"Tuvimos más dinero del que podíamos gastar y ahora se nos pudren las máquinas"
francisco villatoro machuca. físico, informático y doctor en matemáticas
Profesor e investigador de la UMA, niega que el nivel de los alumnos sea peor Afirma que son diferentes, que aprenden a fogonazos y se encuentran con profesores que no saben enseñar así
Francisco Villatoro (Mijas, 1969) estudió la licenciatura de Física en dos años y a distancia mientras terminaba en la Universidad de Málaga la ingeniería superior en Informática. Llegó a tener 32 asignaturas en un curso y días en los que hizo tres exámenes. En esta trayectoria excepcional tampoco es menor que escribiera su proyecto de fin de carrera en un fin de semana. "Un tocho de 200 folios", confiesa. Con esa pasión infinita que siente por la física y el deleite con el que disfruta "la belleza" de las matemáticas, este profesor de la Universidad de Málaga escribe desde 2008 el blog La ciencia de la mula Francis, integrado en la red Naukas de divulgación científica. Tiene más de 5.500 lectores diarios. Dispone de sección fija en el programa de radio La Rosa de los Vientos, en Onda Cero, y es colaborador, unas veces habitual y otras esporádico, de múltiples emisoras repartidas por la geografía española. Es un divulgador de perfil sesudo, no para todos los públicos, aunque aplaude que esta generación fulgurante que ha desembarcado en las televisiones toque todos los palos, incluido el de la ciencia espectáculo.
-¿Está la divulgación reconocida en la carrera académica?
-En general no. La nueva Ley de la Ciencia la reconoce, pero está mal la normativa que tiene que llevar a la práctica ese reconocimiento. Esta ley ha tenido muchos problemas, así que vamos a ver qué hace el nuevo Gobierno, si es que hay nuevo Gobierno.
-Es físico, informático y matemático...
-Bueno, en realidad doctor en Matemáticas, porque no hice la licenciatura. Empecé a estudiar Informática en Málaga. Mi idea era hacer la diplomatura e irme a Madrid a estudiar Física y trabajar como informático. Al final me quedé, de modo que mientras terminaba la ingeniería superior hice Física a distancia.
-¿A la vez?
-Sí. Hice los dos últimos años de Informática y los cinco de Físicas en dos años. Llegué a tener 32 asignaturas en un año y algunos días hasta tres exámenes.
-¡Caramba!
-Para mí fue fácil. Tenía un nivel muy alto sobre todo en la física más atractiva, en relatividad, cuántica y, en general, en la parte más matemática.
-¿Por qué es atractiva la física?
-Es la mejor manera de describir la realidad. Todos queremos saber de qué estamos hechos, de qué está hecho el universo, por qué vemos, por qué oímos o qué son las estrellas... Todo esto lo explica la física. Utiliza el lenguaje de las matemáticas para entender la realidad y es el fundamento de la química, de la biología y de gran parte de otras materias muy alejadas pero que dependen de leyes físicas.
-¿Para qué sirve un físico?
-Hoy día el mercado laboral está muy bien porque hay muy pocos. Aunque nos gustaría trabajar de físicos, la mayoría trabaja de ingeniero. Otros dan clases de matemáticas en secundaria. Después está la investigación. En España hay bastantes instituciones que trabajan en este campo, aunque no dan abasto para recoger a todos los estudiantes.
-¿Cómo está esta disciplina en España?
-Bien en astrofísica y en la parte más teórica, pero fatal en la parte más aplicada. En la década de los 30 hubo algo de investigación aplicada en magnetismo pero gran parte de esa investigación desapareció al crearse el CSIC [Consejo Superior de Investigaciones Científicas]. Los primeros dos o tres años fue una institución muy prometedora, pero de repente dejó de tener apoyo para convertirse en un pozo al que llevar políticos y gente de la universidad. Degeneró muchísimo. De la investigación en física quedó la parte más aeronáutica. Después, en los 60 ó 70, nació esa otra parte más teórica que tiene la ventaja de es barata. Mueves a la gente, los llevas a sitios importantes y a la vuelta les das un despacho, papel y un lápiz. Eso hizo que avanzara bastante. En investigación aplicada hemos avanzado mucho en los últimos 20 ó 30 años pero aún estamos lejos de Francia, Italia, Alemania o Gran Bretaña.
-¿Por qué media sociedad odia tanto las matemáticas y la física?
-Posiblemente porque se enseñan muy mal. En España en EGB se copió un sistema que ya había fracasado en Francia. Se empezaba enseñando qué eran los conjuntos, grupos, anillos... Eran descubrimientos matemáticos de principios del siglo XX contados a chavales de seis, siete u ocho años porque una mente pensante había decidido que para generar grandes matemáticos había que enseñarles lo último de lo último, en vez de lo básico, las matemáticas de los siglo XVII y XVIII. El resultado es que los alumnos acababan odiando las matemáticas porque el profesorado ni sabía qué estaba explicando.
-¿Se ha corregido?
-Sí, se supone que bastante. La enseñanza en primaria y secundaria es mucho más instrumental, pero sucede que se ha llegado a una instrumentalización exagerada. Se explican muchas recetas y no las ideas que hay detrás. Los alumnos llegan a la universidad con un gran recetario que no saben muy bien para qué es. Si tienen que hacer un problema ligeramente distinto del que les enseñaron, no saben qué receta aplicar.
-No han desarrollado el razonamiento matemático.
-Claro. Han perdido el razonamiento y la capacidad de abstracción que es la gran belleza de las matemáticas.
-¿Dónde esta esa belleza? Explíquese, por favor...
-En las ideas que se engarzan de una manera extremadamente coherente. Es como un puzzle. Si tienes todas las piezas sobre la mesa es feo, pero si lo montas descubres una imagen que sí es bella. Gran parte de la belleza de las matemáticas es la percepción en el razonamiento puro, es como la poesía.
-La poesía de las matemáticas... Tampoco es fácil.
-Los matemáticos crean objetos y mundos abstractos... No sabemos si los descubrimos o si los inventamos, pero coges objetos ya conocidos, les cambias ciertos detalles y generas nuevos objetos que sorprendentemente son muy ricos.
-¿Tienen utilidad práctica?
-En principio no tienen más aplicación que el disfrute de lo bello. ¿Para qué sirve el arte? ¿Y la música? El resultado matemático más famoso en la actualidad es una demostración de la Conjetura ABC descrita en 2012 por un matemático japonés. Nadie la entiende. En diciembre hay una conferencia en Oxford para tratar de desvelar esta demostración.
-Abre un universo nuevo.
-Que puede generar cantidad de líneas de investigación.
-¿Cuándo ha pasado algo así?
-El Teorema de Fermat. En el siglo XVII Fermat dijo que tenía una demostración pero que no le cabía en el margen de un libro. Durante siglos los matemáticos trataron de reinventar la demostración de Fermat hasta que a mediados del siglo XX estudiando unas curvas elípticas se vio que ciertos puntos de corte de las curvas correspondían a soluciones, entre otras, de la ecuación de Fermat y ahora resulta que esas curvas ofrecen nuevos algoritmos que se utilizan para codificar señales en seguridad informática.
-Increíble, alguien en el siglo XVII proporcionó herramientas que tres siglos después sirven para que las compras por internet sean más seguras...
-Y más aún porque Fermat generalizó el teorema de Pitágoras.
-Visto así las matemáticas son fascinantes.
-Su belleza intrínseca es inmensa.
-¿En física qué es lo último?
-Lo último de lo último son los materiales surgidos gracias al grafeno que no podíamos concebir hace cinco años. Manejar el grafeno es muy complicado por ser una hoja de un sólo átomo de grosor. Se pensó en buscar materiales tridimensionales con las mismas que fueran más fáciles de manejar. Se han encontrado y han sido las grandes noticias de física de los últimos tres años porque tienen propiedades más allá del grafeno.
-¿Este es el camino de los ordenadores a la velocidad de la luz?
-Permiten un control de los electrones y de la luz a un detalle que no teníamos. Nos pueden llevar a ordenadores completamente ópticos, pero eso está lejos. En cambio sí nos pueden llevar a ordenadores que en lugar de utilizar carga eléctrica utilicen el espín de los electrones. El gran salto a la espintrónica son estos nuevos materiales que permiten un control del espín, que es una propiedad cuántica, usando ondas de electrones en un material exótico. La espintrónica nos abre a un nuevo mundo de dispositivos.
-En su opinión, ¿cómo afectan los recortes a la ciencia?
-En la buena época del ladrillo había más dinero del que éramos capaces de gastar. Ahora, en cambio, estamos en un proceso complicado. Tenemos una enorme cantidad de infraestructuras y no podemos rellenarlas.
-¿Hay infraestructuras infrautilizadas?
-En esta misma universidad. Ahí está el Green Ray. La mitad es para empresas y la otra para laboratorios pero nadie quiere irse a un edificio vacío porque no hay dinero para instrumentos. Otros, en cambio, se han llenado de instrumentos pero faltan personas. Ha habido proyectos europeos que nos han dado máquinas que ahora se están pudriendo porque no hay gente. La crisis ha cortado el cuello a los jóvenes. No tienen más opción que irse, investigar gratis o no investigar. Necesitamos invertir en personas. Tú puedes pedir a un alumno que trabaje gratis un año, pero con un horizonte, pero hay años que han dado cuatro becas FPU [formación de profesorado universitario] para todas las ingenierías en España. Así es imposible que un muchachito de Málaga llegue porque hay currículos extraordinarios y los nuestros, en promedio, son mucho más bajos, por ejemplo que los de Granada.
-¿Por qué?
-No sé, quizás por costumbre. Ahora está cambiando, pero hace unos años aquí era inconcebible un alumno con todo matrículas y en Granada había dos o tres al año, no porque sean mejores, sino porque el profesorado no tiene miedo a poner matrícula.
-Los grandes rankings, como el de Shanghai o Taiwan, sitúan a Granada en torno al puesto 40 del mundo y la primera de España en computación. Málaga ni aparece.
-Málaga está muy mal en los rankings. Ellos han hecho una buena política... Tienen todo un montaje en torno a un campo muy concreto que es la Teoría de la Decisión. Alguna mente pensante decidió que la fórmula es irse con un gran genio internacional y que el resto de la comunidad los vea como el segundo de ese genio. Después venir y proyectarse en Europa vendiendo que han estado con ese genio en Estados Unidos. Con eso se consiguen cantidad de proyectos europeos que financian la investigación en esa línea y se crea un grupo enorme con muchos becarios que sostienes subiendo las notas de los chavales durante la carrera... Eso es al menos lo que decimos en Málaga, que inflan los currículos para ganar becas y mantener el flujo de becarios.
-O sea que la diferencia no es real.
-Si hablas con la gente de Informática de Málaga que trabaja en estos temas te dirán que ni lo hacen mejor ni publican en mejores sitios, pero sí tienen un polo enorme en Jaén y Almería, donde han dejado sus alumnos más aventajados, y compiten con Málaga, Córdoba y Sevilla que van por separado. Tienen un montaje tremendo que genera una producción tremenda, trabajan en un tópico muy concreto y lo exprimen al máximo.
-¿Cómo llegan los alumnos?
-Diferentes.
-¿Por qué?
-Ha habido muchas reformas en el sistema educativo. Demasiadas. Ninguna ha cristalizado en un modelo de alumno reconocible para el profesorado cuando llega a la universidad. Los estudiantes de un curso son muy diferentes a los de dos años atrás y aún más a cómo eran hace cuatro años. Como son tan diferentes lo que se planteó hacer hace cuatro años ya no funciona con esos estudiantes y al no funcionar dices que vienen mucho peor, pero la realidad es que son diferentes.
-No peores.
-Cuando yo estudiaba llegábamos a la universidad con un nivel en las materias que conocíamos que ahora no existe. Sin embargo, ahora los alumnos saben muchas otras cosas. Saben un pelín menos, pero siguen sabiendo bien y los que son trabajadores trabajan muy bien. Tienen un manejo de la tecnología y de la web que el profesorado no sabe aprovechar. Viene gente tan buena como entonces, pero con unos conocimientos y una formación muy diferente a la que, además, hay que enseñar de una manera también distinta. Comprenden a fogonazos y los profesores no sabemos enseñar así. Tenemos que hacer docencia espectáculo porque así es como aprenden. Si presentas un discurso sostenido durante media hora, se te van. No aguantan. Tienes que hacer un nuevo tipo de docencia en el que involucres al alumno y reciba constantemente fogonazos. Y, claro, a mí no me han enseñado a dar clase así.
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