Málaga

El fantasma de la rabia regresa 35 años después

  • Málaga fue el lugar donde se declaró el último foco de la enfermedad en 1975 y dos personas murieron

Hacía 35 años que no se había detectado un caso de rabia en España. El perro contagiado que atacó hace unos días a cuatro niños y a un adulto en Toledo ha vuelto a resucitar una grave enfermedad que ya se creía enterrada y que ha hecho saltar todas las alarmas entre la población después de que el Ministerio de Sanidad activara el jueves el nivel 1 de alerta durante los próximos seis meses, algo que no ocurría desde 1975.

Fue la última vez que se detectó un brote del virus de la rabia en el país y fue precisamente Málaga el foco de esa última infección. Duró unos tres años y en ese intervalo de tiempo dieron positivo a la enfermedad 126 animales, la mayoría perros. Aunque las autoridades sanitarias y veterinarias de la época temieron que el brote terminara expandiéndose sin control entre la fauna silvestre de la provincia porque dos zorros fueron encontrados con síntomas de haber sido contagiados.

Tal fue el impacto de la rabia en Málaga en aquellos años que el presidente del Colegio Oficial de Veterinarios de la provincia, Antonio Villalba, contó a este periódico que se tiene constancia de que dos personas murieron como consecuencia del contagio del virus por la mordedura de un perro. "Uno de ellos era un médico de Churriana al que le mordió su perro sin saber que estaba afectado por la rabia. El animal murió y hasta después no supo que había contraído la enfermedad cuando ya era tarde y no se pudo hacer nada por él", aseguró.

No está claro cuál fue el origen exacto de aquel brote que creó tanta alarma y que fue el primero desde que en 1966 se diera por erradicada la enfermedad en España. Pero Villalba señaló que probablemente se debió a la llegada de un animal infectado procedente de Marruecos, Ceuta o Melilla, como ha ocurrido en el caso de rabia declarado en Toledo, debido a que "Málaga es un lugar de paso para los que llegan desde el norte de África donde la enfermedad no está todavía erradicada".

La falta de control en países como Marruecos y la no obligatoriedad a día de hoy de vacunar a los animales domésticos contra el virus de la rabia en algunas comunidades autónomas es un factor de riesgo, aunque bajo, que ha motivado al Gobierno central a activar el plan de contingencia para el control de la rabia en animales domésticos. Sanidad informó de que únicamente en Ceuta y Melilla se dan casos de forma ocasional en animales importados de Marruecos u otros países del norte de África, a pesar de la implantación del programa de vacunación antirrábica obligatoria y gratuita.

Andalucía fue, según el presidente del Colegio Oficial de Veterinarios, la comunidad pionera en la implantación de la vacuna contra la rabia para los perros, gatos y hurones domésticos en abril de 2010 debido a la cercanía con Marruecos. Desde entonces, se exige poner una vacuna a estos animales a los meses de vida, una dosis de recuerdo a los 28 días y a partir de entonces una anualmente.

No se descartan que aparezcan nuevos casos en las zonas donde se sabe que estuvo el animal con rabia sacrificado en Toledo, pero el veterinario señaló que en el caso de contagio a humanos los tratamientos son "muy efectivos si la enfermedad se detecta a tiempo".

La rabia es una enfermedad causada por virus de la familia Rhabdoviridae, género Lyssavirus, que comprende 13 genotipos diferentes que afectan a animales domésticos y salvajes. La principal forma de contagio a las personas se debe a una mordedura o arañazo profundo de un animal , ya que no se ha observado la transmisión de este virus de un humano a otro.

Los síntomas pueden tardar meses en aparecer en los animales infectados, pero cuando la enfermedad se desarrolla la agresividad y el cambio de comportamiento suele ser una señal de alerta puesto que el virus afecta al sistema nervioso. Lo más importante es la rapidez con la que se actúe una vez que se haya producido el contagio porque, sin tratamiento, se trata de una enfermedad grave que puede provocar la muerte. Para prevenirlo, los expertos recomiendan evitar el contacto con animales desconocidos.

No hay que encender las alarmas, pero sí tener precaución ante la aparición del fantasma de una grave enfermedad que ya estaba olvidada.

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