Las entrañas de la Merced al descubierto

Las entrañas del antiguo mercado de la Merced han quedado al descubierto como antesala de la que será su mayor transformación en un espacio en el que gastronomía y cultura irán de la mano. Superada la dilatada tramitación administrativa y los parones de la Semana Santa y el Festival de Cine, las obras de remodelación del tradicional zoco han cogido ritmo con las miras puestas en la segunda quincena de julio para que abra sus puertas convertido en un espacio que aspira a ser centro del disfrute de propios y extraños.

Las antiguas instalaciones han sido demolidas por completo. Solamente queda afinar la demolición y ultimar el replanteo para empezar de lleno la radical remodelación del edificio con el que se pretende ampliar la oferta turística de la capital con un sofisticado nuevo concepto. La idea de José Luis Blanco Astigarraga, arquitecto y uno de los promotores de la obra, es que "la gente lo sientan como de ellos" y que arraigue "una nueva forma de preparar la comida, de comer, estar y disfrutar". Sus palabras denotan la ilusión puesta en un proyecto en el que se invertirán alrededor de 1,3 millones de euros y en el que se seguirá dando cabida a los 17 comerciantes que aún quedaban en las antiguas instalaciones.

Esos puestos tienen un lugar reservado en el nuevo mercado e incluso sus dueños podrán abrir a lo largo del mes de junio si lo quieren mientras el resto de las obras se rematan. Los de carne y pescado se alinearán en el lateral que linda con la calle Frailes, mientras que el resto se ubicarán en el lateral que da a la calle Merced esquina con la calle Frailes.

Un área dedicada a los niños y ubicada en el pasillo central será el espacio sirva de separación entre la zona comercial y la gastronómica. Blanco Astigarraga explicó que se colocará una mampara de cristal entre una zona y otra pero que "prácticamente estará abierta", al igual que la que se colocará en sustitución de la fachada actual del lateral de la calle Gómez Pallete donde estarán los módulos gastronómicos y donde se colocarán mesas y sillas en un espacio semidescubierto. "Queremos que la calle se meta en el mercado", explicó el arquitecto.

Serán 32 los módulos, de entre cinco y nueve metros cuadrados cada uno, los reservados para la oferta gastronómica. Cada uno estará dedicado a una especialidad dando prioridad a la comida típica de Málaga y su región. En el nuevo mercado gourmet no habrá cabida para las franquicias, aseguró el promotor. La mayoría son empresas locales, como la Antigua Casa del Guardia cuya presencia en el nuevo espacio ya está confirmada.

A falta de seis módulos pendientes de adjudicar, adelantó que habrá uno dedicados al jamón, hamburguesitas, pescado y marisco, carne a la parrilla, queso y croquetas.

El horario de apertura se irá puliendo a medida que la demanda se defina una vez que el nuevo mercado eche a andar. pero en un principio la idea es que permanezca abierto entre las 10:00 de la mañana y la medianoche de lunes a jueves y hasta las 3:00 de la madrugada durante los fines de semana. Los promotores tienen la intención de cubrir el hueco de los restaurantes de la zona que cierran sus cocinas antes "para que la gente que salga tarde del cine o del teatro tengan un sitio donde poder cenar". Pero también para el ocio porque en el lateral de la calle Ramón Marín está reservado un espacio para organizar actividades culturales y un lugar para tomar copas. También en la acera que linda con esa calle es donde se pretende que los artistas malagueños que lo quieran tengan un espacio donde poder crear y exponer después sus obras.

Sobre el plano está todo pensado y sobre el terreno todo en marcha. Ahora únicamente queda aunar una y otra para que a finales de julio el nuevo mercado sea una realidad. Para la Feria de agosto los promotores de la obra quien que el mecanismo ya esté pulido y echado a rodar con idea de que para la inauguración oficial prevista en septiembre el éxito sea rotundo.