Málaga

La Junta reactiva las obras finales del Metro de Málaga en el tramo Renfe-Guadalmedina

  • Reactivan la obra en Callejones del Perchel y la Avenida de Andalucía tras casi tres años de parón

  • El objetivo, acabar la intervención a principios de 2020

Ocho años y seis meses después de que por vez primera la mano de un obrero del Metro de Málaga tocase Callejones del Perchel la hazaña se repite. Si en aquellos días, a los que sucedieron numerosos contratiempos e infortunios para el mayor de los proyectos en los tiempos modernos de la ciudad, fueron los operarios de la empresa Ortiz los que protagonizaron tan magna aventura, la tarea corresponde hoy a los trabajadores de la unión temporal compuesta por Acciona y Sando. A ellos corresponderá completar la infraestructura que los primeros dejaron a medio terminar, dejando empantanado el ferrocarril urbano y sin conexión posible con el Centro de la ciudad hasta al menos mediados del año 2020.

Su papel se antoja, por ende, trascendental en el presente y futuro inmediato del suburbano, cuya prolongación desde el intercambiador de Renfe hasta la estación Atarazanas (en el lateral norte de la Alameda) multiplicará exponencialmente los beneficios del nuevo medio de transporte. De los cerca de 6 millones de pasajeros con los que se estima cerrará el presente ejercicio, el Metro podrá pasar a mover del orden de 18 millones de viajeros en un año completo. Y ello con apenas sumar a su trazado actual el tramo interminable de El Perchel-Guadalmedina, que ayer mismo se reinició, con 713 metros de longitud (el doble casi por ser un doble túnel), y los menos de 200 metros del Guadalmedina-Atarazanas, en obras desde principios de 2015.

La reaparición de vida obrera en el recinto de la Avenida de Andalucía supone una estampa casi utópica, por tratarse de zona inexplorada desde hace casi tres años. Es justamente ese el tiempo transcurrido desde que Ortiz decidió abandonar la construcción del tramo debido a las desavenencias económicas existentes con la Administración responsable del proyecto, la Junta de Andalucía. Tras un largo proceso de negociación, el acuerdo entre las partes permitió a la Consejería de Fomento reactivar el procedimiento de contratación de una nueva empresa para completar el trazado hasta el antiguo edificio de Correos. Una odisea en toda regla que, al menos en parte, culminó ayer.

El valor de los poco más de 700 metros de recorrido subterráneo es elevado, por cuánto sin su ejecución resulta imposible la llegada de pasajeros hasta el corazón de la urbe, reto fundamental de una infraestructura que, aún menguada por su recorrido parcial, sigue mejorando números mes tras mes. A pesar de ello, y de la elevada consideración que sus usuarios tienen del funcionamiento del Metro, las cifras están en las antípodas de las que se pusieron sobre la mesa en el origen del proyecto, adjudicado a finales de 2004 y cuyo primer cronograma marcaba febrero de 2009 como el momento en que serían inauguradas en plenitud las dos líneas que la componen, que desde el Martín Carpena (línea 2) y Teatinos (línea 1) conectarían con el Paseo de Reding, pasando por la Alameda y el Paseo del Parque. Pero este modelo único degeneró en el actual, que ya no cruza toda la Alameda ni el Parque y que incorpora una pieza aún por desarrollar en superficie hasta el entorno del Hospital Civil.

El día de ayer fue el marcado por la Junta y las adjudicatarias para dar los primeros pasos en la recuperación de la obra del Renfe-Guadalmedina, aunque como en todos los inicios la labor fue más organizativa que de intervención real sobre el terreno. A lo largo de la Avenida de Andalucía, Callejones del Perchel y la Plaza de la Solidaridad apenas se contaban una quincena de trabajadores vinculados al tajo.

Desde la Administración regional informaron de que conforme al programa de trabajos, las tareas a lo largo del presente mes de agosto estarán centradas en las primeras actividades de implantación y organización de todo el dispositivo material y humano que aborda la obra, incluida la asistencia técnica para la dirección de las obras. En concreto, las primeras labores consisten en tomar el testigo de las actividades llevadas a cabo por el anterior contratista, con tareas de comprobación, mediante topografía y catas, de los servicios afectados existentes --desvío y reposición de redes de suministro y saneamiento urbano--; localización de las estructuras acometidas --pantallas ejecutadas y estructura del parking de la Avenida de Andalucía--, e identificación de los restos arqueológicos asociados a la Muralla Nazarí, bajo los Callejones de El Perchel. Igualmente, se está actualizando y ampliando los elementos de inspección de edificios en el entorno de la obra, a través de los dispositivos de auscultación, imprescindibles para el óptimo control en la ejecución de obras subterráneas. Los operarios de la UTE Metro Conexión también están implantando el nuevo vallado de obra y llevando a cabo trabajos de acondicionamiento y limpieza para preparar los diferentes tajos de cara a la ejecución de la infraestructura que resta por acometer.

Desde ayer 19,5 meses por delante para ver culminada la excavación del paso soterrado, la estación que llevará el nombre de Guadalmedina y la reposición urbana de todo el espacio en superficie. A ello hay que sumar la intervención arqueológica que debe acompañar la actuación. Todo ello con un presupuesto inicial de casi 28 millones de euros. Con estos parámetros temporales, podría decirse que esta fase de la actuación puede quedar lista en marzo de 2020. Aunque ello no lleva aparejado el recorrido de los trenes hacia la Alameda, puesto que a la terminación de la infraestructura habrá que sumar otras etapas como las de instalaciones y superestructura. La ejecución de las mismas dilatará algunos meses más la explotación comercial de esta pieza del suburbano, si bien desde Fomento se mantiene que la llegada la Centro tendrá lugar dentro del año 2020.

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