Un día para festejar la identidad gitana

Los niños del CEIP Doctor Gálvez Moll piden más visibilidad para esta etnia que cuenta con un alto índice de abandono escolar

Dos niños izan la bandera en el patio del centro público de la barriada de La Palmilla.
Dos niños izan la bandera en el patio del centro público de la barriada de La Palmilla.
Cristina Fernández / Málaga

12 de abril 2012 - 01:00

El 8 de abril de 1971, en Londres, se empezó a escribir la historia moderna del pueblo gitano. En el primer congreso mundial, hace ya cuatro décadas, se instituyeron la bandera y el himno que ayer izaron y escucharon con respeto los niños del CEIP Doctor Gálvez Moll, en el barrio de La Palmilla. Los escolares de esta etnia, que suponen el 48% de los alumnos del centro, celebraron este día internacional con la pretensión de "mirar al futuro con esperanza" y el deseo de una sociedad que respete más la diferencia.

"Exigimos un esfuerzo frente a los grupos que promueven la xenofobia, el racismo y el rechazo", leyó ayer un alumno en una carta abierta en la que también pidió "más visibilidad, mayor participación social y proyectos de mejora para la convivencia intercultural". Como dijo Juanele, la diversidad "es riqueza y de nosotros depende poder disfrutarla". El delegado de Educación, Antonio Escámez, y el concejal de Derechos Sociales del Ayuntamiento, Francisco Pomares, participaron en el sencillo acto que reunió también a directores de otros centros e instituciones vinculadas con el pueblo gitano. "Creo que es importante lanzar este mensaje de solidaridad e igualdad de derechos, algo que tiene que calar desde la infancia", dijo Escámez, que quiso además destacar la necesidad de "huir de los estereotipos de marginación para hacerles comprender que con estudio y esfuerzo se puede conseguir lo que se propongan".

Entre los niños gitanos aún perviven altos índices de abandono escolar. De hecho, el 50% de los alumnos del CEIP Doctor Gálvez Moll abandona los estudios cuando pasa al instituto, es decir, a los 12 años. "Sobre todo las chicas, adolescentes que se quedan embarazadas con el visto bueno de la familia", señaló José López Díaz, director de este centro en el que hay matriculados 185 niños. "La Fiscalía mira hacia otro lado cuando tendría que ser ejemplarizante y obligar a las familias a que sus hijos continúen en la enseñanza hasta los 16", añadió López Díaz, que también lucha a diario contra el absentismo. "En este barrio aún tenemos que trabajar para recuperar la asistencia al colegio, hay familias tradicionalmente absentistas", dice Paloma Mora, trabajadora social de los Servicios Sociales Comunitarios del Ayuntamiento.

Y para un pueblo en el que tradición y familia están fuertemente arraigadas, contar con ejemplos en la propia casa puede ser una forma de motivar a los niños para continuar los estudios. Así lo cree la Fundación Secretariado Gitano, que quiere convertir a las madres que demandan el graduado en ESO en "referentes, modelos a seguir" por sus propios hijos. "Queremos animar a las madres porque además pensamos que puede ser una forma de enganchar a que los niños sigan en la educación", comentó Tamara Esteve, coordinadora provincial de la fundación. Esteve destacó también que hay una gran comunidad gitana con una formación cualificada y que se deben de romper los estereotipos. Además aseguró que este tipo de actos se aprovechan para "seguir pidiendo el trabajo en red entre administraciones públicas y privadas para dar ese empujón social a las personas que lo necesitan".

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