El falso mito del vino y la cerveza

La Red de Trastornos Adictivos del Instituto de Salud Carlos III advierte que el alcohol no tiene efectos beneficiosos para el organismo ya que es tóxico, cancerígeno y genera adicción

José Miñarro, Fernando Rodríguez Fonseca y Antoni Gual (de izq. a der.), de la Red de Trastornos Adictivos.
José Miñarro, Fernando Rodríguez Fonseca y Antoni Gual (de izq. a der.), de la Red de Trastornos Adictivos.
Leonor García Málaga

07 de marzo 2015 - 01:00

El grupo de investigación en adicciones más potente de España desmonta un mito: una copa de vino o un vaso de cerveza no tienen efectos beneficiosos para la salud. "El alcohol es una sustancia tóxica, cancerígena y adictiva. Si tomas muy poco, no te hará daño; pero de ahí a que sea bueno es otra cosa. Beber buen vino y poco es menos malo, pero no es bueno. No tiene efectos beneficiosos. La única indicación médica del alcohol es para curar las heridas". Tajante y categórico. Así fue Antoni Gual, jefe de la Unidad de Alcoholismo del Hospital Clinic de Barcelona y miembro de la Red de Trastornos Adictivos (RTA) del Instituto Carlos III.

La afirmación se basa en las investigaciones de la Red y también en un artículo publicado hace una semana en la revista The Lancet. Según los expertos, cuanto menos se beba, mejor. De esa forma desmontan otros estudios que afirman que tomar una copa o dos de vino al día protege de riesgos cardiovasculares. En realidad, según los investigadores, la mejor salud de estas personas no se debe a que beban vino de forma muy moderada, sino a su nivel de renta. "Los pretendidos efectos beneficiosos son inexistentes", insistió Fernando Rodríguez Fonseca, miembro del Instituto de Investigación Biomédica de Málaga.

Los expertos detallaron que el alcohol -sea el vino, la cerveza u otras bebidas- propicia unas 240 enfermedades de la zona de la orolaringe, el esófago o el hígado; incluso, cáncer de mama.

De ahí que los investigadores lamentaran que se "banalice" su ingesta. "Los padres se preocupan porque los hijos se fumen un porro, pero no tanto porque consuman alcohol", añadió Gual. Además, hicieron hincapié en que el alcoholismo en las mujeres es "una enfermedad oculta, olvidada"; lo que provoca que cuando llegan a recibir asistencia, presentan cuadros clínicos más severos.

Los especialistas advirtieron que las adicciones, como estaban asociadas a la marginalidad, eran un tema oculto hasta que se convirtieron en un problema de salud pública.

José Miñarro, catedrático de Biología de la Universidad de Valencia, cifró en un 2% de prevalencia el consumo de cocaína y alertó que aumenta las alteraciones psiquiátricas, como depresión o ansiedad. La Red también llamó la atención sobre las adicciones precoces en la adolescencia ya que son "una puerta abierta" a otras drogas. Además, explicaron que las sustancias tóxicas -aún los legales como el alcohol o el tabaco- tienen un mayor impacto sobre un cerebro que aún está inmaduro. Como ejemplo, indicaron que un fumador que se inicia en el hábito entre los 12 y los 13 años, consume de adulto unas dos cajetillas diarias; mientras que las personas que comienzan de forma tardía sobre los 30, fuman "tres o cuatro" cigarrillos.

Además, indicaron que ya se están detectando casos en los que el inicio en el cannabis es anterior al del tabaco, cuando aquella sustancia puede multiplicar por 2,5 y hasta por cinco, las posibilidades de sufrir una psicosis. Medio centenar de investigadores de la RTA se reunieron ayer en el Hospital Regional para coordinar los proyectos de investigación que se llevan a cabo sobre alcoholismo y adicción a la cocaína.

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