"Los empresarios no podemos quedarnos con las manos quietas"
Hostelero y propietario de un concesionario de coches, Gómez apunta que la crisis del año 1993 fue un "aperitivo" comparada con la actual · Defiende que haya locales de calidad en el puerto, como Puerto Banús
Hay dos tipos de empresarios: los extrovertidos que acaparan los medios de comunicación y los que prefieren estar en un segundo plano. José Gómez forma parte del segundo grupo. Sin hacer apenas ruido, es propietario de un concesionario de Seat en Málaga y, junto a distintos socios, de cuatro restaurantes.
-¿Cómo dio sus primeros pasos en el mundo empresarial?
-Empecé en 1989 con la marisquería Santa Paula. Era un local pequeño de 100 metros cuadrados que posteriormente fuimos ampliando hasta conseguir un restaurante de 1.500 metros cuadrados donde dábamos una media de 500 cubiertos diarios, incrementándolo incluso en agosto y diciembre. En ese transcurso, en 1995, empecé en el mundo del automóvil justo en un momento en el que acababa de pasar la crisis de 1993.
-¿Cómo hizo un giro empresarial tan brusco?
-Yo tampoco me explico por qué entré en el sector del automóvil y más en un momento de crisis. Fue un poco por accidente, se cruzó en el camino y adelante. En 2003 dejé Santa Paula y me quedé con Automóviles Rueda.
-Esa marisquería era y es una de las más conocidas de Málaga.
-Sí. Era un modelo de restaurante con 9 comedores, la decoración repleta de botellas de vino de 20 denominaciones de origen. Nos fue bastante bien. Nos dieron incluso un premio en 1991 en San Sebastián al restaurante que más comensales daba en España. Por allí pasó toda Málaga y era muy conocida en la ciudad y a escala nacional.
-¿Cuáles fueron sus mejores momentos allí?
-Todos. Solo llenar un restaurante con esa capacidad de cubiertos ya era para irse contento. No era nada fácil tener 600 comensales al día. Venía mucha gente de fuera, todos los bodegueros, empresarios...
-Habrá pasado por Santa Paula mucha gente conocida.
-Tengo tres libros de firmas llenos de gente conocida que pasó por allí. No sabría decirle nombres ahora porque fueron muchos. Antonio Banderas, Enrique Iglesias, Miguel Bosé, muchos políticos. Muchos empresarios cerraban allí sus negocios porque no teníamos hora para cerrar y la gente estaba tranquila. Teníamos clientes que llegaban a las 14:00 y no se iban hasta la noche.
-¿Cuándo decidió regresar al mundo de la hostelería?
-En 2005. Abrí El Envero junto a otros dos socios y a partir de 2007 abrimos La Reserva 12 en calle La Bolsa con otro socio y, el verano pasado, La Reserva del Pastor en la calle Sánchez Pastor. En abril hemos abierto otro restaurante en Torremolinos que se llama La Reserva de Antonio. Por otra parte, en diciembre de 2010 inauguramos Pórtico de Velázquez en la capital, un salón con capacidad para 700 personas dedicado a bodas, reuniones y congresos. Con la crisis que hay hemos decidido apostar por la hostelería y de momento va todo bien. No puedo pedir más.
-¿Cómo se lleva ser empresario en estos momentos?
-Hay muchas cargas y la situación no es buena pero no nos podemos quedar con las manos quietas. Hay que moverse.
-¿Cree que la diversificación es, en estos momentos, imprescindible para poder levantar el vuelo en plena crisis?
-Es bueno abrir el abanico aunque lógicamente no todo el mundo lo hace. El sector del automóvil, por ejemplo, está ahora fatal.
-Las matriculaciones no paran de caer en lo que va de año.
-Influye la crisis y el paro, lo que está provocando que la gente no cambie tanto de coche. Tampoco hay ayudas del Gobierno.
-El año pasado estuvo el Plan 2000E del Gobierno y la Junta. ¿Cree que habría que mantenerlo?
-Sí, porque si hubiera habido más ayudas habría más personas que decidirían comprarse coches nuevos y dejar aquellos que tienen más de 10 años. Cuando hemos tenido esas subvenciones se ha notado mucho en el mercado.
-¿Qué perspectivas de futuro a corto plazo tienen en el sector?
-Veo un 2011 bastante triste si no hay ayudas públicas. Espero que me equivoque. En abril creo que todos los concesionarios de Seat en Málaga vendimos unos 250 coches y eso es nada. Teníamos que haber vendido unos 700.
-Dicen los expertos que la economía podría remontar algo en el segundo semestre.
-No sé, si vienen muchos turistas y funcionan bien los hoteles, los restaurantes y los chiringuitos podría crecer la venta de coches porque la gente los necesita para irse a trabajar a la costa.
-¿Pueden hacer las marcas algo más? ¿Abaratar más los precios? ¿Incluir más tecnología en los coches a costes asequibles?
-Yo creo que las marcas ya no pueden hacer más. Es casi imposible. Y los concesionarios también. Estamos dando todo tipo de ofertas. Repito que haría falta esa ayuda.
-Pero todos los sectores necesitan ayudas y al automóvil ya se la dieron el año pasado.
-Ya, pero igual el sector del automóvil lo necesita más que otros.
-¿Por qué?
-Porque la gente se mueve en coche (se ríe) y es un peligro que haya coches viejos en la carretera.
-Pinta un mal 2011, ¿qué prevé para el 2012?
-Creo que va a ser mejor. Pienso que a finales de este año irá cambiando la situación a mejor.
-Usted ya vivió la crisis anterior y logró sobrevivir sin problemas.
-Sí, pero aquella crisis no era la que hay ahora. Era un aperitivo porque fue pequeña. En esta llevamos ya mucho tiempo. En el caso de concreto de mi concesionario hemos vivido además dos crisis, la económica general, y la del Metro porque hemos tenido las obras en la misma puerta.
-¿Les afectó mucho al negocio esas obras?
-Hemos estado dos años con la obra en la puerta y nos ha perjudicado bastante las ventas.
-¿Les han compensado de alguna forma?
-A nosotros no. No sé si lo habrán hecho con otros.
-Cambiando de ámbito, dentro de su doble faceta empresarial, ¿en qué momento se encuentra la restauración en la provincia?
-Ni bueno ni malo. Hay menos movimiento porque no todo el mundo puede ir a comer. En nuestro caso son restaurantes céntricos y el descenso se nota menos.
-Están apareciendo restaurantes y bares de tapas por todas las esquinas.
-La restauración está creciendo mucho en Málaga. Creo que se está haciendo bien. No obstante, no creo que haya exceso de oferta. Cuanto más se pongan, mejor porque así los clientes tienen más sitios para elegir.
-Se habla de la crisis pero los fines de semana y en el centro están todos los restaurantes llenos.
-La crisis en la restauración viene sobre todo por la reducción de las comidas de empresa porque se retienen los gastos. Está claro que la gente tiene que salir a la calle, aunque gasten menos.
-¿Está aumentando el cliente de tapas?
-Sí. Nosotros damos las dos alternativas. Hemos puesto mesas altas con taburetes para compartir comida porque se ha puesto de moda y está funcionando muy bien. Es una forma de comer más divertida.
-¿Está el personal hostelero bien formado en Málaga?
-Creo que sí, llevamos un cierto retraso pero hay escuelas que lo están haciendo muy bien dando una formación muy correcta. Se está sacando a gente muy profesional. Ahora se valora más este tipo de trabajo, muchos camareros hablan inglés, aunque sea básico, y hay una mayor preparación. Estamos avanzando.
-¿Cómo está considerada la cocina malagueña en España?
-La verdad es que la gente habla muy bien y está cada vez mejor mirada fuera. La calidad de los restaurantes ha mejorado y tenemos varias estrellas Michelin. Tenemos muy buenos cocineros. La imagen típica del pescaíto ya ha cambiado. Creo que Málaga es la ciudad andaluza más puntera en restauración en estos momentos o, al menos, es la que más ha crecido.
-¿Cocina tradicional o de autor?
-La tradicional para todos los días pero la de autor también me gusta, aunque no siempre. Estuve hace unas semanas en el País Vasco en un encuentro con 6 cocineros con 14 estrellas Michelin y fue una noche fantástica. Fue una forma divertida de comer, probando 14 platos nuevos. Desde las 22:00 hasta las 2:00. Fue muy bonito. Histórico.
-¿Qué opina de la prohibición de fumar en los restaurantes?
-Me parece correcto por el bien de todos, aunque nos está afectando al negocio. Habrá que salir a la calle a fumar, no queda otra.
-¿Ha afectado mucho?
-Las ventas han caído entre un 10 y un 15% porque han descendido mucho las sobremesas. Por el tabaco y porque se han endurecido las sanciones de tráfico con el alcohol. Las sobremesas eran un buen plus para el negocio. Lo que sí es verdad es que la gente está respetando que no se fume. No está habiendo denuncias.
-Hace 10 años la capital pasaba desapercibida para los turistas. Ahora hay miles de ellos ¿han notado un aumento de las ventas?
-Está siendo muy importante, sobre todo, con la llegada de los cruceros.
-¿Deberían abrir los comercios en domingo para los cruceristas?
-Si yo tuviera un comercio tradicional yo abriría en domingo. A lo mejor no en un horario tan amplio como un día normal, pero lo haría. Lo que está claro es que cuando no se ingresa es cuando las puertas del negocio están cerradas.
-Por último, ¿qué cree que tendría que haber en el muelle 1 del puerto?
-Cualquier cosa menos un Carrefour (se ríe). Creo que tendría que haber restaurantes, cafeterías, zonas de copas o tiendas buenas. Locales de calidad. Como si fuera Puerto Banús.
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