El pasado martes, el puerto de Málaga recibía al buque Thea que, con una importante avería de propulsión, llegada remolcado desde Sevilla para su reparación. Tras unas horas atracado en el muelle de levante, el tiempo justo para que el remolcador de altura Carlo Magno, el que lo había traído desde la capital hispalense se liberara de él, este carguero de 108 metros de eslora abanderado en Portugal era conducido al dique flotante malagueño auxiliado por los remolcadores Vehinticinco y Vehintisiete.

En la tarde de esa misma jornada y ya puesto en seco, los astilleros Cernaval Mario López comenzaban el trabajo; una significativa labor de reparación que apuntaba a algo más de una semana de faena. Ante esta circunstancia y sin poder aplazar la programación que el dique tenía planificada para recibir a otro barco, la varada del Thea debía ser aplazada, y este carguero construido en 2008, que hasta la fecha ha navegado con cinco nombres diferentes, dejaba el dique Andalucía para ser posicionado temporalmente en el pantalán de levante. Realizada esta maniobra en la mañana del domingo 10 de octubre, al día siguiente, el buque asfaltero de bandera española Herbania era puesto en seco para que se iniciaran los trabajos previstos sobre él.

Y aunque la necesidad de tener que bajar un barco del dique para meter a otro no es algo demasiado habitual –en los últimos años se han dado algunos casos–, lo cierto es que los astilleros malagueños desde hace unos días están atendiendo simultáneamente a dos reparaciones; una a flote, la del Thea, que debió bajarse momentáneamente del dique antes de tener que regresar a él, y la del Herbani, que en la actualidad permanece varado.

Las cifras superan las del año pasado, aunque aún están lejos de las alcanzadas en 2019

Con la previsión, según ha podido saber Málaga Hoy, de que ambos trabajos se completarán en un intervalo de tiempo que no debería superar las tres semanas, el astillero malagueño del grupo Cernaval Mario López, a falta de algo más de dos meses para que finalice el presente ejercicio, ya ha gestionado, contabilizando a los dos buques mencionados, un total de siete varadas además de algunas reparaciones que se han realizado a flote.

Unos buenos números que superan a los de 2020 y que, aunque alejados de los que se obtuvieron en 2019 mantienen a estas instalaciones con una intensa actividad. Una carga de trabajo que antes de que finalice el año traerá a las aguas malacitanas a algún que otro barco más para reparar.