Las lluvias de esta última semana han beneficiado a los cultivos y la de los embalses de la provincia, pero la situación sigue siendo preocupante, porque estas precipitaciones no han sido suficientes para paliar la sequía. Los siete pantanos de Málaga han pasado de los 212 hectómetros cúbicos a los 227 en tan solo una semana. Las últimas lluvias han aumentado la capacidad de los pantanos malagueños, que actualmente están al 37% de su capacidad, según los datos publicados por la red Hidrosur.

El pantano que se encuentra en una peor situación continúa siendo el de La Viñuela, el cual está al 11,10% de su capacidad y cuenta con 18,24 hectómetros cúbicos, dos más que el pasado 14 de diciembre. A este le sigue el embalse del Conde de Guadalhorce al 29,84% de su capacidad. Contiene 19,84 hectómetros cúbicos cuando su capacidad es de 66. Asimismo el embalse del Guadalhorce cuenta con 44,89 hectómetros cúbicos, dos más que hace una semana, y su capacidad total es de 125 hectómetros. En cuanto al Limonero, se encuentra al 40,29% de su capacidad y tiene actualmente 9 hectómetros de los 22 que puede abarcar.

Por otro lado, los embalses de Casasola, Guadalteba y Concepción cuentan con más de la mitad de los hectómetros cúbicos que pueden tener. En este sentido, Casasola está al 50,09% de su capacidad con casi 11 hectómetros. El embalse de Guadalteba tiene 85,54 hectómetros de los 153,30 (55,80%). Por último, el embalse que tiene una mejor situación es el de la Concepción al 67,31%, con 38,73 hectómetros de los 57,54 que puede tener.

Estas precipitaciones han ayudado a los embalses a recuperar 15 hectómetros y también han beneficiado en gran medida a los cultivos de la provincia. En este sentido, en la zona de Valle del Guadalhorce han caído en algunos puntos 120 litros y en otros han llegado a los 200, según Francisco Díaz, presidente de la Asociación Provincial de Regantes de Málaga (Aprema).

En una época en la que tienen cortado el riego, estas lluvias han ayudado a los regantes de la zona a mantener sus plantaciones. “La situación del cultivo era de estrés y las lluvias han significado una ayuda importante”, sostiene Díaz. Además, también señala que “el olivar estaba en algunas zonas hasta secándose y se ha recuperado totalmente”.

El beneficio de estas lluvias es temporal, los agricultores esperan que se den más precipitaciones en las próximas semanas para seguir manteniendo los cultivos porque, según el presidente de Aprema, por ejemplo, los cultivos arbóreos pueden aguantar hasta dos o tres meses si no llueve nada, pero los cultivos hortícolas solo lo podrían hacer en torno a unas dos o tres semanas. Al igual que los cereales que se sembrarán próximamente, necesitan “en cuestión de 20 días” agua para que la semilla nazca y para sobrevivir al invierno, sino “pasará lo mismo que el año pasado, que no llovió en invierno y el cereal cuando llegó la primavera estaba prácticamente seco”.

En la Axarquía, otra de las zonas más paliadas por esta falta de agua, José Campos, presidente de la Junta Central de Usuarios del Sur del Guaro y de la comunidad de regantes Cerro de la Encina (en Vélez-Málaga), sostiene que “ha caído un agua muy buena para aliviar la situación del campo, pero insuficiente para seguir avanzando en los acuíferos”. Asimismo, asegura que como mínimo y de forma irregular han caído 120 litros por metro cuadrado en algunos puntos de la comarca.

Tras estas lluvias, que “han mejorado la situación de la tierra”, los regantes de la Axarquía seguirán haciendo uso de las aguas regeneradas y de los pozos para regar los cultivos y así sacar adelante las cosechas. Cierto es que insiste, al igual que el presidente de Aprema, en que estas precipitaciones han sido “buenas”, pero “hace falta que siga lloviendo”.