La empavesada
CUANDO a bordo de un barco (casi siempre atracado o fondeado en puerto) hay que conmemorar algo, el buque se engalana. Por norma general, los adornos que se colocan sobre el barco, suelen reducirse a las guirnaldas de banderas o luces que de una forma aérea recorren la eslora de proa a popa.
Pero con independencia de esta forma de adornar barcos, existe otra modalidad que bajo la denominación de empavesada, se usaba de una forma muy habitual en el pasado, algo que hoy día constituye toda una rareza de ver a bordo de un buque.
Usada especialmente en barcos de guerra, las empavesadas no eran otra cosa que una serie de lonas que, colocadas sobre la borda, adornaban de una forma muy vistosa a los buques que las llevaban.
Con la peculiaridad de que existían lonas de empavesada para invierno y verano (la marina española y especialmente la Armada, tenían unas lonas azules con una franja roja para la estación invernal y otras azules con una franja igualmente azul, de otra tonalidad, para los meses de verano), estas fajas que adornaban los barcos han caído en el olvido.
Y aunque en alguna ocasión determinados buques de guerra extranjeros han tendido a modo de empavesada alguna bandera española sobre su borda, la única oportunidad de ver algo que recuerde a este adorno del pasado se puede ver en el puerto de Málaga el día que se celebra la procesión marítima de la Virgen del Carmen.
El remolcador que se encarga de pasear a la patrona de las gentes de la mar, además de lucir una guirnalda de banderas, coloca en determinadas zonas de su borda largas piezas de tela con los colores de las banderas de España y Málaga, amén de los de la Virgen del Carmen. Una jornada festiva que recuerda una olvidada forma de adornar barcos.
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