'Dragonfly', el super yate del cofundador de Google llega al puerto de Málaga

Marítimas

Con 142 metros, el buque que navega desde hace algo menos de un año tuvo un coste de construcción de 450 millones de dólares

El buque de crucero ‘MSC Musica’ finaliza su temporada malagueña de ocho meses

Super yate 'Dragonfly' propiedad del cofundador de Google en el puerto de Málaga.
Super yate 'Dragonfly' propiedad del cofundador de Google en el puerto de Málaga. / J. C. Cilveti

El pantalán de levante del puerto de Málaga, alberga desde el viernes 7 de noviembre al super yate Dragonfly propiedad del cofundador de Google Sergey Brin. Llegado procedente de Gibraltar, este buque de recreo privado que navega bajo la bandera de las Islas Caimán, ha amarrado en el puerto de la capital costasoleñas con apenas un año de vida activa. Con 142 metros de eslora, 20 de manga y un brillante color gris militar, una tonalidad no demasiado usada en este tipo de barcos, este super yate lleva la firma de los astilleros alemanes Lürsen, una de las factorías más importante del mundo en lo que a grandes barcos privados de recreo se refiere.

Cargado de cifras espectaculares y situado en el número 13 en la lista de los yates con mayor eslora del mundo, aunque hay reseñas que lo posicionan en el decimoquinto lugar, la breve historia de este buque comenzaba cuando el multimillonario ruso Leonid Mikhelson lo encargó al astillero bajo la denominación de proyecto Alibaba, el nombre con el que debería haber sido bautizado. Afectada la construcción de este barco por las sanciones internacionales que comenzaron a imponerse a un significativo número de grandes empresarios rusos tras el inicio de la guerra de Ucrania, este yate, aun sin terminar, fue comprado por su actual propietario que decidió ponerle el nombre Dragonfly -libélula-. Con un precio de construcción de 450 millones de dólares y unos gastos de mantenimiento anual que oscilan entre los 30 y 40 millones, este super yate navega desde principios de 2024.

Con un casco de acero y toda su superestructura de aluminio, la propulsión diésel eléctrica de este buque le posibilita navegar a una velocidad máxima de 24 nudos, lo que serían 44,4 kilómetros por hora. Disponiendo de cinco cubiertas útiles, este gran yate puede albergar a 18 pasajeros alojados en nueve suites; una habilitación a la que habría que añadir los camarotes correspondientes a los tripulantes, una dotación que, según necesidades, puede oscilar entre 40 y 53 personas. Manteniendo todos los estándares habituales para este tipo de buques privados de gran lujo, el Dragonfly que suma 2.000 metros cuadrados de superficie interior habitable más 1.000 en las zonas exteriores, entre sus diferentes piscinas dispone de una con el suelo de cristal; una curiosidad a la que habría que añadir una marina a popa y la posibilidad de llevar dos helicópteros.

stats