Una sola empresa se interesa por eliminar los olores del Guadalmedina
Seranco es la única que ha presentado oferta para hacer esta obra, valorada en 476.000 euros

El concurso impulsado por la Gerencia de Urbanismo para eliminar los malos olores que con la llegada de las altas temperaturas manan de la desembocadura del río Guadalmedina únicamente ha merecido el interés de una empresa. Según confirmaron ayer desde el Ayuntamiento de Málaga, sólo una firma ha presentado una oferta con la que concurrir en un procedimiento cuyo precio de licitación alcanza los 476.000 euros y que fija un plazo de ejecución de los trabajos de dos meses. La mercantil, añadieron las fuentes, es Seranco, SA, de Madrid.
Los datos fueron aportados después de que se cerrase el periodo de presentación de proposiciones el pasado martes a las 13:00. Si bien este tipo de procedimientos mantiene abierta la opción a que llegue alguna propuesta más vía correo, las mismas suelen estar precedidas por el envío de un fax informativo por parte de las empresas, extremo que en este caso no se ha producido.
La mesa de contratación, que se reunirá el próximo lunes, será la encargada de analizar la documentación de la única oferta, tanto en el aspecto económico como técnico. En base al análisis, y siempre que cumpla con todos los requisitos marcados en el pliego de condiciones, todo apunta a que la contratación de estos trabajos debe ser inmediata. La intervención sobre la parte final del cauce está marcada por la polémica desde hace años. En ellos el equipo de gobierno del PP ha planteado diversas soluciones con las que erradicar el hedor generado por el estancamiento de lodos en el cauce, lo que genera año tras año las quejas vecinales. Una de las intervenciones consistió en implantar un sistema de bombas para sanear el agua estancada, dispositivo que, sólo en consumo eléctrico, suponía 50.000 euros anuales. Una cifra que se puede ir a los 115.000 euros si se incluye la gestión global, a lo que añadir lo aportado en la limpieza del fondo. Asimismo, las actuaciones que Emasa tiene que llevar a cabo prácticamente cada año para retirar el lodo del fondo de este tramo y evitar los malos olores supone un gasto añadido de unos 140.000 euros.
En este tiempo, ninguna de las ideas municipales ha supuesto una solución definitiva al problema, que ahora se quiere atajar mediante este proyecto. El mismo, grosso modo, busca extender una capa de hormigón sobre la parte final de la desembocadura, compuesta por grandes rocas. De este modo, se generará una losa compacta que facilitará las labores de limpieza de los lodos que hasta el momento se asientan entre las rocas. Al tiempo, se mantiene intacta la lámina de agua en este punto.
A la escasa utilidad de las acciones aplicadas por el Ayuntamiento en los últimos años en esta zona se suma la controversia que esta intervención generó meses atrás entre la Gerencia de Urbanismo y la Empresa Municipal de Aguas (Emasa). Era este organismo el encargado en primera instancia de diseñar y promover el concurso para la ejecución de una obra que eliminaba la lámina de agua y cubría la parte final del cauce como solución a los malos olores. La aceptación de la iniciativa era tal que el alcalde, Francisco de la Torre, informó de una modificación de créditos para financiar la obra. Incluso, la empresa municipal anunció la licitación de la obra en su página web. Sin embargo, la intervención de Urbanismo puso fin a este procedimiento. Los técnicos rechazaron la propuesta de Emasa y propusieron la alternativa impulsada.
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