El día a día en Los Mártires

Federico Cortés, el único cura de la iglesia de Los Mártires, trabaja unas 12 horas diarias, no descansa los fines de semana, cobra 875 euros al mes y tiene que hacer juegos malabares para que no se le disparen los gastos de su parroquia, una tarea muy difícil teniendo en cuenta que prácticamente todos los meses está en números rojos. Es su vocación, disfruta con ella y no le importa trabajar lo que sea necesario para ayudar a otras personas. Nadie dijo que ser cura fuera fácil, aunque muchos lo piensen.

Cortés se levanta cada día a las 7:30, reza sus oraciones y abre la iglesia a las 9:30 para preparar la misa de las 10:00. A partir de las 10:30 tiene que realizar todo tipo de gestiones. Visita a personas mayores del barrio, a enfermos, arregla papeles administrativos, acude al Obispado, se reúne con colectivos, etcétera. "Cada mañana es muy distinta", afirma. A las 15:00 empieza a realizar trabajos para el Tribunal Eclesiástico y regresa a la parroquia a las 18:00. Tiene una hora para atender a personas que vayan a celebrar bautizos, bodas u otros actos en la iglesia hasta que celebra otra misa a las 19:00. A las 20:00 desarrolla cursos de catequesis, Biblia o liturgia y apoya a grupos de confirmación o de matrimonios, mientras que otras tardes debe acudir a reuniones de consejos, comisiones o juntas de gobierno de cofradías y cabildos. "Casi todos los días acabo sobre las 22:30, salvo tres días al mes que termino a las 1:30 porque hacemos actos de adoración nocturna en la iglesia donde grupos hacen misas y rezos", explica Cortés. Los fines de semana tiene que celebrar bautizos y bodas. "Mucha gente piensa que los curas solo trabajamos media hora al día y con vino", bromea el párroco.

Además de esas tareas, recibe a unas 40 personas a la semana que acuden a la iglesia a reclamar ayuda para pagar el alquiler de la casa o la luz. Este tipo de subvenciones, que pueden cubrir hasta el 100% del importe, son concedidas por Cáritas y un equipo de esta asociación estudia cada caso.

La iglesia de los Mártires es una de las más conocidas de Málaga. De ella salen varias cofradías y es uno de los templos preferidos para la celebración de bodas. A simple vista, podría pensarse que es una de las iglesias con mayor potencial económico de la capital. Sin embargo, como explica Cortés, es todo lo contrario. "La parroquia suele ser deficitaria a final de mes y tenemos varios acreedores a los que vamos pagando poco a poco", subraya.

El sacerdote señala que su feligresía es "pequeña" y está compuesta mayoritariamente por personas mayores con escasos recursos y ciudadanos con poder adquisitivo bajo que viven en la margen derecha del Guadalmedina, entre los que se encuentran muchos inmigrantes. En el capítulo de ingresos, Los Mártires recibe unos 210 euros semanales del cepillo que pasan en las misas del domingo; unos 2.000 euros al mes de los donativos en el lampadario (ofrendas en las velas); las cuotas mensuales que pagan voluntariamente los católicos que quieren ayudar a esta iglesia; y las tasas que cobran por la celebración de bodas, bautizos, comuniones, misas especiales, etcétera.

El capítulo de gastos es más extenso. Para poder dar servicio tienen que tener abierta la iglesia durante todo el día, de forma que cuentan con tres personas fijas en plantilla -un sacristán que vigila el centro, una limpiadora y una administrativa- con sus correspondientes nóminas y pagos sociales. Los Mártires es grande y su factura de luz se eleva a unos 500 euros mensuales. Cortés se sabe además hasta el último céntimo que tiene que pagar cada mes (1.239,87 euros) hasta el año 2025 para abonar el crédito que le concedieron a la parroquia para las obras de mejora de la fachada y el tejado que realizaron entre 2005 y 2007. "El edificio tiene más de 500 años [se construyó en 1487] y el mantenimiento es continuo, no solo en la reparación de humedades, sino de los bancos, la iluminación, la alarma, la megafonía...", relata Cortés, quien no tiene tiempo para aburrirse.