El encuentro con La Misericordia

Caía con insistencia el sol en el Perchel cuando Nuestro Padre Jesús de La Misericordia salía para conmemorar el 150 aniversario de la fusión de la cofradía que da lugar a la actual corporación nazarena. Una ocasión especial para la que el Señor estrenaba una túnica de terciopelo morado lisa y lucía en su pecho la medalla de la ciudad concedida hace unos días.

Los toques de campana que el delegado de hermandades y cofradías, Antonio Coronado, daba era la señal para una procesión que se ponía en la calle puntualmente. A los sones del Himno Nacional, interpretado por la agrupación musical Santa María la Blanca, de Los Prados, salía el trono adaptado para la ocasión para enfilar calle Ancha del Carmen en una tarde muy calurosa. El destino de la procesión se encontraba en la Catedral de Málaga, y para acompañar al Nazareno se dispusieron hermanos con cirios, perfectamente uniformados, y entre los que destacó la presencia del hermano mayor de Misericordia, José María Flores, como un penitente más. El cortejo destacó por su sencillez en las formas y la presencia de representantes del Ejército del Aire.

El público, escaso en los primeros momentos por lo temprano de la hora y la insistencia del calor, esperó a la Patrulla Águila en el puente homónimo a la Cofradía, hecho que finalmente no sucedió, aunque dejó una estampa inédita con el sol luciendo entre el colorido del Soho y el dorado de la s andas, mientras el cortejo aprovechaba la brisa marinera que ascendía por la Alameda de Colón para aliviar las altas temperaturas.

A paso granadero cruzó la Alameda Principal y continuó por calle Ordóñez para buscar el centro, mientras la banda interpretaba Santa María de la Esperanza frente a la pensión La Mundial. El cortejo buscaba la sombra, que sorprendió a todos una vez entrada la procesión en calle Larios.

A las 19:00 llegaba el trono a la Catedral, dejando una estampa nunca vista: la del 'Chiquito' bajo las naves del templo mayor y presidiendo una eucaristía tan necesaria como conmemorativa.

Finalizada la misa, el cortejo volvía a ponerse en marcha con los últimos rayos de sol y mayor presencia de público, que aprovechaba la tarde para disfrutar de la procesión. La Agrupación Musical deleitó al público con Nuestro Padre Jesús de la Victoria y Virgen de la Paz en la curva del hospital Gálvez, haciendo una perfecta conjunción entre el trono y la música que podría verse en el próximo Jueves Santo.

En la plaza del Siglo se procedió al cambio de turno de los portadores de trono, que continuaron su discurrir por calles inéditas para la procesión, como Especerías, Nueva y Félix Sáenz, un recorrido que podría ser viable para la Hermandad en un futuro.

Málaga se encontró ayer con el Nazareno de la Misericordia en una jornada plena, llena de luz y buenas sensaciones para una Cofradía de arraigo perchelero.