El emblemático Casa Pedro busca una salida 'in extremis' para evitar el cierre
Después de dos años en proceso concursal, el restaurante de El Palo se enfrenta a la liquidación que podría dictar un juez para subsanar la deuda · Están en el aire los puestos de 22 trabajadores
Forma parte de la historia viva de la ciudad pero ahora está a punto de echar el cierre sumido en una fatal quiebra económica. El emblemático restaurante Casa Pedro, abierto en el Paseo Marítimo de El Palo desde 1927, se enfrenta a una deuda superior al millón de euros, que de momento no ha podido subsanarse mediante el procedimiento concursal al que estaba sujeto desde hace dos años.
El pasado martes tuvo lugar en el Juzgado de lo Mercantil de Málaga la junta de acreedores que debía decidir si asumía el convenio propuesto por la empresa. Muchos de ellos, como el Ayuntamiento de Málaga, aceptó las condiciones de pago propuestas, pero no así los principales acreedores, como Hacienda y la Seguridad Social. Así lo confirmó ayer el delegado de Hostelería de CCOO, Gonzalo Fuentes, representante de los trabajadores de la empresa, quien confía en que los propietarios encuentren una salida de última hora que les permita salvar el carismático establecimiento.
Tal y como está ahora el proceso, el restaurante estaría abocado a la liquidación para responder ante los acreedores y por tanto al cierre, ya que el edificio saldría a subasta.
No obstante, fuentes de la empresa sostienen que no van a tirar la toalla: "Lucharemos hasta última hora para que esto salga adelante, por salvar la viabilidad de la empresa, y en esto el Ayuntamiento nos está ayudando mucho". Aún están a tiempo.
El restaurante tiene en la actualidad 22 trabajadores, 17 de los cuales llevan en la empresa más de 40 años y tienen una media de edad de 55, la peor teniendo en cuenta que un trabajador no tiene derecho a nada si no cotiza los diez últimos años de su vida.
Es la segunda vez que Casa Pedro pasa por el trance del cierre en sus más de 80 años de existencia. A principios de los 80, cuando aún era un chiringuito en la playa, se vio afectado por la construcción del paseo marítimo. En ese momento, Costas y el Ayuntamiento llegaron a un acuerdo para que pudiera levantarse en la parcela que ahora ocupa.
Una de las estrategias de la empresa pasaba por conseguir licencia para realquilar o explotar un establecimiento hotelero en la planta de arriba y así poder hacer frente a las deudas. Algunas fuentes consultadas sostienen que esta alternativa estaría bastante avanzada.
Para el delegado de Hostelería y Turismo de CCOO, "es una pena que se haya llegado a esta situación, además de por la posible pérdida de los puestos de trabajo, por una cuestión sentimental". Para Fuentes, se trata de algo más que un establecimiento: "Forma parte de la historia de la ciudad , de las cosas que hacen que una ciudad sea diferente; es como si cerrara El Pimpi". Ante las mesas de Casa Pedro, por las que han pasado autoridades, empresarios y artistas de varias generaciones, se han cerrado acuerdos políticos o contratos y convocado innumerables celebraciones familiares. De todo esto queda fiel testimonio en las fotografías que cuelgan de sus paredes y en los folletos y programas de eventos sociales, algunos de principios de siglo.
Conocido por servir los platos más tradicionales de la gastronomía malagueña, como los espetos, el pescaíto frito o el marisco característico de la barriada paleña, Casa Pedro ha sido bastión del tipismo malagueño durante años.
Ahora está a punto de desaparecer y busca desesperadamente una oportunidad para sobrevivir y seguir defendiendo la calidad en el paseo marítimo de El Palo. Con este negocio familiar, se perpetúa una parte de la historia de la ciudad.
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