Cada día se celebran 15 bodas y se rompen 13 parejas

Quince parejas se casan cada día en Málaga, pero otras 13 se divorcian o separan judicialmente. La interinidad de las relaciones sentimentales es uno de los rasgos más acusados que ha traído consigo el siglo XXI. El año pasado se registraron en la provincia 5.739 matrimonios y 4.930 rupturas legales. De seguir este ritmo, el saldo entre las uniones y las desuniones será pronto negativo. Esta evolución se ha producido a pesar de que la crisis económica ha implicado un significativo descenso de las rupturas. En 2006, cuando los reveses laborales y financieros todavía no se vislumbraban en el horizonte, se formalizaron 5.472 divorcios y separaciones.

El año pasado fueron un 10% menos. El Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) publicó ayer los datos correspondientes a los tres primeros trimestres de 2011 que recogen 3.201 rupturas, cifra que comparada con el mismo periodo del último año supone otro descenso del 10%. La percepción general es que las parejas parecen tentadas a concederse una tregua antes de formalizar la separación. Y aún así, los matrimonios y los divorcios están a punto de converger. Porque en este mismo periodo los matrimonios también han caído de forma significativa, tendencia que se atribuye tanto a la nueva cultura social de optar por la pareja de hecho como a las dificultades para abordar bodas en tiempos de dificultades económicas. En cualquier caso, en 2006 se produjeron en Málaga 7.463 matrimonios, exactamente un 23% más que el año pasado, según la información oficial publicada por el Instituto Nacional de Estadística. Esto quiere decir que en 2006 se producían cada día 20 matrimonios, cinco más que ahora, y casi 15 rupturas (dos más que en la actualidad).

Otro de los cambios sociales que pone de manifiesto la estadística es que el matrimonio civil ha ganado la partida al religioso. Los datos indican que frente a las 2.433 bodas católicas y 64 de otras religiones que tuvieron lugar durante el último año, se produjeron 3.239 enlaces civiles (56%). En 2006, sin embargo, el panorama era el opuesto: 4.436 matrimonios católicos (59%), frente a 2.985 matrimonios no religiosos (40%).

Esta creciente tendencia a romper las relaciones sentimentales va unida, sin embargo, al consenso. Los juzgados de familia de Málaga han sido pioneros en España promoviendo los divorcios de mutuo acuerdo. En la capital, donde funcionan tres órganos judiciales especializados en procedimientos de familia, se ha logrado que prácticamente el 80% de las separaciones y divorcios se resuelvan de forma amistosa. Estas cifras se sitúan 20 puntos por encima de los juzgados de la provincia, en los que estos asuntos se ventilan junto al resto de las causas civiles. Los juzgados de la capital iniciaron hace más de una década un plan en tres direcciones para asentar la cultura de los acuerdos en caso de matrimonio entre los ciudadanos, la abogacía y el propio sistema judicial. El magistrado José Luis Utrera elaboró unas tablas que establecían las pensiones alimenticias de los menores en función de los ingresos familiares. De esta forma, se ofrecía un criterio de objetividad para atajar la discrecionalidad del Código Civil, que alude a la "acomodación a las circunstancias y necesidades" para determinar de qué manera deben abordar los cónyuges el mantenimiento de los hijos nacidos en la pareja.

Al tiempo, se puso en marcha un servicio de mediación intrajudicial para buscar acuerdos aún cuando la pareja haya iniciado el proceso de divorcio con las espadas en alto. Estas iniciativas se han completado después con guías de buenas prácticas dirigidas a evitar los costes emocionales e, incluso, económicos de los desentendimientos, porque redundan en una menor litigiosidad. Al tiempo existe la percepción de que la mayor parte de las parejas de hecho suelen resolver por su cuenta sus rupturas, acudiendo sólo en casos muy puntuales a los juzgados, especialmente cuando tienen hijos y no logran ponerse de acuerdo en aspectos como la custodia o los gastos derivados de su crianza y educación.