Los 'escraches' también llegan a las empresas

Los trabajadores de ABN Construcciones, ayer, en la calle Sancha de Lara.
Los trabajadores de ABN Construcciones, ayer, en la calle Sancha de Lara.
Ángel Recio Málaga

06 de noviembre 2013 - 01:00

El fenómeno del escrache empezó hace poco más de un año en España cuando ciudadanos particulares iban a actos de políticos o a sus sedes para, de forma pacífica, protestar por la situación económica del país, por la corrupción y, sobre todo, por los desahucios de viviendas. La semana pasada se dio un giro de tuerca cuando el propio PP de Málaga, contra el que fueron dirigidas varias manifestaciones de este tipo, hizo uno a la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, para reclamar el pago de deudas del gobierno regional a varios ayuntamientos. Ayer, hubo una nueva variable, lo que se podría llamar Escrache 3.0., entre empresas en la capital.

Para acosar a los supuestos morosos, las compañías solían recurrir a figuras tan variopintas como el cobrador del frac o personas con disfraces de todo tipo. Sin embargo, una decena de empleados de la firma malagueña ABN Construcción prefirieron ayer dejarse de historias y plantarse directamente en la puerta de la oficina de un supuesto moroso, en la calle Sancha de Lara, para pedir el dinero que presuntamente le deben y que asciende a 30.000 euros.

Pedro Navarro, técnico de ABN, explicó que la empresa se fundó en 2007 y que está especializada en la rehabilitación de edificios y reformas. Pese a que surgieron en plena crisis, Navarro apuntó que les ha ido bastante bien y que, entre otras cosas, han trabajado en la plaza de toros de Fuengirola y en varios edificios del centro histórico de Málaga. Dos obras fueron realizadas a un mismo cliente en las calles Sancha de Lara y García Briz de la capital. Navarro reconoció que el cliente las pagó, pero denunció que les deben las retenciones por un importe de 30.000 euros y que, en el caso de García Briz, ya han pasado dos años. "Siempre nos dan largas para pagar y como hemos visto que es imposible, nos hemos plantado en la puerta de la oficina para ver si, al menos, se les cae la cara de vergüenza", aseguró este empleado que, si bien subrayó que el cobro de esa supuesta deuda no es crucial para el futuro de la empresa, "no tenemos necesidad de estar agobiados cuando tenemos el dinero en la calle". Navarro comentó además que irán todos los días que hagan falta "hasta que pague".

Fuentes de la compañía denunciada dieron ayer otra versión. "A esta empresa se le ha pagado todo y solo quedan unas retenciones, pero es la constructora la que nos tiene que firmar los documentos necesarios de fin de obra", comentaron, a la vez que tildaron la protesta de "absurda".

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