Economía

Las empresas piden moratorias fiscales y ayudas a fondo perdido para sobrevivir al coronavirus

  • La Cámara de Comercio y la Confederación de Empresarios de Málaga ven “imprescindible” prolongar los Ertes y creen que “no se podría resistir” otro confinamiento

Un trabajador en una empresa de Málaga.

Un trabajador en una empresa de Málaga. / Javier Albiñana (Málaga)

Sin empresas no hay empleo, sin empleo no hay consumo y sin consumo no hay ni actividad ni empresas, creando un círculo vicioso que solo lleva a la miseria. El coronavirus ha atacado la línea de flotación de las compañías en un momento en el que llevaban un par de años de recuperación tras la crisis financiera iniciada en 2008 y lo ha hecho casi con nocturnidad y alevosía, ya que el confinamiento y el cierre de establecimientos pilló a todo el mundo de improviso y, en muchos casos, sin dinero en efectivo para poder hacer frente a sus pagos más inmediatos. Los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (Erte) le dieron un respiro -ya que el Estado abona parte de la nómina de los empleados– pero los empresarios consideran que no es suficiente ya que el virus sigue en la calle y el consumo está por los suelos. En este sentido, la Cámara de Comercio de Málaga o la Confederación de Empresarios de Málaga piden al Gobierno que se den ayudas directas a fondo perdido a las empresas para que puedan sobrevivir, que haya moratorias fiscales o que se prolonguen los Ertes e incluso que el Estado se haga cargo del 90 o el 100% de los salarios.

“Pensamos que el 20% de las empresas de Málaga van a ir a concurso de acreedores y van a desaparecer. El Gobierno lo único que está dando son préstamos ICO, con un interés como mínimo del 1,5%, que hay que devolver, lo que lleva a que los empresarios se endeuden más. Lo están haciendo pensando en que va a haber una reactivación económica, pero lo cierto es que no está llegando”, explica Sergio Cuberos, presidente de la Cámara de Comercio de Málaga y de la cadena de supermercados Maskom.

Cuberos señala que “los Ertes ayudan al empresario, pero hay que recordar que con ellos el Estado paga una parte de la nómina y la otra la paga el empresario sin que éste esté teniendo ingresos, por lo que si las empresas no pueden dar su parte habrá despidos, un incremento del desempleo y un sobrecoste para el Estado en materia de prestaciones”. “El ICO y los Ertes no pueden ser la única solución que dé el Gobierno”, insiste el presidente de la Cámara, quien critica que “en materia de impuestos solo hubo un aplazamiento de un mes, por lo que las empresas seguimos con la misma presión y eso solo provoca que nos quedemos con menos liquidez aún ya que las compañías apenas facturan un 30% de lo que vendían antes”. En este sentido, Cuberos exige que se baje el IVA al sector turístico para reactivar el consumo, al menos, vacacional en verano.

Natalia Sánchez, vicepresidenta de la Confederación de Empresarios de Málaga, va en la misma línea. “No es el momento de subir los impuestos a las empresas y esa es una amenaza que está ahí, sino que a corto plazo es imprescindible que se dé liquidez a las compañías, ayudas directas, moratorias fiscales o que se prorroguen los Ertes porque hay sectores que aún no han podido ni empezar a trabajar”, detalla. La vicepresidenta de la CEM reconoce que el impacto del coronavirus en la empresa malagueña “está siendo duro” y destaca que “la economía no podría resistir otro confinamiento ya que las consecuencias serían más gravosas y los efectos serían a más largo plazo”. Basta como ejemplo que el PIB español se ha desplomado un 18,5% en el segundo trimestre. “Hay que ayudar a las empresas para garantizar que se mantenga el empleo y que se vuelva a generar nuevo”, reclama Sánchez.

La situación es inédita y todo son dudas. Jorge Robles, socio y director de la oficina en Málaga del despacho de abogados Cuatrecasas, afirma que “las empresas malagueñas nos llaman para buscar un conocimiento del marco normativo aplicable porque ha habido un marasmo de normas desde incluso antes del confinamiento, hasta el punto de que hubo días con un BOE por la mañana y otro por la tarde por lo que la situación fue terrible”.

Robles, cuyo despacho acaba de cumplir 10 años y tiene a 20 abogados en plantilla, explica que las empresas preguntan por la formulación de los Ertes, cómo organizar sus compañías o cómo preparar su tesorería y subraya que “el mayor problema está siendo la falta de liquidez”. La clave, apunta, “es ir actuando sobre la marcha porque nadie sabe qué va a pasar”.

En cualquier caso, este profesional se muestra optimista de cara al futuro. “Es una crisis coyuntural y el apetito de los fondos de inversión sigue muy activo, por ejemplo, en el sector hospitalario o en el hotelero”, apunta Robles, quien hace hincapié en el gran potencial de Málaga para promover el sector industrial y tecnológico.

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