El esperado aluvión veraniego

Turismo

La llegada del verano dispara el público que acude a los chiringuitos de la costa. Los encargados estiman una leve mejoría de la recaudación respecto a épocas anteriores.

El esperado aluvión veraniego
El esperado aluvión veraniego
Borja Díez Málaga

04 de julio 2016 - 01:00

Julio, fin de semana, calor sofocante y playas llenas. El esperado aluvión veraniego ya ha llegado. Miles de sombrillas incrustadas en la arena se suceden como un colorido mosaico romano. Las neveritas, las toallas y las tertulias de playa se repiten a lo largo de todo el litoral. Y también la presencia masiva en los chiringuitos.

Rocío Aguilar, la jefa de cocina del chiringuito Rocamar de Huelin, en la capital, prevé esta temporada una mejora considerable de las ganancias. "Este es el año de verdad, ya se va notando el cambio", asegura Aguilar, que presume de barrio y de los espetos que se cocinan por la zona: "Aquí en Huelin las sardinas valen más caras porque son mucho mejores", afirma.

Juan Gaitán no es tan optimista. El responsable del Merendero Casa José, en San Andrés, cree que la situación no es muy mala, aunque con matices. "Es cierto que cada vez viene más gente, pero siguen gastando igual de poco", declara. No titubea cuando se le pregunta si su local se llena en esta época, aunque aprovecha para lanzar una crítica: "Si en julio y agosto no se llenan los chiringuitos, acabáramos. El problema está en el resto del año", comenta.

La zona de Huelin y San Andrés tiene más público de la ciudad que extranjero. Lola Muñoz, una granadina que se traslada todas las épocas de vacaciones a su casa de El Perchel, lo corrobora: "En estas zonas se ven a muy pocos extranjeros, la mayoría prefiere irse a El Palo o a Pedregalejo".

Tom Dean es la excepción que confirma la regla. Con la piel rojiza por el sol y una gran barricada alrededor de su toalla que ha fabricado a base de latas de cerveza, este inglés de York dice que prefiere esta zona porque la gente es acogedora y es más tranquila.

La hija de los dueños del chiringuito Litoral Pacífico, Mónica Jiménez, asevera que entre sus clientes españoles y extranjeros. "Desde el jueves tenemos llenos los reservados para todo el fin de semana, las cosas van a mejor", manifiesta la joven trabajadora que presume de muy buenas previsiones.

También Jesús Moreno, el encargado del merendero de playa Los Gutiérrez, en San Andrés, se muestra confiado de cada a la temporada estival: "La gente cada vez sale más a menudo a la calle y encima gastan más", apostilla. El empresario se vanagloria de que a su restaurante acude "una alta jerarquía: desde políticos, hasta toreros y futbolistas".

Antonio Pascual cambia todos los junios su residencia diaria en Santander por la de Málaga. Lo hace "por la comida, por la gente y por el tiempo". Incide en que es cierto que hay días horrorosos, "pero son minoría". "En el norte no puedes tomarte una cerveza nocturna en un chiringuito mientras comes pescado frito, esto es envidiable", confiesa.

El presidente de la Asociación de Empresarios de Playa, Manuel Villafaina, tasa aproximadamente en un 10% el aumento de turistas que vendrán este verano a la Costa del Sol. E incide, además, en que la temporada alta de turismo dura nueve meses. "Vamos a tener una década muy buena, demostrando un gran servicio, calidad y precios", expresa Villafaina que sostiene en tono jocoso que no sabe dónde van a meter a tanta gente.

El empresario achaca el aumento de turistas a "la mala situación" que viven muchos países europeos, algunos sumidos en el miedo causado por el terrorismo islamista. "La gente que en los años 90 dejó de venir a Málaga ha vuelto y se va a encontrar con mejores infraestructuras. Antes quizá estábamos obsoletos y la satisfacción será muy alta", explica.

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