La Fiscalía de Menores de Málaga investiga un supuesto bullying en un colegio de Casares

La Fiscalía de Menores de Málaga investiga un supuesto caso de bullying en un colegio de Casares después de que la madre de la menor denunciara la semana pasada a la Guardia Civil que su hija, de 10 años, sufre "empujones, pellizcos e insultos" de compañeros "de su clase" y que incluso un día la pequeña le dijo que "no quería seguir viviendo". La mujer acusa al centro educativo de "no hacer nada", recuerda que hay niños que se suicidan por el acoso escolar que padecen y se pregunta: "¿Qué van a esperar, tenerla en una caja de pino?"

Por su parte, fuentes cercanas a la investigación indican que el colegio activó dos veces el protocolo por bullying -una el curso pasado y otra éste- y que en ambas ocasiones lo cerró. También apuntan que los Servicios Sociales están actuando por el absentismo escolar de la menor.

Ante la consulta de Málaga Hoy por esta denuncia, el colegio no hizo comentarios y remitió a la Delegación de Educación. A su vez, esta autoridad educativa confirmó que el caso está "en manos de la Fiscalía" e indicó que precisamente por tratarse de un tema de menores que además está judicializado, no podía facilitar más información.

Según la denuncia que la madre puso la semana pasada en el puesto de la Guardia Civil de Casares, "le pegan e insultan a diario" y tiene "pesadillas constantes" en las que la niña dice "no me pegues, no me insultes", tras las que sufre taquicardias. En declaraciones a este periódico, Carmen Yolanda Andrades sostiene que su hija "sufre palizas dentro del colegio", que vuelve de clase "hecha polvo, física y emocionalmente".

La mujer afirma que el acoso comenzó el curso pasado y que como continúa en éste, optó por denunciar, tanto ante el Instituto Armado como ante la prensa. Según las fotos que aportó a la Guardia Civil, la menor presenta "moretones de haber sido cogida por los brazos" o "cardenal, posiblemente de patada en la rodilla izquierda". La madre añade que los ataques físicos y verbales proceden de "cuatro o cinco" alumnos a los que pide "que saquen" del colegio. "Yo no quiero el mal para nadie, pero tampoco para mi hija. Vuelve [de clase] hecha un cristo, con las manos con moretones. Pido que le pongan remedio, no se puede permitir que siga sufriendo bullying en el colegio", reclama.

Por su parte, fuentes de la investigación explicaron que hace un año, el colegio abrió un expediente por el absentismo de la alumna. Poco después, la madre informó al centro del supuesto bullying hacia su hija. El colegio activó entonces el protocolo por acoso, que finalmente cerró al no apreciar indicios. A finales del año pasado, la mujer volvió a comunicar al centro que su seguía sufriendo bullying por lo que éste abrió por segunda vez el protocolo pertinente. Y otra vez lo cerró al considerar que no existía tal acoso. Lo que sí sigue abierto es un expediente por absentismo por parte de los Servicios Sociales.

La progenitora insiste en que los responsables del colegio "no han hecho nada" para atajar la situación y que por eso finalmente decidió poner la denuncia ante la Guardia Civil la semana pasada. En esa denuncia ante el puesto de Casares, concretó los nombres -sin apellidos- de cinco menores. El Instituto Armado, tras su comparencia, puso de inmediato los hechos en conocimiento de la Fiscalía de Menores. Después de sacar a la luz el supuesto bullying en algunos medios de comunicación, este viernes la madre mantuvo un encuentro con una inspectora de la Delegación de Educación. "Ha sido una reunión en la que se defendió a la gente del colegio", se quejó Andrades.

Por su parte, fuentes cercanas al caso señalaron que a lo largo de este proceso del protocolo de acoso, la mujer ha sido citada cuatro veces en el centro educativo y que no acudió. La denuncia de bullying por parte de la madre está ahora en manos de la Fiscalía de Menores y a su vez el expediente por absentismo abierto por el colegio, en las de Servicios Sociales.