MIGUEL Ángel Muñoz Bautista (Carmona, Sevilla, 1969) es quien sella el paro por internet en la Palmilla y quien acompaña para ingresar en prisión. Es paño de lágrimas y psicólogo. Por supuesto también el director del colegio Manuel Altolaguirre. Para ganarse el barrio y llegar a ser oído y respetado ha tenido que hacer muchas cosas. La principal olvidar lo que le habían enseñado. Su autoridad en el barrio es tal que periódicamente recibe requiebros de partidos políticos de diferente pelaje. Los 20.000 ó 30.000 votos que hay en la Palma y la Palmilla son un granero apetitoso y él la llave. No solo se niega, sino que apunta con el dedo y señala a la clase política. Indiscutiblemente está harto de la "esquizofrenia pedagógica" que ha llevado a cambiar de planes y de leyes tres veces en cuatro legislaturas.

-¿Hay buenismo pedagógico?

-Sí, pero pienso que es una cuestión que entronca con la política. Llevamos tres leyes en cuatro legislaturas. Eso genera esquizofrenia pedagógica y nos lleva a cargarnos generaciones enteras. Se ha dicho que la Logse no funcionaba y en principio no era mala, el problema es que no se aportaron los medios que necesitaba y con la Lomce pasa igual. La educación es la primera que sufre las consecuencias de una política mal planificada, además la educación en España no se considera prioritaria. Todo esto luego nos lleva al incivismo. Necesitamos políticas educativas que duren por lo menos una generación, que gobierne quien gobierne la mantenga. También sería interesante que se hiciera un barrido para ver qué funciona y qué no porque me extraña que los maestros de esta generación seamos tan malos, cuando muchos llevan muchos años y también enseñaron antes donde, al parecer, los conocimientos eran superiores.

-¿Qué es lo que no funciona?

-Falla todo, pero la educación canta más porque prepara al niño para trabajar y como hay tanto paro se culpa a la educación, pero no creo que sea el único problema, sino uno un conjunto... Solo hay que mirar lo que sucede con la declaración de la renta: aquí se premia el fraude. Y cuando las clases políticas, que supuestamente son los referentes hacen lo que hacen eso, también contamina al ciudadano de a pie que piensa ¿para qué voy a ser legal si mi dinero en vez de repercutir en el bien general se lo va a llevar éste a Suiza?

-O sea, que la educación es un ejemplo de la deriva social

-Fundamentalmente. El problema es cultural y hay que cambiar empezando por los políticos. La política no puede ser una profesión, debe ser una vocación de servicio. El político debería estar un tiempo y después fuera, y que su sueldo sea el que corresponde en su profesión.

-¿Cuánta teoría debe olvidar un maestro que llega a la Palmilla?

-¡Ninguna porque ninguna te ha valido! Para que te hagas una idea. Durante un tiempo en el colegio me llamaban Torrente. Evidentemente a mí nadie me ha enseñado que tenga que ser Torrente en una clase. No es pedagógico y mucho menos ese personaje. Pero cogí la película, hice un estudio de voz y a la primera que me volvieron a decir Torrente ... [imita a Torrente con toda su sarta de palabrotas que pide que no se reproduzcan]. A partir de ahí me pidieron que yo les diera la clase. Acepté con la condición de que si alguien hablaba me iba y se acababa Torrente. Funcionó. Daba Matemáticas, explicaba los quebrados [vuelve a imitar a Torrente: es como si te parto el brazo en tres trozos, ya verás el tercio de brazo que te llevas a casa...] No será pedagógico, pero los aportes pedagógicos innovadores son los que te permiten sobrevivir, te dan resultados y consiguen la atención de los niños.

-Fue su manera de entrar.

-Fue mi manera de sobrevivir. Luego hay otras formas de enseñar... Cambias el vocabulario. Cuando estudias te dicen que tu vocabulario tiene que ser culto, variado, pero si el entorno no es ni culto ni variado tienes que explicar con palabras que ni te imaginabas que existían. Aprendes su lenguaje y dices: barisca y reparte los exámenes. Así que al final aprendes de ellos y utilizas su lenguaje. Cuando usas su lenguaje eres su primo, ya eres algo parte suyo y en ese momento puedes intentar enseñarle cosas que realmente van en contra de su propia supervivencia.

-¡¿Cómo?!

-En mi centro está prohibido pegar, insultar y cagarse en los muertos o en la madre de nadie. Pero eso es lo que se encuentran en la calle. Y en la calle cuando les pasa eso si no pegan o insultan quedan mal, quedan como un maricón chili que no tienes arreos ni valor y eso va en contra de su supervivencia.

-¿Entonces?

-Yo les explico que en caso de que venga un tío a pegarme, yo pego, que eso está recogido en el Código Penal como defensa propia y que solamente cuando es defensa propia se puede utilizar la violencia.

-Para no volverlos locos y no desacreditarse ante ellos.

-Claro porque les dices cosas que no son verdad. Les dices no se roba, pero hay familias que roban para comer. Está justificado o no, pero es para comer y te dicen es que si no, ¿cómo le doy de comer a mi familia? Luego está también la otra parte, cuando te preguntan qué coche tienes y tú dices que uno y pagado a duras penas y ellos te explican que tienen varios y de determinadas marcas...

-¿Sirve lo que enseña?

-Sirve a una minoría. Es como cuando hicimos la cooperativa en clase. Sirve para que si alguno en unos años va a vender al mercadillo se dé cuenta de que existe una figura que es la cooperativa, que tiene unos estatutos, una serie de normas y cuestiones legales que cumplir y que pueden usar. Ten en cuenta que de toda la educación que se imparte si cuantificas la que realmente vale es una pequeñísima parte. Entonces la pregunta de para qué sirve la educación, pues igual que la salud, te da calidad de vida si la quieres usar.

-¿Genera desánimo?

-Tanto como en periodismo, medicina o cualquier otra carrera. Si tienes una vocación fuerte te lames las heridas y tiras. En educación lo importante es la vocación, porque los conocimientos que te da la universidad tienen poco o nada que ver con la realidad. Nadie te enseña qué pasa cuando un niño te contesta, cuando le dices una cosa y no le entra, cuando no hay respuesta de la familia, cuando te cambian los libros de texto y el enfoque cada cuatro años, o qué pasa con las relaciones entre compañeros, con las direcciones cuando son más o menos perras o te tocan inspectores que son hueso o con los compañeros que no hacen lo que tienen que hacer.

-En su colegio se come en silencio, ¿por qué?

-Por salud. No puede comer con 130 ó 140 decibelios. Además el comedor es una herramienta pedagógica. En el Manuel Altolaguirre todo es un conjunto. El niño desde que entra al centro las normas son las mismas. Cuando yo llegué las manzanas volaban hasta los ventiladores, la limpiadora tenía que entrar con un Bulldozer para recoger los macarrones del suelo. Otro problema de los comedores escolares es que los monitores no tienen fuerza, por lo que no pueden callarlos. Por tanto, tienen que estar en silencio desde la base. Además, eso les enseña otras cosas como estar en un restaurante y no elevar la voz.

-En el colegio el tratamiento es don y doña, y se hablan de usted.

-Hablábamos del buenismo pedagógico... El respeto debe mantenerse dentro de un orden y no deberíamos haber perdido algunas cuestiones tradicionales como esta. Cuando entre padres e hijos se gritan ¡oye, que vengas, que me traigas eso...! yo tengo que poner una barrera. Al profesor no le puede tratar así. En el colegio todos nos tratamos de usted: limpiadoras, maestros, cocineras, monitores, todos somos don y doña. Eso es algo que luego también les sirve a los niños a la salida. Deben saber, por ejemplo, que no pueden decir a un policía ¡oye, tú, quítate de ahí!

-Explíqueme por qué tanto interés de los partidos en ficharlo.

-Cuando llevas tiempo te conviertes en un referente. Además, nosotros no paramos, siempre estamos haciendo cosas y además, ejercemos de oficina del INEM, de oficina de reclamaciones, paño de lágrimas, de psicólogos, ayudamos a gente a ingresar en prisión... Ha ocurrido que te vienen porque no quieren ir a la cárcel y les convences, les explicas que tiene que ir, que es mejor a que le pillen por ahí, que si quiere incluso le puedes acompañar, pero que se tiene que portar bien y no montar un lío...

-En los 14 años que lleva en el barrio, ¿han mejorado las cosas?

-Van a peor. Se retroalimentan. Tratamos de romper el absentismo escolar, que las mujeres tomen su parte preponderante en la sociedad, que acaben la ESO... Las gitanas son mucho más inteligentes y trabajadoras que los gitanos, pero también son madres mucho antes. Tienen hijos con 14 ó 15 años, edades en las que no están formadas y todo eso repercute en el barrio. No hay enriquecimiento cultural. Yo tengo ahora en el colegio a los hijos de mis primeros alumnos y antes de jubilarme llegarán sus biznietos. Veo que cada vez tienen más problemas. Los niños que eran malos estudiantes generan hijos malos estudiantes porque les faltan herramientas... Este tipo de colegios se retroalimentan y necesitarían savia nueva.

-¿Hay muchos que salten las fronteras del barrio?

-Muy pocos. Algunos lo intentan yéndose a otros centros, pero el problema no es el colegio. Si nos comparamos con el Moreno Villa o cualquier otro de la zona, nosotros tenemos más medios económicos porque tenemos la compensatoria, tenemos más material, más apoyo de profesorado y los resultados tampoco son peores... El problema es el barrio y no es fácil irse de un barrio como la Palma y la Palmilla donde te puedes encontrar casas por 30.000 ó 40.000 euros o de una patada en la puerta. ¿A dónde vas?

-Al margen de La Palmilla el debate en torno a la educación gira en torno a Religión o Ciudadanía, pero ¿de qué se debería hablar?

-De educación con mayúscula.

-O sea, de...

-De la educación integral, de la formación de la persona en todos sus aspectos no solo en el académico. Matemáticas, Conocimiento del medio... saber dónde está el pico de una montaña... Eso no sirve para nada. Es solo un trabajo mecánico para trabajar la memoria. La educación es mucho más. Educación es escuchar a un político y saber si te está metiendo una bacalá o no, eso es la educación.

-¿Meten muchas bacalás cuando hablan de política educativa?

-¡Hombre, es que venden cosas que no son!

-¿Alguno ha dicho algo que le interese?

-Ninguno, ninguno. La educación se gestiona como si fuera economía. El preámbulo de la Lomce repite un montón de veces la palabra economía y la educación no tiene nada que ver, es algo muy superior. El dinero de la educación no se puede escatimar y hay que hacer leyes que sean serias, profundas y fundamentalmente duraderas, pero claro para eso hay que olvidar los intereses partidistas. Esta no es una cuestión ni de izquierdas ni de derechas, sino lo que hace que un país crezca... Educación es recoger los excrementos de perro de la acera, utilizar las papeleras y no pintar las paredes. Educación es pagar los impuestos y no mangar si eres político... Reducir la educación a la religión es una tontería. En el colegio tenemos tres religiones y ¿por qué no? Tenemos islámicos, católicos y evangélicos, además de la alternativa a la religión, y no hay ningún problema. La democracia tiene que admitir pluralidades, pero ese es otro problema que hablamos mucho de democracia y no tenemos ni puñetera idea de lo que es.

-¿Por qué hay tanto fracaso académico?

-Porque se pierde el sentido. La escuela se está convirtiendo en un almacén de niños. Los padres antes animaban a la lectura, ahora muy poco. Ahora mucha tele y mucho internet...Tenemos las máximas posibilidades de comunicarnos pero nunca hemos estado tan incomunicados.

-¿Ha viajado ya en el Metro de Málaga?

-Sí

-¿Y?

-Es bueno para media ciudad. Me he montado una vez y no creo que me vuelva a montar otra... Entiendo también que es una apuesta que el tiempo lo dirá. Da prestancia a la ciudad pero utilidad me da la impresión de que poca. No es la que tiene el Metro en Madrid o Barcelona. Al final sacarán números y verán si la tiene o no.