Economía

La economía malagueña ralentiza su crecimiento por la tensión mundial

  • El Colegio de Economistas señala que "no hay crisis ni burbuja, sino un crecimiento más pausado" y estima que el PIB provincial se elevará, como mucho, un 2,6% este año

  • El Brexit, los aranceles de Trump o la posible recesión en Alemania no ayudan a una economía procíclica como la malagueña 

Un operario trabaja en una empresa de Málaga

Un operario trabaja en una empresa de Málaga / Javier Albiñana (Málaga)

La economía malagueña sigue creciendo a un ritmo positivo y superior al de la media española y europea, aunque se frena la velocidad. El Colegio de Economistas de Málaga estima que el Producto Interior Bruto provincial se incrementará este año 2019, como máximo, un 2,6%, aunque reconocen que, dada la incertidumbre económica mundial, es muy posible que se baje incluso hasta el 2,2%, un porcentaje con el que, según teorías económicas como la ley de Okun, se debería poder crear empleo

"No hay burbuja, crisis o batacazo, pero sí es cierto que los crecimientos que hemos tenido en los últimos años no son ahora igual de intensos y que no vamos a incrementar el PIB con la misma alegría. Vamos a seguir creciendo, pero de forma más pausada y estamos convencidos de que la economía de Málaga va a ser capaz de resistir", ha asegurado Juan Carlos Robles, decano de los economistas. 

En el informe presentado este viernes apuntan como elementos negativos una "desaceleración" en la creación de empleo, una falta de fluidez del crédito al sector privado o un descenso en la tasa de paro o en el volumen de visados en el sector de la construcción. "Se ven varias construcciones de viviendas nuevas en la capital, pero en el resto de la provincia hay muy poco", ha indicado Antonio Pedraza, presidente de la comisión financiera del Colegio. En el aspecto neutro o positivo se destaca que, con los datos obtenidos hasta el segundo trimestre del año,  Málaga mantiene el tipo con la previsión de incremento del PIB del 2,6% mencionada, el turismo sigue batiendo récords, mejora la balanza comercial y hay un mayor poder adquisitivo de los ciudadanos al aumentar el salario en los convenios más que la inflación. 

El comportamiento del tercer y del cuarto trimestre del año va a ser clave para dilucidar cómo salva la economía malagueña el ejercicio porque el cielo está lleno de nubes. La primera es el Brexit. Se espera que el 31 de octubre Reino Unido abandone definitivamente la Unión Europea y, aunque aún se desconoce si habrá acuerdo o no, Málaga es una de las zonas más afectadas porque residen en esta provincia más de 45.000 británicos, al margen de los turistas. "El Brexit nos cae como un tiro. Está habiendo una bajada pronunciada de la libra y muchos residentes no van a poder vivir aquí con sus pensiones, por lo que se pueden poner muchas viviendas de residentes británicos a la venta", expone Pedraza, quien recuerda además que ese turismo residencial tira de parte de la Costa del Sol en invierno.

Antonio Pedraza, Juan Carlos Robles y Fernando del Alcázar, esta mañana. Antonio Pedraza, Juan Carlos Robles y Fernando del Alcázar, esta mañana.

Antonio Pedraza, Juan Carlos Robles y Fernando del Alcázar, esta mañana.

Alemania acabó el primer trimestre del año con una disminución del 0,1% de su PIB y si el segundo trimestre también arroja números negativos entrará en recesión, siguiendo la estela de otros países como Italia. Si Alemania -donde el 60% de su empleo procede de la industria y ésta está en plena lucha con China para sobrevivir- se estanca podría afectar a la llegada de turistas a la Costa del Sol, bien porque haya viajeros que decidan no salir de su país o porque elijan otros destinos más baratos en el Mediterráneo. En el plano interno, la falta de un gobierno estable en España o el tema catalán no ayudan, aunque Pedraza sí ha defendido que "las medidas que se están tomando en Andalucía de reducción de impuestos o de incentivos para atraer inversión privada sí son positivas, de forma que podríamos ser una pequeña isla para los inversores en el conjunto español". 

Gran Bretaña y Alemania son los dos principales mercados internacionales de turistas para Málaga y, como se puede observar, no atraviesan su mejor momento. A eso hay que unirle la guerra comercial entre Estados Unidos y China y, de rebote, con la Unión Europea que acaba de caer de lleno sobre el campo malagueño al anunciar Donald Trump un 25% de aranceles para el aceite, la aceituna o el vino español. Antonio Luque, presidente de la cooperativa andaluza Dcoop, ya ha asegurado en este diario que esa medida les supone poder perder una venta de 80 millones de euros en EEUU.

"Hay una desaceleración mundial, Málaga no es una isla y todo le afecta", detalla Pedraza, quien subraya que "Málaga es más vulnerable porque nuestra economía es procíclica, de forma que crecemos más en los ciclos positivos y caemos más en los negativos". Eso se debe a que las arcas malagueñas dependen en un 80% del sector servicios, básicamente del turismo, por lo que siempre están expuestas a múltiples variables. Se da la curiosa circunstancia de que Málaga, al no tener apenas industria, crece el doble que otros países de la Unión Europea porque no está en esa guerra con fuertes competidores como China. Pero esa dependencia del sector servicios no da estabilidad laboral ni está permitiendo salarios importantes, por lo que los expertos siempre reclaman una mayor diversificación. 

En este contexto, los economistas malagueños explican que el consumo de los hogares -un elemento clave para impulsar cualquier economía- se está frenando porque, ante la incertidumbre general, se está ahorrando más. Es, lo que han denominado, "un efecto prevención". Pedraza ha afirmado que incluso los inversores están volviendo al bono, pese a tener rentabilidades ínfimas o incluso negativas, porque les da más seguridad. 

"Se están dando muchas circunstancias a la vez para no ser excesivamente optimistas. La desaceleración está contrastada y Málaga es mucho más vulnerable que otras zonas por la dependencia del sector servicios", recalca Pedraza. Un acuerdo positivo del Brexit, un gobierno estable en España o un mayor entendimiento entre EEUU, China y la UE podrían desatascar la situación en cuestión de meses, pero, como dicen los propios economistas, nadie tiene una bola de cristal. 

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios