Málaga

Otra forma de enseñar, mil maneras de aprender

  • El CEIP Nuestra Señora de Gracia, una de las 53 Ecoescuelas de la provincia, recibió ayer la visita de la consejera

No les hacen falta libros a los alumnos del CEIP Nuestra Señora de Gracia para saber cuándo nacerán las patatas que ayer plantaron en su huerto de invierno. Ya recogieron la primera siembra y siguen mimando sus coles lombardas, coliflores, habas y cebollas. Los estudiantes de sexto son los responsables del cuidado de la tierra, pero en ella participa todo este pequeño gran colegio del barrio de la Victoria. Su huerto escolar es uno de los tantos proyectos que llevan a cabo en el centro, participante en el programa Ecoescuelas junto a otros 52 de la provincia. Este curso escolar, 18.000 alumnos malagueños forman parte de este proyecto europeo que tiene como finalidad impulsar la educación ambiental.

Además de plantar y luego cocinar sus propias verduras y hortalizas, los alumnos reciclan plástico y papel, hacen jabón con el aceite usado y cuidan, no sólo de su colegio, sino también de su entorno, de su barrio. "En verano plantamos pimientos, tomates, calabacines... y no cultivamos sandías y melones porque son plantas rastreras, es decir, que necesitan mucha tierra", dice un alumno de sexto. "No sólo ven de dónde sale, por ejemplo, una zanahoria, sino que al comprobar cómo crece la planta también se trabaja la paciencia en estos tiempos de inmediatez y aprenden a tener una medida distintas de las cosas, además de fomentar la responsabilidad", explica Mercedes, la jefa de estudios.

Pero el Gracia, como todos lo llaman cariñosamente, es más que eso. Son comunidad de aprendizaje, trabajan por proyectos, tienen un grupo de teatro de madres, organizan tertulias, aprenden de forma colaborativa entre todos los cursos y las familias se implican estrechamente en el proceso de aprendizaje. La consejera de Educación, Adelaida de la Calle, visitó ayer este centro que ha conseguido erradicar el absentismo favoreciendo el apego a la escuela.

Maribel Serralvo dirige de forma asamblearia esta escuela diferente. Lo es porque la mayoría de sus alumnos son de compensatoria, proceden de familias con un bajo nivel económico y cultural. También porque una veintena de nacionalidades se mezclan en sus aulas, a veces con una movilidad del 50%. Porque invitan a los mayores a alfabetizarse, a estudiar español o compartir sus conocimientos con sus hijos. Y, sobre todo, porque un equipo de maestros consideró hace 13 años que una enseñanza al uso no era válida para cubrir las necesidades de estos niños.

Unos 170 alumnos de 3 a 12 años pueblan desde primera hora de la mañana este colegio de una sola línea. Algunos explicaron ayer a la Consejera iniciativas tan interesantes como las Puertas regaladas. A cada grupo se le asigna otro y tiene que decorarle la puerta de su clase. Pero no de cualquier manera, sino que es el resultado final de un proyecto en el investigan para dar respuesta a su propia curiosidad. En una de ellas muestran un estudio sobre la producción de CO2 de cada alumno en función del medio de transporte que utilicen para ir al cole. En otra se puede ver la actividad de un volcán y en otra qué es y qué beneficios tiene para la salud el kéfir.

Después de muchos años, el centro ha conseguido que el Ayuntamiento expropie y derribe un edificio ruinoso que taponaba la entrada y lo dejaba cerrado al exterior. Ahora, ese terreno quieren convertirlo en un jardín y todos los niños han pensado en el espacio verde que quieren. También se lo mostraron a la consejera no sin intención, ya que la Junta será la encargada de acondicionar este nuevo espacio ganado para el colegio. Los parques naturales andaluces o el espacio son proyectos que también tienen en marcha. La profesora de tercero explica cómo a principios de curso los alumnos exponen todo lo que quieren aprender y sobre eso se trabaja. "Lo próximo que vamos a ver es si existen las sirenas", dice.

Sin parar de idear, buscando la motivación permanente, escuchando y haciendo a los alumnos protagonistas de su propio aprendizaje, los 15 maestros de este centro se implican con ganas para convertir la necesidad en oportunidad y crear un aprendizaje totalmente provechoso. "Son un ejemplo a extender en Andalucía", consideró ayer la consejera. Destacó también el esfuerzo de integración con el barrio, lo que unido al proyecto de Ecoescuela representa "el modelo de implicación de toda la sociedad en la educación de nuestros niños".

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