ezequiel navarro. consejero delegado de grupo premo

"Los extranjeros ven a los españoles como gente imaginativa y currante"

  • El consejero delegado del líder mundial en la venta de antenas RFID para fabricantes de coches explica que la economía se mueve en las dos orillas del Pacífico y que Europa está fuera de juego

Afirma que es un hombre con suerte pero es solo la modestia propia de los buenos profesionales. Entró como becario hace dos décadas en una empresa del Parque Tecnológico llamada Predan y hoy en día es su consejero delegado. En este tiempo, la compañía, que forma parte del grupo Premo, se ha convertido en el líder mundial en su sector, tiene varios centros de investigación y fábricas repartidas por el mundo, un millar de empleados y grandes planes de crecimiento para los próximos años. Alegre, sencillo y con una intuición especial para los negocios, Ezequiel Navarro concedió una entrevista a este diario aprovechando una visita a Málaga, pues aunque nació en esta provincia reside en Barcelona.

-Premo es líder mundial en la fabricación de antenas RFID para sistemas de acceso a vehículos sin llave. ¿Qué es eso?

-Hoy en día mucha gente está familiarizada con la RFID porque se usa en el acceso a parkings o en las tarjetas sin contacto de las compañías de transporte o bancarias. Hay un dispositivo electrónico integrado, en nuestro caso en la llave de los coches, que no necesita batería y que se alimenta del propio campo que radia una fuente. Se habla que en 2020 habrá 50.000 millones de dispositivos de RFID conectados a la Red para tener en tiempo real información para gestionar mejor la sociedad en que vivimos.

-Y ustedes tienen un 53% del negocio mundial en el sistema para llaves de vehículos.

-Sí, y creciendo. Uno de cada dos coches fabricados en el mundo llevan al menos un sistema de Premo. También estamos metiendo nuestra tecnología en coches híbridos y eléctricos. Tesla, BYD (el mayor fabricante chino de vehículos eléctricos), varios coreanos y japoneses incorporan además otras tecnologías de Premo en sus coches. No solo antenas.

-¿Y qué hacen para ellos?

-Hacemos transformadores para almacenar y transformar la energía y hemos presentado hace dos semanas en Múnich una nueva tecnología, que hemos patentando de forma mundial, que permite reducir un 66% el espacio necesario para transformar la energía de la batería del coche a corriente para mover el motor eléctrico. Eso es muy importante para los fabricantes porque reduces el peso, aumentas la autonomía y se puede meter más potencia. Tenemos, por ejemplo, un proyecto para 10.000 autobuses eléctricos en China. De aquí a 2026 la mayoría de los sistemas de tracción para autobuses que se van a fabricar van a ser eléctricos porque las ciudades están cada vez más comprometidas por el problema de contaminación y movilidad. Ahora vemos el ejemplo de Madrid.

-Siempre se dice que el lobby de las petroleras no van a permitir que triunfe el coche eléctrico. ¿Qué opina usted?

-El hecho de que Estados Unidos sea prácticamente autosuficiente en petróleo ha cambiado el orden mundial. No solo las petroleras ya no lo frenan sino que muchas de ellas son conscientes de esta ola que viene y están invirtiendo en estas tecnologías. Hay un lobby más fuerte que el de las petroleras, que es el alemán del motor. Los grandes fabricantes alemanes hacían los mejores motores de combustión del mundo y estamos viendo claramente que están cambiando. BMW ha lanzado una campaña de una gama de vehículos híbridos enchufables para competir con Tesla, porque les está quitando mercado en EEUU en el sector de vehículos deportivos de lujo. Volkswagen ha anunciado una gama completa de coches eléctricos y Mercedes acaba de decir que a partir de 2019 introducirá un modelo nuevo cada año.

-¿Cuándo habrá coches eléctricos de forma mayoritaria en el mundo?

-Está creciendo un 28% anual. Este año se han hecho unos siete millones de coches eléctricos. Es aún poco pero se va a ir acelerando. Hay muchas ciudades que se están planteando prohibir los coches diesel y restringir la circulación a los que no sean limpios. Lo que está tirando mucho de nuestra demanda es la regulación. Europa ha regulado de forma restrictiva la emisión de CO2, Corea lo ha hecho aún más y Japón va más allá. Incluso China lo hará a partir de 2020 y EEUU ha reducido sus niveles a menos de la mitad. A partir de 2025 todos los fabricantes tendrán que reducir sus emisiones, por ley, a menos de una tercera parte de lo que hay ahora. Eso implica meter mucha electrónica.

-En Málaga tienen la sede corporativa de Premo. ¿Qué planes tienen aquí?

-Son muy prometedores. En Málaga no solo tenemos la sede corporativa sino el corazón estratégico porque aquí se hace la innovación. Invertimos casi 4 millones de euros cada año en Málaga y estamos incorporando talento, aunque lamentablemente no siempre encontramos el mejor en nuestra universidad.

-¿En qué están trabajando?

-Nuestro campo más fuerte es la RFID para la llave de vehículos y estamos trabajando para que se pueda abrir el coche directamente con el teléfono móvil, pero estamos haciendo muchas más cosas.

-¿Por qué tienen fábrica en China o Vietnam?

-En el mundo se fabrican 103 millones de coches y, de esos, 11 millones se hacen en China o 2,5 en India. En los próximos cuatro años la mayoría del crecimiento viene de países emergentes, básicamente China, de donde viene el 65% del crecimiento de la industria del automóvil, sobre todo de la zona Asia Pacífico. Estamos en Japón, Corea, China y Vietnam por esto. Si miramos el planeta, donde están pasando las cosas es en las dos orillas del Pacífico. Europa está justo al lado contrario, por lo que tenemos que ser capaces de estar muy presentes en esos mercados. En Premo hemos pasado en tres años de 480 trabajadores a 1.000. Hemos incrementado 500 en Asia de los cuales 120 son ingenieros y el resto operarios. Y dentro de un año y medio nos planteamos abrir una nueva fábrica en Myanmar o en México.

-¿Estamos ciegos en Europa ante todo este cambio?

-En China hay muchos fabricantes de vehículos que nadie conoce y la suma de todos ellos es mucho mayor que el mayor del mundo, que es Volkswagen, Toyota o General Motors. Desde Europa, si no estás allí, ni te enteras de ese mercado.

-¿Qué tecnología está por llegar?

-Hay nuevos modelos de negocio. Llegará el coche que contrates a través de una aplicación y te lleve de un sitio a otro conduciendo solo. Nosotros estamos desarrollando productos para esas soluciones para que cuando llegue esa ola ya llevemos varios años dentro de ella. Habrá coches conectados no solo a internet sino al de delante y al de detrás, transmitiéndose información, o a los semáforos.

-Pero lleva ya tiempo hablándose de los coches sin conductor como el de Google pero no acaba de salir al mercado. ¿Cuándo se verán por las calles de forma masiva?

-Se espera que en 2030 la mayoría de los coches tengan asistencia y control autónomo. En 2040 el 50% de los coches serán completamente autónomos.

-Todavía queda.

-Sí, pero se está moviendo.

-¿Qué más está en el horizonte tecnológico?

-Pagar sin dinero a través del teléfono móvil. Ahora estamos haciendo cinco millones de antenas para internet de las cosas y va a crecer mucho más para 2020. Cerraduras, dispositivos personales, móviles, electrodomésticos... Tenemos como cliente a Amazon, que tiene un almacén en el que los robots transportan la mercancía y se comunican entre ellos. El trabajador no va a la estantería sino que es la estantería la que va a la persona con un robot debajo que la mueve. La estantería reconoce a qué trabajador se lo tiene que llevar. De esa forma, si haces un pedido, a los 10 minutos ya hay un robot moviéndolo y por eso te puede llegar en un día o al día siguiente.

-Más trabajadores despedidos entonces. El eterno debate de la máquina y el hombre.

-En lugar de considerarlo una amenaza hay que considerarlo una oportunidad. Recuerdo que a finales de los 90 nos decían que venían los chinos, que vendían componentes muy baratos y que nos iban a borrar del mapa. Nosotros podíamos habernos quedado en Málaga, ser defensivos y a lo mejor hubiéramos desaparecido. Nosotros pensamos que si los chinos iban a vender electrónica necesitarían componentes y nos fuimos a venderles allí. Hay que adaptarse. Volviendo al tema de la tecnología, una curiosidad es que vendemos antenas que se ponen en las hombreras de las equipaciones de todos los jugadores de la liga nacional de fútbol americano en Estados Unidos. Así puedes ver en tiempo real cómo juegan todos, con qué velocidad , su estadística y lo puedes bajar a una consola de videojuegos para que se aplique la característica real al jugador de esa consola, adaptando el mundo físico real al digital. Hay muchos mercados abiertos y trabajamos activamente para desarrollar esos negocios. Por eso hemos visto la posibilidad de comprar compañías en Estados Unidos, pero está siendo un proceso largo porque no encontramos los candidatos adecuados. Por ahora hemos decidido abrir una filial en California, cerca de todos los clientes fuertes de Silicon Valley o San Diego como Tesla, Apple, etcétera. Para internet de las cosas o realidad virtual y aumentada. Todos los grandes están volcados en la realidad virtual y hemos patentado un producto llamado 3DCube. Esta tecnología está completamente desarrollada en Málaga y tiene un potencial tremendo.

-¿Qué competencia tienen?

-No tenemos ninguno grande en Europa. Todos son gigantes norteamericanos y japoneses. Son empresas muy grandes que crecen menos y con menos margen que nosotros.

-Os habrán querido comprar 40 veces.

-Sí. Cada año recibimos varias ofertas, pero nuestros accionistas están muy contentos y no hay intención de vender. Nuestro plan es duplicar las ventas en 2021 hasta los 90 millones de euros. En tres años hemos multiplicado además por tres el valor de la compañía por el aumento del Ebitda. Sí tenemos claro que si nuestros accionistas quieren salir [son mayoritariamente un fondo británico y uno suizo] o sacamos la compañía a bolsa o metemos accionistas financieros. El equipo está muy implicado y motivado y, en principio, no nos cabe en la cabeza venderle la empresa a otra compañía.

-¿Qué imagen hay en el extranjero de la empresa y el directivo español?

-Muy buena. En Alemania, por ejemplo, tenemos clientes que nos piden ingenieros españoles y nos hemos comprometido con ellos a presentarles cada año a 20 o 25 ingenieros de las escuelas de Madrid, Barcelona y Málaga. Ya no piden ni que hablen alemán, con el inglés vale. Nos reconocen como gente imaginativa y currante.

-Centrándonos en Málaga, ¿qué tiene que mejorar?

-Málaga ha evolucionado mucho como provincia y tiene mucho más dinamismo que otras. En mi opinión le falta ambición en el ámbito universitario y de la formación de posgrado. No se corresponden ni con el PIB ni con la proyección estratégica de Málaga. Las líneas estratégicas de Málaga ciudad para vivir, visitar e invertir son adecuadas, pero no veo que estén acompañadas de profesionales, del talento y las empresas formadas para que eso se desarrolle. Me muevo en las universidades de Munich, Zurich, Shangai o Corea y la implicación que tienen con las empresas es enorme. En Málaga la autonomía de la universidad se ha utilizado casi en contra de la sociedad. La UMA se ha convertido en una isla en la que pasan cosas a las que las empresas nos cuesta mucho sacarle partido. Yo dudo mucho que mi hijo vaya a la misma universidad que yo fui (Málaga). Es muy triste, pero es lo que pienso. La UMA está igual o peor que hace 30 años. Yo no he visto el avance. En Málaga se traen muchos gestores de fuera. ¿Qué estamos creando? ¿Oportunidades para los malagueños o para los que vienen de fuera? A mí me gustaría que fueran oportunidades para los malagueños. Por otra parte, el sistema financiero malagueño se ha quedado muy descolgado. La banca internacional ha evolucionado en muchos aspectos y aquí no se ha hecho nada significativo ni audaz.

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