Tú me enseñas inglés, yo te cocino

Ahora, a los habitantes y trabajadores de la zona del Pepri-Centro de Málaga sólo les hace falta tiempo y voluntad para formar parte de un banco muy particular, un sistema de intercambio de servicios en el que el dinero no tiene validez. La moneda en curso es la hora, que se acumula en la cuenta del que las ofrece y se canjean al recibir la ayuda de otro. Dentro del programa Iniciativa Urbana de Málaga, que se cofinancia con fondos europeos, el Área de Igualdad de Oportunidades de la Mujer, en colaboración del Área de Participación Ciudadana han puesto en marcha esta iniciativa que ya ha tenido éxito en otras ciudades y países. La Asociación Arrabal y la Federación de Asociaciones de Mujeres Ágora gestionan el proyecto.

Fomentar de manera práctica la cooperación y la solidaridad entre familias, entre vecinos, entre personas de distintas generaciones es uno de los objetivos de este Banco del Tiempo, que también quiere ayudar a la conciliación de la vida laboral y familiar. Las posibilidades son infinitas. Se puede intercambiar cuidado de mayores, de niños, acompañamiento para ir al médico, al cine, compras, tareas del hogar, bricolaje, pasear animales, hacer recados, leer a un enfermo, dar clases de idiomas, traducir, pasar apuntes a ordenador, traducciones, tareas administrativas... "Es un intercambio que se basa en la confianza y no se trata de voluntariado puesto que no sólo se da, también se recibe", explicó ayer en la presentación la directora del Área de la Mujer, Gemma del Corral.

Ya está abierta la oficina en la calle Victoria, 11, para que todo el que quiera se inscriba y comience a funcionar este banco en el que ya llevan trabajando sobre un año y medio y en el que se van a invertir hasta 2013 unos 285.000 euros. Carmen Elena Brown, presidenta de la Asociación Así es Colombia, es la inscrita número dos. En su estancia en Inglaterra participó en un banco del tiempo y aquí quiso formar un grupo por el estilo "pero se enfrió la cosa", reconoce. "Yo les di una lista muy larga de servicios, conozco el sistema y considero que cuantas más cosas se ofrezcan mejor va a funcionar". Carmen Elena es profesora titulada de idiomas y aporta sus conocimientos para enseñar inglés y español. "También tengo un coche a disposición de quien lo necesite, me ofrezco a leer a un anciano, para el cuidado de niños y talleres de patchwork, ya que me encanta trabajar con telas", asegura. Lo que demanda, principalmente, es "lo que aquí llamáis un manitas, alguien que me haga un arreglo de fontanería, de mecánica, que me ayude con una chapuza".

"Si funcionaba en Inglaterra donde la gente es más cerrada creo que, con la idiosincracia de los malagueños, también lo hará aquí", estima la presidenta de la Asociación Así es Colombia, que también hace referencia al momento de crisis actual en el que "cada vez la gente se aprieta más el cinturón".

El sistema de uso es fácil. "Los interesados pueden pasarse por la oficina, se les explica bien el proyecto y se les hace una entrevista personal para determinar su perfil", explica María Nieves Gómez, presidenta de la Federación Provincial Ágora. En ese momento exponen el tiempo libre del que disponen y lo que quieren aportar al banco y se les ofrece la relación de ofertas. Para formar parte del banco hay que aceptar unas normas de funcionamiento y un compromiso. "Es un proyecto igualitario en el que se pretenden transmitir cambios de los roles tradicionales", añadió Gemma del Corral. Julio Andrade, por su parte, aseguró que esta experiencia se pretende trasladar a otros distritos malagueños.

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