Las farmacias han experimentado en los últimos años una importante transformación. La entrada en vigor hace más de una década de la receta electrónica, los sucesivos decretos para controlar el gasto farmacéutico, la apertura de más de 70 nuevas boticas en la provincia y la aplicación de las subastas establecidas por la Junta de Andalucía para la compra de medicamentos han cambiado estas oficinas tan cercanas y necesarias para cualquier ciudadano.

El Colegio de Farmacéuticos de Málaga ha facilitado una serie de datos que son una radiografía de un sector privado, pero que cumple un servicio público imprescindible. Las cifras precisan que en la provincia hay 680 boticas, lo que supone una oficina de farmacia por cada 2.396 habitantes. La normativa estipula que debe haber una por cada 2.800 y una segunda por cada 2.000 más. En aplicación de esta disposición, pueblos como Villanueva del Trabuco, Alameda y Mollina -que no llegan al doble de los 2.800, pero que superan este número y que sólo tenían una oficina- han sumado la segunda farmacia.

Con la reordenación de los últimos años, se han abierto en la provincia 72 boticas más. Sobre todo en zonas de expansión demográfica del litoral y en los pueblos del interior en los que se ha instalado esa segunda farmacia.

En la provincia hay 1.975 colegiados, lo que supone un 2,8% del total nacional, que es de 71.119. Con este dato, se desprende que la cifra de asociados al Colegio creció de 2015 a 2016 un 1,4% ya que en aquel año era de 1.948 y pasó al siguiente a los citados 1.975.

Es una profesión muy feminizada. "Siempre ha sido mayoritariamente de mujeres", indica el presidente del Colegio de Farmacéuticos de Málaga, Francisco Florido. Exactamente el 64,% de colegiados son mujeres. Un dato similar al promedio autonómico situado en 65,9%.

El porcentaje de asociados al Colegio que están en activo en la provincia es del 75,3%; una proporción algo más baja que la media de la comunidad autónoma que es del 79,5%. La cifra de colegiados extranjeros es baja. Apenas 33 del total de 1.975.

En Andalucía, la mayor parte de los boticarios se dedican a la farmacia comunitaria (8.747), seguido muy de lejos por el trabajo en la Administración y Salud Pública (157) y el sector de la alimentación (121).

Según la información facilitada por la institución malagueña, Farmacia es la tercera profesión sanitaria con mayor número de profesionales colegiados después de médicos y enfermeros. En los últimos cuatro años, a nivel estatal la cifra de asociados a organizaciones colegiales ha experimentado un crecimiento medio del 2,1%. Y otro dato nacional: el 80,1% de los colegiados está en activo, cinco puntos por encima de la media en la provincia de Málaga.