de España, nacido en la estepa aragonesa. Cerca tiene más bien secarral. Decide que el mar es lo que más le gusta y por lo tanto quiere dedicarse a ello", detalla. Descubre también cómo se enseña en otras universidades del mundo como Inglaterra, Francia, Alemania, Rusia, Suecia o Noruega donde se alternan prácticas de laboratorio con salidas al campo. Los estudiantes lo querían tanto porque, según Lozano, "había cambiado la manera de enseñar". "Introdujo dos cosas que hasta entonces no eran habituales: prácticas en el laboratorio (obligar a todo el mundo a diseccionar ranas) y las excursiones al campo (había que enseñar la naturaleza en la naturaleza)", explica.

Otra de las cosas que hace siempre es escribir. Sus inquietudes personales le llevan un día a tocar las puertas del periódico Las Dominicales del Libre Pensamiento, y allí encuentra a una persona que se va a convertir en su mentor político. "Así como Bolívar le hace científico, Fernando Lozano le hace ciudadano del mundo. Le hace masón, le hace libre pensador y le conciencia, digamos, políticamente, para lo que fue toda su vida, que es un hombre preocupado por el destino de los más humildes y un tipo que quería que su trabajo ayudara a que la gente viviera mejor, especialmente las clases más humildes", resume su biógrafo.

En 1980, Odón de Buen obtiene la Cátedra de Biología y Geología en Barcelona. Ese mismo año se casa por lo civil con la hija de Fernando Lozano, Rafaela Lozano Rey. Incluso ninguno de sus seis hijos sería bautizado. "No era tan frecuente en la época", reconoce su biógrafo. También fue periodista científico. "Lo mismo hablaba de la epidemia de cólera que de las líneas férreas de Rusia. Ahí escribió una serie de artículos bajo el título Cartas a un labrador. Le contaba a un supuesto labrador las maravillas de la ciencia y por qué es mejor para la gente del pueblo que haya naturalistas y no curas. Él decía que los naturalistas ayudan a que las cosechas sean mejores y a que la gente viva mejor porque el conocimiento científico te da esa posibilidad y los curas no", defiende.

El enfado del Obispo de Barcelona

Cinco años después, en 1895, escribe manuales donde habla de la teoría de la evolución de Darwin en una España confesional y católica. "El Obispo de Barcelona monta en cólera y hace que ese libro se incluya en el índice de volúmenes prohibidos. Organiza un lío fenomenal para que lo expulsen de la universidad. La tarde que se publican en los periódicos lo va contando por cafés y centros cívicos. A la mañana siguiente, apedrearon la casa del rector y del Obispo. La Universidad estuvo cerrada dos meses. Al final lo readmitieron", cuenta entre risas su biógrafo.

Su conexión con Málaga

Fue fundador del Instituto Español de Oceanografía en 1914. Desde el Instituto llevó a cabo numerosas campañas científicas y consiguió relacionarse con los más eminentes oceanógrafos del momento, entre ellos el príncipe Alberto I de Mónaco. Antes abrió en 1906 un laboratorio oceonográfico en Palma de Mallorca y otro en Málaga en 1911. "Hasta entonces la oceonagrafía no existía como concepto. Se estudiaba fenómenos marinos de forma aislada, no el mar en su conjunto abarcando desde sus procesos físicos y químicos, hasta su dinámica geológica y la vida que albergan sus ecosistemas. Es el padre de la oceonagrafía en España", destaca. En Málaga lo acogieron siempre muy bien. De hecho, quería fundar una universidad del mar. Por esa relacion tan especial con la ciudad lo nombran hijo adoptivo en enero de 1936.

Una ilustración del catedrático.
Una ilustración del catedrático. / lenguasdearagon.org

El comienzo de la Guerra Civil, le sorprendió en el laboratorio de Palma de Mallorca donde se había trasladado unos días antes. Enseguida fue encarcelado por el ejército de Franco, que lo mantuvo preso cerca de un año. Definido como "hombre de paz y espíritu libre", el oceanógrafo había cometido el 'delito' de ser "librepensador, republicano moderadp y anticlerical" en plena contienda. Se consiguió su canje por la hermana y la hija (Pilar) del general Miguel Primo de Rivera, a quien les unía una estrecha amistad.

Su relación con Primo de Rivera

Como el fundador de la Falange no conseguía entrar en la academia militar de Toledo, le pidió ayuda a Odón. Gracias a sus clases particulares consiguió aprobar. "Siendo republicano de toda la vida cuando mejor le fue a él, laboralmente hablando, fue durante la dictadura de Primo de Rivera. Lo nombró director general de Pesca. En ese momento, estaba preocupado porque se pescaba demasiado atún e intento organizar las almandrabas. Había que enseñar a pescar a los pescadores para que pudieron hacerlo al año siguiente. Fue un visionario. Es una definición de lo que hoy llamamos sostenibilidad", subraya.

El hecho de que su hijo Sadí de Buen fuera asesinado en Córdoba al comienzo de la Guerra Civil debilitó su ánimo y agravó su enfermedad. Sufría cataratas y una fuerte diabetes. "Tuvo seis hijos varones. Todos eran la pera de brillantes. El papel de la madre, maestra de profesión, fue fundamental. Era la que les instruía antes de escolarizarles. Todos sacaron el grado de doctor. Cinco fueron catedráticos de universidad. La muerte de su hijo fue un duro golpe", reconoce.

Un documental sobre su figura

Mirella R. Abrisqueta estrenó el año pasado un documental sobre Odón de Buen titulado el Olvido del mar, disponible en la plataforma Filmin. En él, la directora rescata la historia del ilustre y olvidado científicos, uno de los padres de la oceanografía en Europa y fundador del Instituto Español de Oceanografía. La obra ofrece un magnífico vistazo a una época convulsa que fue silenciada durante el Franquismo, su legado en la ciencia y la historia de nuestro país. Cuenta con la voz del actor Carmelo Gómez.

A Calvo lo que más le sorprende de Odón es "su capacidad innovadora". "Es capaz de pensar de otra manera sobre muchas cosas y con tesón. El primero buque oceonográfico lo consiguió porque se iba a esperar a las Cortes al ministro de Hacienda. Le convenció de que se le regalara para el laboratorio de Palma de Mallorca. Hablamos de un barco requisado por el Ministerio de Hacienda con el que Juan March hacia contrabando de tabaco en Baleares", cuenta entre risas.

Al acabar la guerra, el catedrático se exilió a la localidad francesa de Banyuls sur Mer. "Contaba en esos momentos 76 años y se encontraba en un ambiente muy distinto al de la casa de Zuera, en donde hubiera querido retirarse, rodeado de los papeles, documentos, cuadernos y libros que en esos momentos no tenía", cuentan desde la Real Academia de Historia. En 1941 se marchó a México donde falleció cuatro años después. En la actualidad, una fundación con su nombre cuida de su valioso legado y Zuera lo nombró hijo predilecto a título póstumo. Y ahora, casi 90 años después, lo será también de Málaga.

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