La estafa de los billetes tintados
El timo del 'wash-wash' consiste en captar clientes para demostrarles cómo unas cartulinas negras, mezcladas con dinero legal, adquieren las cualidades para parecer auténtico
Captan clientes para enseñarles cómo unas cartulinas negras, mezcladas con billetes de curso legal aportados por la víctima, adquieren, tras un laborioso proceso químico, las cualidades del dinero auténtico. Son los estafadores que operan por el procedimiento que los investigadores conocen como el wash-wash o destinte de las cartulinas negras, uno de los timos más usuales y extendidos, según la información aportada a este periódico por la Policía Local. Sus autores son, principalmente, extranjeros procedentes de África. La estafa da comienzo al presentarse ante empresarios y otros colectivos con un alto nivel adquisitivo como un hombre rico en alguno de los países africanos en los que existe un conflicto bélico. En concreto, se hacen pasar por el hijo de un caudillo o rey caído en desgracia por una guerra o algún empresario petrolero de sus país de origen.
Los hechos que el estafador plantea se basan en que, al producirse un desastre tras un conflicto bélico, cambio de régimen o cualquier otra circunstancia, tuvo que huir de su país, lo que le obligó a sacar todo su capital en efectivo y que para pasar los billetes por la aduana debió pintarlos previamente de color negro. También pueden tener un sello impreso para camuflarlos como divisas.
Así, solicitan al español o al empresario su colaboración ya sea para eliminar el tinte negro a los billetes o bien borrar el sello estampado que traen. Así, le llega a hacer una demostración con un billete negro o sellado sobre cómo se consigue que vuelva a mostrar su estado original. Mediante un líquido y un polvo de color blanco limpian el billete, quitándole el tinte negro o el sello y obteniendo otro auténtico.
En este punto, el estafador le asegura que para limpiar todos los billetes necesita comprar una gran cantidad de ambos productos químicos, que son muy costosos y que, posteriormente, necesitará ayuda para blanquear el dinero y colocarlo en el mercado. Precisa por ello que la víctima le aporte un dinero que después le devolverá multiplicado con creces. Para ganarse su confianza, le dejan la maleta con los billetes tintados.
Los empresarios españoles que caen en este timo y le proporcionan ese efectivo a los estafadores nunca más vuelven a tener noticias de ellos. Siempre huyen sin dejar señas. Las víctimas se dan cuenta de que los papeles están pintados de negro o sin ningún valor simulando ser billetes con un sello estampado. Los únicos billetes de curso legal son aquellos con los que los estafadores hicieron las primeras pruebas a la víctima de la estafa.
En un registro practicado en el domicilio de una empleada de un local en Cruz de Humilladero, que la Policía Local precintó por presunto tráfico de droga, en una operación conjunta con la Nacional hallaron 12 paquetes de billetes negros de distinto tamaño y un sobre con otros ocho. La mujer tiene antecedentes por infringir la ley de extranjería y hurto en varios puntos de la geografía. La investigación sigue abierta.
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