La discapacidad invisible
Pasacalle y suelta de globos por la prevención de la enfermedad renal Hay unos 800 pacientes en diálisis
José Daniel tiene ocho años, toca más de media docena de instrumentos y hace taekwondo. Pero no puede jugar al fútbol, su pasión. Los médicos se lo desaconsejan por su insuficiencia renal. Padece la enfermedad desde que tenía un año, así que no sabe lo que es comer con sal. Está en prediálisis. Ayer, se llevó el aplauso de todos los que asistieron al acto por el Día Mundial del Riñón. Dice que no se puso nervioso cuando le tocó leer un trozo del manifiesto.
El acto -organizado por la Asociación para la Lucha contra las Enfermedades Renales (Alcer)- concienciaba así en favor de la prevención de estas patologías cuyo coste anual en España es de 800 millones de euros. A ritmo de batucada y pasodoble, Alcer llamó la atención sobre una 'discapacidad invisible'.
"Sólo la prevención y el diagnóstico precoz pueden frenar el alto coste psicosocial y económico de la enfermedad renal crónica", recalcó la presidenta de la organización, Josefa Gómez. En la provincia hay 1.300 transplantados renales y unos 800 pacientes en diálisis.
En el acto estaban Francisco Núñez, vestido de payaso, como suele ir al Materno para entretener a los niños mientras se dializan. "Le contamos historias e intentamos que se olviden que están en un hospital", explicaba. A su lado, con chistera colorida para visibilizar la enfermedad renal, iba Inmaculada Moreno, enfermera del área de diálisis pediátrica del Materno. "Doy fe que hacen muy felices a los niños", decía. Más atrás, caminaba Margarita Sánchez, supervisora de la unidad. "Atendemos a los niños y a los padres, porque les damos apoyo emocional. Es una enfermedad muy dura, pero una vez que se consigue un trasplante, la vida les cambia", contaba.
Y es que si un adulto enganchado cuatro horas a una máquina tres veces por semana cuesta de asumir, más difícil aún es afrontar esa situación cuando se trata de niños. Margarita explicó que los menores siempre son 'código 0' para que el trasplante sea lo más rápido posible. A veces el donante es cadáver y muchas, un familiar que les da en vida un riñón. El delegado de Salud, Daniel Pérez, destacó que el año pasado el Hospital Regional igualó al Doce de Octubre (Madrid) con 145 trasplantes renales.
El pasacalle recorrió el centro y concluyó con una suelta de globos. Por un rato, los enfermos renales hicieron visible su discapacidad.
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