Un equipo para que el parto se disfrute
Hace tiempo que en el Clínico a las embarazadas que acuden a dar a luz dejaron de llamarlas enfermas. Justamente pueden concebir porque son mujeres sanas. Dejar de decirles "enfermas" y pasar a llamarles "mamás" fue solo un cambio en un proceso emprendido por muchos hospitales andaluces de cara a humanizar y naturalizar el parto. Durante los últimos años, los equipos sanitarios han trabajado denodadamente para rebajar el intervencionismo de un proceso natural que concluye con lo más importante en la vida de cualquiera: el nacimiento de un hijo.
Aprovechando la labor realizada en ese sentido, el Hospital Clínico afronta ahora el reto de conseguir una acreditación de Unicef que es máximo reconocimiento a la calidad asistencial en Maternidad y Neonatología: la certificación IHAN (Iniciativa para la humanización de la asistencia al nacimiento y la lactancia). En la provincia, sólo el Hospital Costa del Sol cuenta con esta acreditación.
"Nos hemos metido en este desafío porque ya hay un camino recorrido. Sólo tenemos que ordenar lo que ya hacemos", explica el coordinador de enfermería del área materno infantil de los hospitales Clínico y Regional, Antonio González.
El proceso de certificación puede tardar de cuatro a ocho años y se desarrolla en varias fases. El equipo del Clínico ha iniciado la primera etapa, con la constitución de un comité de lactancia natural y parto humanizado encargado de detectar aquellos puntos que no cumplan los parámetros marcados por Unicef. El segundo paso será la elaboración de un plan para corregir esos apartados. En una fase posterior, el área materno infantil del Clínico se someterá a la evaluación para la certificación de la iniciativa IHAN.
Luz tenue, música de fondo y hasta pelotas ergonómicas para que las embarazadas hagan ejercicios que ayuden al bebé a encajarse para nacer son algunos de los detalles que tienen en cuenta los miembros del equipo del Clínico a fin de que las parejas dejen de vivir el parto como un proceso patológico y lo disfruten como uno de los momentos más importantes de sus vidas. "Intentamos que el parto sea lo más natural posible, pero siempre acompañamos a los padres por si tenemos que intervenir en cualquier momento", sostiene González.
La forma en la que los futuros padres afrontan la llegada de un hijo ha cambiado radicalmente en los últimos años. Generalmente, las parejas llegan con su plan de parto que se les hace en el centro de salud. Allí, los futuros padres plasman sus voluntades frente a este proceso asistencial.
La mayoría de las embarazadas piden estar acompañadas por un familiar y que no se hagan intervenciones extras sin consultarles. Muchas solicitan también un parto sin anestesia, aunque sobre la marcha suelen cambiar esta decisión.
González cuenta que casi todas las mujeres dan a luz en la posición tradicional, aunque ya algunas eligen otras posturas. Siempre los sanitarios respetan la voluntad de los padres en tanto esté garantizada la seguridad tanto de la madre como del bebé. También se ha puesto en marcha de forma experimental la moxibustión, una técnica oriental que consiste en quemar una planta que da calor sobre unos puntos determinados del pie y que consigue milagrosamente que un bebé que viene de nalgas se dé la vuelta.
Otro cambio generalizado en la sanidad pública andaluza es el de no separar al niño de su madre. Antes, tras nacer, el bebé era llevado ante el pediatra para que lo revisara. Ahora es el especialista el que se traslada a la habitación para ver al pequeño.
En definitiva, el equipo del Clínico trabaja para que el parto se disfrute dentro de lo posible. Y ahora, además, para lograr que ese trabajo humanizado y de fomento de la lactancia natural sea reconocido por Unicef.
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