"Tuve que buscar en el diccionario si el término consenso existía en español"
Defensora incansable de su libertad e independencia, la empresaria finlandesa reflexiona sobre los déficits de la democracia y el principal de sus males: la partitocracia
La empresaria Suvi Kauranen (Konnevesi, Finlandia, 1957) desembarcó en Fuengirola en 1992 con dos hijos pequeños y sin más equipaje que su determinación. No fue una aventura fácil. Limpió casas y hubo días en los que tuvo que decidir si comprar pasta de dientes o leche. Independiente y decidida, fundó un restaurante temático de golf, poco después una sociedad de servicios turísticos y luego la inmobiliaria Suvilla. Ha capeado cinco años de temporal no sin dificultades, pero desde hace un año sus ventas son similares a las de antes de la crisis. Entró en la política local y fue tres años concejala del equipo de gobierno de Esperanza Oña (PP) en su municipio hasta que abandonó espantada porque, según dice, en política no se persigue el bien general, sino el de cada partido. Además, ella no necesita que le suministren cada mañana un argumentario para saber qué tiene que pensar o qué decir.
-El turismo alcanza cotas históricas en España. ¿Vivimos de la mala suerte de otros o hemos hecho algo para merecerlo?
-Las cifras suben porque ahora los turistas no quieren ir a los países árabes, Turquía o Grecia. Esa es nuestra suerte, pero también hemos hecho cosas. Tenemos unas infraestructuras muy buenas, cultura, una gastronomía estupenda y los mejores vinos del mundo. Además está la gente. Hablamos de sol y playa, pero no del factor humano, que es el que cuenta. Somos muy amables con los turistas. ¿Acaso hay gente más amable que los andaluces? Aunque esto me lleva a otro tema. Los españoles que no hablan inglés tienen un pelín de miedo a los guiris. Por ejemplo, las cajeras en los supermercados cuando no saben cómo comunicarse levantan la voz y los turistas piensan que les están chillando, que no es el caso.
-¿Por qué los españoles hablamos poco o mal inglés?
-El nivel en los colegios es pésimo, o al menos lo era cuando mis hijos eran pequeños, tanto que los cambié al colegio inglés a pesar del precio, ten en cuenta que los he educado sola, porque vi que si no nunca iban a manejar un idioma tan imprescindible a día de hoy.
-¿Cuántos idiomas habla?
-Finlandés, sueco, inglés y español los hablo bien, y luego también alemán y francés.
-Cada vez que nos lamentamos de los resultados del sistema educativo español, surge el finlandés como ejemplo de éxito. ¿Cuáles son sus claves?
-Para empezar la formación de los profesores. La enseñanza es una carrera académica en la que solo entran quienes tienen mejores notas. Allí no se da esto que se ve aquí de gente que opta por la educación por los horarios. Cuando los profesores están bien formados tienen mucho que dar a sus alumnos. Ahora, además, los colegios finlandeses han hecho muchos cambios porque el foco es formar personas que sepan pensar, reflexionar e informarse. Entre las novedades me gusta mucho un programa llamado Move. En agosto y septiembre todos los niños realizan pruebas para demostrar cómo están a nivel físico. Los resultados los analizan sus profesores de educación física, la especialista en medicina escolar de cada colegio y se envían a las familias. Es decir, se hace un plan individual para que los alumnos sean personas sanas, capaces de vivir plenamente... Eso me encanta.
-Es también un ejemplo de cómo el Estado asume funciones aquí reservadas solo a la familia con el objetivo de garantizar la igualdad.
-Exacto. La igualdad en Finlandia es importante. Piensa que allí todos vamos a colegios públicos. Da igual que seas hijo del presidente o de un agricultor.
-¿Qué tal fue luego la experiencia universitaria con sus hijos?
-[Risas] Mi hijo empezó un mes septiembre LADE y en noviembre me dijo que era un rollo, que no iba a aprender nada y que quería dedicarse a la banca. Le dije: 'Adelante', pensando que con 19 años nadie le aceptaría… Pero al mes siguiente estaba en el grupo Sabadell y dos meses más tarde le hicieron fijo.
-¿Por los idiomas?
-Claro, porque lo importante en el mundo es comunicar.
-¿Ahí sigue?
-Bueno, luego quiso venirse a la inmobiliaria, pero le dije que ni de coña, que debía primero hacer su trabajo y sacar adelante los estudios. Desde hace nueve años es mi socio y ha terminado Publicidad y Relaciones Públicas, porque se cambió a la carrera que estudiaba su hermana, porque le pareció más viva.
-Dice que su trabajo es un chollo porque ayuda a otras personas a cumplir el sueño de tener una casa en la Costa. Sin embargo, han venido años malos. ¿Cómo ha aguantado la crisis?
-Han sido cinco años y medio viviendo de los ahorros, pero trabajando como si no hubiera crisis. Teníamos clientes pero nadie compraba nada. No se atrevían por la comunicación general que emitíamos del país: el peligro de rescate, de que pasara lo mismo que en Grecia… Soy muy crítica con todos los partidos pero le agradezco al Gobierno ahora en funciones que evitara el rescate. Las ventas en nuestra inmobiliaria empezaron a tirar en la segunda quincena de octubre de 2013. Quiere decir, que hace ya casi tres años que vendemos y el último año ha sido como antes de la crisis. No paramos.
-¡Caramba!
-Nuestro único problema ahora es la escasez de viviendas en venta.
-¿Qué buscan sus clientes?
-Podría vender como cartones de leche viviendas en Los Boliches. ¡Que me traigan todos los apartamentos de Los Boliches, que tengo clientes esperando! A los nórdicos les gusta mucho...
-¿Por qué?
-Aquí están concentradas las empresas nórdicas, las iglesias, el colegio sueco y finlandés, porque el noruego lo perdimos, pero se ha ido a Benalmádena que está cerca, además de los colegios británicos e internacionales y tenemos tren desde el aeropuerto. Antes venían los jubilados, pero a día de hoy sobre todo son parejas con hijos.
-¿Cuándo se produjo ese cambio?
-En los últimos 10 años. Se puede decir que a medida que ha eclosionado internet porque muchos profesionales trabajan desde aquí o viven por aquí y, por ejemplo, van una semana al mes a Finlandia.
-¿Tiene algo que ver que el equipo olímpico finlandés se concentrara en los 70 en la urbanización Los Pacos de Fuengirola para que este destino sea tan popular en Finlandia?
-El turismo de masas empezó a finales de los 60 y primeros de los 70 y el primer finlandés que fletó aviones llevaba a los viajeros a un hotel en Los Pacos, a un edificio que hoy se llama El Cóndor. Por nuestro clima de invierno los deportistas tenían que salir de allí y también vinieron a Los Pacos. Hasta había una calle para entrenar salto de longitud... Luego un finlandés asociado a un español empezó a construir en Los Pacos.
-¿La mayor parte de sus clientes son entonces nórdicos?
-No, seguramente son británicos. Hasta la crisis hacíamos estadísticas. Los primeros eran británicos, segundo españoles y el tercer grupo los nórdicos. Durante la crisis no hizo falta hacer estadísticas porque te acordabas del número cero perfectamente y ahora ni siquiera hemos podido hacer estadísticas por falta de tiempo.
-Dada la relevancia del mercado británico, ¿le preocupa el Brexit?
-No. Para empezar creo que el Reino Unido se equivocó por completo con esa votación e igualmente pienso que las personas que quieran vivir en el extranjero lo van a hacer. Claro está que sería más fácil perteneciendo a la Unión Europea, pero como vemos no tienen ninguna prisa en salir. Es un claro ejemplo de cómo una nación no sabe lo que hace, porque ¿votamos porque tenemos capacidad de análisis para saber a quién elegir o votamos al partido que tiene como representantes personas con buena retórica, voz agradable y capaces de prometer mucho? Lo de las votaciones me enciende. Llevo aquí 24 años y no puedo participar en las elecciones generales que desde mi punto de vista son las más importantes. ¿Crees que eso es justo? Siempre sueño con la posibilidad de ser dictadora durante 24 horas y tengo el listado de las cosas a arreglar.
-¿Por ejemplo?
-Los derechos de ciudadanía con 10 años de residencia. Yo no quiero perder mi nacionalidad. Nací en Finlandia y soy finlandesa, pero si existiera la posibilidad de doble nacionalidad entre Finlandia y España, seguramente optaría por ella para poder votar.
-¿Tanto le interesa la vida política aquí?
-Claro, es que yo únicamente sigo la sociedad española. No sigo lo que pasa en Finlandia o lo hago de forma superficial.
-Diga, diga, ¿qué más cosas tiene su lista?
-No tiene sentido tener tres fuerzas de policía. Es una pérdida de dinero. Necesitamos una policía que solvente la seguridad ciudadana, no policías como las locales que a día de hoy son los que ganan más dinero y en realidad se limitan a dirigir el tráfico. Aquí hay 158 agentes de Policía Local que se llevan una parte del presupuesto local que solo de pensarlo me sube la tensión. También eliminaría estructura autonómica. ¿Qué necesitamos los ciudadanos? Un ayuntamiento a través del cual comunicarnos también a nivel autonómico, estatal y europeo, eso es la ventana única. Esa es la teoría, porque la práctica es una porquería que no funciona. Tenemos más de 8.100 municipios en este país, pero ¡qué barbaridad! Tantos alcaldes y concejales ¿para qué? Lo que queremos son servicios, no tanta estructura que cuesta mucho dinero. De paso, siempre estamos llorando por hospitales. Cada municipio quiere uno, pero ¿alguien se para a pensar cuánto cuesta una noche de hospital por paciente? Yo diría que 3.000 euros como mínimo. Lo que tenemos que hacer es mirar el mapa, ver la población y repartir equitativamente todos los servicios que la sociedad ha decidido dar en la Constitución.
-Pues no es poco.
-De paso quitaría los partidos políticos porque es imposible para una persona corriente presentarse a unas elecciones. Si hay una persona razonable con opinión, capacidad análisis y de hacer cosas, a ella es a quien hay que votar, no a las siglas. Tenemos que votar a personas independientes que no sean presas de los partidos. Yo quiero votar a quien sea capaz. Cuando vivía en Finlandia votaba varios partidos según el tipo de elecciones y las personas que se presentaban.
-Estos serían los cambios de una Suvi dictadora.
-Sí, pero únicamente 24 horas. La democracia no es un buen sistema, pero hoy día es el mejor que hay. Si en una comunidad seis propietarios piensan que es mejor quitar el césped para poner ladrillos y cuatro creen que es mejor hacer una zona de juego para los niños, ganan los primeros y los otros cuatro estarán muy fastidiados. ¿Por qué no llevamos más adelante esa democracia? ¿Porque en vez de A ó B no buscamos C?
-¡El consenso!
-Consenso es la palabra más repetida en los países nórdicos. Aquí tardé años en oírla. Hasta la busqué en el diccionario para ver si existía en español.
-¿Qué opinión le merece la política europea?
-Debe tomar decisiones efectivas para hacer más fuerte la unión. El riesgo de repetir el Brexit es grande. En cada país hay partidos muy populistas. Los políticos que mandamos allí tienen un papel clave, aunque si enviamos a personas que, por ejemplo, únicamente hablan español no tendrán posibilidad de comunicarse con sus compañeros de otros países. En un país de 46 millones de habitantes se pueden buscar personas capacitadas y políglotas.
-¿Le preocupa el ascenso de la ultraderecha?
-Y de la ultraizquierda, que hay de todo.
-Y mientras, Europa se cierra a los refugiados...
-¿Cómo podemos ser tan egoístas? ¿Cómo podemos decir que no podemos ayudar? Sí podemos, solo debemos dirigir el dinero de otra forma.
-¿Le sorprende esa reacción cuando Europa nació para ser un lugar de paz y convivencia?
-Volvemos a la educación. Si los padres no somos capaces de inculcar valores a nuestros hijos, si a los colegios solo les exigimos que los niños sepan el nombre de los ríos y no que enseñen valores, ¿de dónde los van a sacar?
-¿Cómo fue su experiencia en la política local?
-Entré con mucha ilusión y salí constatando que las decisiones no se toman por el bien de todos, sino por el bien del partido.
-¡Eso que dice es muy grave!
-¿Es la primera vez que lo escuchas? Cuando iba a entrar en política hablé con unos diputados de mi país, ya jubilados, que viven aquí para enterarme de cómo funciona esto. Me dijeron que todo se hace por el bien del partido. Será por esto por lo que no estoy en política, ni pertenezco a un partido. Quiero mantener mi independencia y libertad.
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