Sin dinero para más obra en el Guadalmedina

Lo ajustado del presupuesto impide que la solución a los malos olores llegue al puente del Carmen y pone en duda su mantenimiento

Imagen de las obras finales en la desembocadura del río Guadalmedina.
Imagen de las obras finales en la desembocadura del río Guadalmedina.
S. Sánchez Málaga

12 de diciembre 2014 - 01:00

Lo ajustado del presupuesto de la solución a los malos olores del río Guadalmedina en su parte final no sólo está repercutiendo sobre la ejecución de una obra 90 metros inferior a lo exigido por la Gerencia de Urbanismo, sino que puede tener también incidencia directa sobre el mantenimiento de la actuación. De acuerdo con el pliego de condiciones que rigió en su momento el concurso público, del que resultó adjudicataria la constructora OHL, a las obligaciones propias del desarrollo de los trabajos se añadía el mantenimiento de la zona durante un periodo de dos años, al objeto de garantizar la limpieza de los lodos que se acumulen en la zona. Sin embargo, según informaron fuentes próximas al proyecto, la propuesta realizada por la empresa "no es un mantenimiento como tal, sino un seguimiento, una toma de datos y análisis".

"Con el dinero que había el capítulo de mantenimiento se redujo de manera clara", expusieron las fuentes. A tenor de este argumento, podría tener que ser el Ayuntamiento el que, por medios propios o contrataciones externas, haya de asumir la retirada de los sedimentos que se vayan acumulando sobre la zona objeto de intervención. De hecho, la base del proyecto impulsado por Urbanismo consistía, básicamente, en extender una capa de hormigón sobre el lecho, cubriendo el original de escollera. Esa maniobra facilita de manera clara las tareas de acceso para la retirada de los lodos causantes de los malos olores.

Esta tesis apunta claramente el condicionante que ha tenido sobre la ejecución de esta intervención, largamente reclamada por los vecinos del entorno, el presupuesto fijado por la Gerencia de Urbanismo para desarrollar la obra. En este sentido, las fuentes apuntaron que con el dinero que había sólo se pudo llegar hasta una longitud de 170 metros, sin alcanzar el objetivo final del puente del Carmen.

¿Cuál hubiese sido el valor final de haberse ejecutado en su totalidad? Sin datos oficiales, una simple extrapolación del valor medio del metro cuadrado que ejecutado con respecto a lo que se tendría que haber ejecutado elevaría el valor a unos 700.000 euros. Los parámetros de partida eran el de desarrollar la obra con una longitud de 260 metros por unos 50 de ancho. Ello hace una superficie de 13.000 metros cuadrados. Sin embargo, la parte ejecutada alcanza unos 8.500 metros cuadrados, con un valor medio de 58 euros, según la adjudicación. Bien es cierto que a estos elementos hay que añadir las tareas de retirada y tratamiento de los lodos, al punto de que la previsión inicial era de retirar 2.700 metros cúbicos para toda la zona de actuación.

Si bien las fuentes admitieron la complejidad de actuar a la altura de este paso elevado, coincidiendo en el riesgo que ello podía suponer sobre los pilares del mismo, en la línea expresada por el concejal de Ordenación del Territorio, Francisco Pomares, el pasado miércoles, sí aclararon que técnicamente se podría haber intervenido. Incluso, apuntaron a que lo natural es que se acometa la parte pendiente en otro momento.

Este periódico se puso ayer en contacto con el ingeniero responsable del proyecto de intervención, Ángel García Vidal, quien subrayó la complejidad de la actuación y destacó los "condicionantes" con los que se ha topado la empresa desde el inicio de los trabajos. Respecto al aspecto económico, avaló la decisión municipal por ceñirse a un presupuesto concreto, dado el momento actual. A pesar de ello, "estamos muy contentos con el resultado final; no ha sido una obra fácil".

Y no lo fue, según expuso, desde el inicio del camino. Entre la adjudicación de la obra y el inicio de la misma transcurrieron del orden de nueve meses. Un retraso motivado por la dificultad de la empresa en conseguir una draga para la limpieza del fondo del río. Una propuesta técnica, que según el ingeniero, venía "recomendada" en el pliego de condiciones. La utilización de la misma, señala, era más barata que el empleo de un método como el que finalmente se ha tenido que aplicar después de comprobar el nulo avance del trabajo con la draga y la avería de la misma.

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