Cortijo Jurado ha sido durante años una de las localizaciones más recurrentes para acometer rodajes de suspense y terror. Se tratara de cortos de aficionados o de producciones más profesionales, lo cierto es que son pocos los cineastas ligados a Málaga que se han resistido a los encantos de esta construcción, sobre la que además se extiende la leyenda de la existencia de fantasmas, alimentada durante años por estudiosos de lo paranormal en sus libros. El plató idílico tiene, sin embargo, fecha de caducidad desde hace algunos meses, pues el edificio de mediados del siglo XIX va camino de recuperar su aspecto original dejando atrás los únicos espectros que hasta ahora de mostrado de forma manifiesta: la dejadez y la ruina. En la puerta de acceso, la constructora que acomete los trabajos bromea igualmente con la existencia de espíritus con un cartel que reza: "Los fantasmas les hemos dado vacaciones hasta nuevo aviso. Por favor, no entren"

Las obras para la conservación del inmueble, fácilmente localizable en las proximidades de Campanillas, se encuentran ya al 75% de su ejecución, según explican fuentes cercanas a la propiedad, por lo que previsiblemente estarán culminadas antes de que finalice el año. Todo ello después de que la Gerencia de Urbanismo ordenara la consolidación estructural del edificio en varias ocasiones, al estar catalogado como edificio protegido.

Las fuentes consultadas concretan que ya se ha actuado sobre el conjunto de la fachada y que se ha recuperado totalmente. Incluso se han acometido pruebas de color para conseguir una tonalidad lo más aproximada posible a la que lució el exterior del cortijo de forma original. En estos momentos, los obreros se encuentran realizando trabajos de forjado en la entreplanta y en el conjunto de la estructura para procurar una rigidez mayor a la construcción. Finalizados éstos, restará la colocación del tejado a la que se acompañarán algunos detalles más de los elementos ornamentales para dar por finalizados los trabajos.

Sobre el edificio existe un proyecto de construcción de un hotel de lujo objeto de la polémica desde sus inicios. El planteamiento original, que comenzó incluso a forjarse con la construcción de una estructura anexa al cortijo, contemplaba la conservación del inmueble como área de recepción salón social y un establecimiento hotelero de 200 habitaciones. Las mismas fuentes cercanas a la propiedad evitaron avanzar nada al respecto, a la espera de "ver cómo evoluciona", aunque se mostraron esperanzadas en que se convierta en una realidad.

De autor desconocido y estilo ecléctico y neogótico en la capilla, la construcción constituye "el ejemplo más monumental conservado de la arquitectura rural de llanura que utiliza un lenguaje culto para su formalización", según consta en el Catálogo de Edificios Protegidos del Plan de Ordenación Urbanística de Málaga (PGOU), en el que se le otorga un grado de protección arquitectónica de grado II. Según estos datos, la construcción perteneció inicialmente a una rama menor de la familia Heredia "quien en 1925 lo vendió". Durante sus últimos años de uso perteneció a la familia Jurado. La finca aislada tiene una superficie de 1.900 metros cuadrados .