El cuerpo de bomberos de Málaga está de luto por la muerte este pasado viernes del compañero César Quevedo, víctima de un infarto, cuando pasaba unos días de vacaciones junto a su familia en su Santander natal. La noticia ha sido un mazazo para todos los profesionales porque ha sido completamente inesperada y Quevedo era una persona muy querida en el cuerpo. 

Tenía 51 años, previamente trabajó como bombero en Las Palmas de Gran Canaria donde fue felicitado por su actuación en un incendio rescatando a varios niños y posteriormente recaló en Málaga, donde trabajaba en el parque de Teatinos. En la capital malagueña ha participado en centenares de rescates e intervenciones, siendo una de las más destacadas un incendio en una torre de 15 plantas en Ciudad Jardín en 2017 en el que falleció una persona.

Compañeros en señal de luto por la muerte de César Quevedo.

Los compañeros han puesto una pequeña capilla en señal de luto y un gran lazo negro para recordar su figura. Quevedo, que tenía dos hijos de 17 y 14 años, se caracterizaba además por ser un gran deportista. Fue paracaidista, jugó en la cantera del Racing, fue campeón de España de pesca submarina y semiprofesional en ciclismo. Ha sido también presidente del Club de Natación Ciudad de Algeciras y el alcalde de esta localidad gaditana, José Ignacio Landaluce, ha lanzado un mensaje de pésame a la familia. “César estaba íntimamente ligado al deporte algecireño, habiendo sido presidente del Club de Natación Ciudad de Algeciras durante varios años, pero sobre todo era un hombre de buen corazón, comprometido y muy querido por aquellos que le conocían. Esta es una perdida irreparable para la sociedad algecireña, que siempre le guardará en su recuerdo”, ha afirmado el regidor algecireño. 

La capilla que han puesto en el parque de bomberos

Los bomberos malagueños, aún impactados, le recuerdan con mucho cariño. "César era especial porque era muy activo, muy guerrero, luchador y no dejaba a nadie indiferente. Por donde iba se dejaba querer, era muy jovial, no dejaba de hablar ni debajo de agua, rebatía cualquier tema y tenía un corazón muy grande", afirma uno de sus compañeros. 

Varios compañeros se han trasladado a Santander para mostrar sus condolencias a la familia, donde este domingo tendrá lugar su incineración.