"Es fundamental engarzar el nuevo hospital con el acceso al Metro"

JUAN IGNACIO ZABALA. JEFE DE CARDIOLOGÍA PEDIÁTRICA DEL HOSPITAL materno

Le quedan 12 años para jubilarse y confía en que antes de su retiro verá el nuevo Regional y el Metro llegar a ese hospital

Urge a los políticos a que ambos proyectos sean "pronto" una realidad

Zabala con un ecocardiógrafo que permite diagnosticar patologías del corazón de un feto o un adulto y que cuesta unos 130.000 euros.
Zabala con un ecocardiógrafo que permite diagnosticar patologías del corazón de un feto o un adulto y que cuesta unos 130.000 euros. / Fotografías: Javier Albiñana
Leonor García

24 de junio 2018 - 01:33

Cuando Juan Ignacio Zabala habla de los pacientes a los que asiste les dice "mis niños". Y ya ha perdido la cuenta de todos los que ha diagnosticado y tratado. Este cardiólogo pediátrico madrileño formado en el Gregorio Marañón se lió la manta a la cabeza hace 18 años y se vino a Málaga para dirigir esta subespecialidad en el Materno. Asegura que en este tiempo ha sido feliz, tanto en lo personal como en lo profesional. Se nota que le apasiona su trabajo en el que no sólo desarrolla una labor asistencial. También se hace hueco para participar en proyectos solidarios y de investigación.

-¿Por qué Cardiología pediátrica?

-Yo hice Pediatría, pero rápidamente me gustaron las cardiopatías congénitas. Así que desde el primer año de residencia empecé con becas y trabajos dedicados específicamente a Cardiología pediátrica. El último año de residencia lo pasé en Canadá, donde estuve nueve meses. Y luego me quedé de adjunto en el Gregorio Marañón. Empecé a hacer ecografía fetal y lo que más me gustaba eran las cardiopatías congénitas y ya el resto de mi carrera ha sido en Cardiología. En todos los hospitales potentes, la mayor parte de los que hacemos Cardiología pediátrica somos pediatras que nos hemos dedicado exclusivamente a las cardiopatías congénitas.

-¿Estas patologías se pueden diagnosticar incluso antes del nacimiento?

-Sí, nosotros mediante ecocardiografía fetal podemos llegar a un diagnóstico muy preciso sobre las 20 semanas de gestación. Eso nos permite detectar la mayor parte de las cardiopatías congénitas y tomar las medidas para que el parto sea en un medio hospitalario en el que haya recursos para tratar al bebé. Porque los resultados cuando se diagnostica intraútero y todo se prepara, son mejores en cuanto a las complicaciones.

-¿Se pueden prevenir estas patologías?

-No. La mayor parte de las cardiopatías congénitas no sabemos todavía por qué se producen. Hay serie cada vez mayor en la que somos capaces de identificar ciertos genes que se asocian a cardiopatías. Pero la prevención es la que se puede realizar en cualquier embarazo. Evitar los tóxicos, el alcohol, el tabaco y llevar una vida sana.

-Sí se puede hacer algo en el caso de la obesidad infantil...

-Pero eso es otra historia. La obesidad infantil hoy en día en nuestro país es un problema de salud importante. Ya lo tienen los adultos y desafortunadamente se está trasladando a los niños. Es muy, muy importante la prevención. Hay que promover la vida sana, una alimentación saludable en los colegios, evitar bebidas muy azucaradas y con demasiado contenido calórico. Y lo más importante, que los niños realicen una actividad física diaria porque con la revolución de los ordenadores, cada vez los niños hacen menos ejercicio. El niño que haga deporte desde pequeño probablemente será un adulto al que le guste el deporte.

-Hay un Plan contra la Obesidad Infantil, ¿qué más se puede hacer?

-La atención se debe dirigir sobre todo a los colegios que es donde más se puede actuar para fomentar el ejercicio y la alimentación saludable.

-Cuénteme los proyectos solidarios en los que participa...

-La sección de Cardiología Pediátrica y el Servicio de Cirugía Cardiovascular desde hace años trabajamos con diferentes ONG que, a través de la Consejería de Salud, nos remiten pacientes sobre todo el África subsahariana. Son niños con cardiopatías congénitas que en nuestro medio serían fácilmente corregibles, pero que en su medio no pueden acceder a esa reparación quirúrgica.

-¿Cuántos niños ha operado el Materno?

-Suelen venir entre seis u ocho al año. Es muy variable. Y llevamos una década haciéndolo.

-¿Y qué le aporta esta labor?

-Es muy gratificante. Esos niños están gravemente enfermos y su esperanza de vida es muy limitada. Probablemente morirían en pocos años y tendrían una calidad de vida muy mala. Es muy gratificante porque vienen mal nutridos, muy delgados, bastante sintomáticos y cuando se marchan, entre la familia de acogida, que es una pieza fundamental, los cuidados médicos y la intervención quirúrgica, modificamos su vida. Yo creo que ningún paciente de los que hemos intervenidos ha precisado una reintervención.

-¿Cuánto tiempo suelen pasar aquí para la operación?

-Es muy variable, pero en torno a los tres meses. Primero para que se adapten y mejoren un poquito. Luego se hace la cirugía. Y posteriormente le dejamos en torno a mes y medio para que tengan una recuperación completa porque los cuidados que van a tener allí no son los mismos que aquí. Es muy agradable porque son niños que llegan muy mal y se marchan muy contentos. Llegan sin saber español y se van hablando español. Muchos nunca han visto un coche... porque vienen de pueblos sin agua corriente, ni luz... El choque que sufren en muy importante, pero se adaptan rápido y bien.

-¿Les cuesta cuándo se van después de ese tiempo?

-Pero se van al mejor sitio donde pueden estar que es con su familia. Debe ser superemocionante cuando vuelven a casa. De haber dejado un niño malito, delgado; que vuelva con su corazón reparado y con más peso... No somos los únicos que lo hacemos. Muchísimos hospitales, tanto en Andalucía como en España, llevan este tipo de iniciativas porque los cirujanos y los cardiólogos sabemos que es muy importante utilizar los enormes recursos que tenemos en esta pequeña obra de solidaridad que cambia la vida a muchos niños.

-¿Qué tamaño tiene el corazón del niño más pequeño que ha tratado?

-Poco más que una nuez. El rango de pesos ha bajado muchísimo. En ocasiones los cirujanos intervienen a niños de 700 gramos en cardiopatías sencillas. Y cardiopatías más complejas se intervienen alrededor de los 2.000 gramos. Ahí hemos ido bajando mucho los pesos porque tanto las técnicas quirúrgicas como los cuidados postoperatorios han mejorado muchísimo.

-¿Hay más niños prematuros o se sacan adelante niños más pequeños?

-Hay más niños prematuros porque la mujer da a luz más tarde. Además, las mejoras en los tratamientos de los neonatólogos sacan adelante niños que antes no eran viables. Se producen los dos factores.

-¿Cómo han cambiado las nuevas tecnologías su trabajo?

-La Cardiología es una de las partes de la Medicina en la que la imagen es muy importante. Con la ecografía llegamos a un diagnóstico muy preciso. Desde hace poco tiempo tenemos en el hospital ecógrafos con capacidad tridimensional que nos permiten ver ciertas válvulas del corazón para que el cirujano sepa lo que se va a encontrar en quirófano y planifique la operación. Le ofrecemos una visión muy, muy parecida de lo que se va a encontrar en el quirófano. También están los modelos tridimensionales. Con angiotacs y resonancias podemos hacer reconstrucciones tridimensionales [del corazón] que ayudan al cirujano a diseñar la cirugía. Se puede hacer con ordenadores o impresoras 3D.

-¿No es ciencia ficción?

-No, no. Es realidad. Es importante porque cuanta más información tiene el cirujano, más sabe lo que hay que hacer y cuanto menos se improvise, mejor.

-¿La sanidad está tan más como dicen?

-Estamos en un país con una sanidad pública de primer nivel. Es mejorable. Siempre los médicos necesitamos más recursos. Pero nuestro nivel de salud pública es uno de los mejores de Europa.

-Y si pudiera pedir algo, ¿qué pediría?

-Es importante trabajar en la relación entre la atención primaria y especializada. Debemos crear una serie de mecanismos para que la enorme labor que hace la primaria se engrane con la que hacemos los especialistas. Y eso es uno de los retos que tenemos.

-¿El nuevo hospital lo pondría en el Materno o en el Civil?

-No lo sé. Lo que sí estoy convencido es que Málaga necesita un nuevo hospital. Los hospitales actuales datan de hace muchos años; las necesidades han cambiado, las enfermedades han cambiado y los enfermos han cambiado. Málaga es la provincia andaluza que más está creciendo y las proyecciones de futuro son que va a seguir creciendo. Por eso ese hospital tiene que ser una realidad pronto. ¿Dónde? A mí me cuesta ver un hospital cerca del Materno por las complicaciones de tráfico y de accesibilidad de la población en una zona que ya está bastante congestionada con dos hospitales, como son el Materno y el Civil. Estaríamos hablando de unos 3.000 ó 4.000 trabajadores, más los pacientes... A mí me cuesta verlo aquí. En otras comunidades se ha optado por sacar los grandes hospitales fuera de las ciudades, construyendo una accesibilidad fácil al paciente.

-Bueno, está el proyecto del Metro al Civil que mejoraría la accesibilidad...

-Ahí se juntan las dos cosas. El tener un acceso fácil al hospital es fundamental y el mejor acceso es el Metro. Será excelente que tanto el Materno como el Civil tengan un acceso al suburbano. Si construimos un nuevo hospital en esta zona, ese acceso tiene que llegar a la misma puerta del hospital porque muchos pacientes tienen la movilidad limitada. Ambos proyectos deben engarzar porque la accesibilidad del paciente es fundamental.

-Le faltan 12 años para jubilarse. ¿Verá esos proyectos hechos realidad trabajando?

-Creo que nuestros políticos tienen que dar esa respuesta. Sería impensable que las obras del Metro y la construcción del hospital tardasen 12 años. Yo creo que lo veré. Málaga tiene la necesidad de ambos proyectos. En Málaga hay masa crítica y una sociedad civil potente que está exigiendo lo que Málaga desde hace años se merece que es un nuevo hospital y unos accesos a ese hospital de acuerdo con la tecnología y las prestaciones que va a tener. Y hay que integrar hospital y accesos, eso es fundamental.

-¿Qué mejoraría de la provincia?

-Es una provincia bellísima. El interior es poco conocido. Yo lo he ido descubriendo. Tiene una potencialidad turística brutal, de agricultura también. Donde cojeamos es en la industria y la investigación avanzada. Todo lo que sea potenciar industria e investigación va a ser fundamental para el futuro de la provincia.

-¿Qué tiene que reivindicar para su especialidad, la Cardiología pediátrica?

-En nuestra especialidad todavía no hay una titulación reglada por el Ministerio. Son las sociedades científicas las que dan las acreditaciones. Esto no es así en otros países donde es una especialidad de formación reglada. ¿Qué ocurre? Los cardiólogos pediátricos en general están sobre los 50 años y la gente joven está encontrando dificultades para su formación. Entonces se están marchando fuera; a Inglaterra, a Australia... donde consiguen esa formación cobrando. Muchos de esos médicos los estamos perdiendo porque son excelentes profesionales y no vuelven. Yo soy socio fundador de la Sociedad Española de Cardiología Pediátrica; soy el número dos. Llevamos muchos años intentando que el Ministerio acredite a la Cardiología pediátrica como una especialidad porque realmente nos dedicamos a algo muy concreto que implica mucha formación y donde se trabaja con tecnologías muy complejas. Inglaterra, Francia, Italia sí reconocen la especialidad. Es importante que para la gente nueva se establezcan las vías de acceso MIR, como está en otros países. Y no que una vez que acaben Cardiología o Pediatría se tengan que marchar uno o dos años fuera a acabar de formarse.

Comprometido con proyectos solidarios

Juan Ignacio Zabala es madrileño. Se formó como pediatra en el Gregorio Marañón, donde trabajó como adjunto. Desde entonces le interesaron las cardiopatías congénitas. El último año de su residencia lo hizo en Canadá y se subespecializó en Cardiología pediátrica. Desde 2002 es el jefe de ese área en el Materno. Le gusta leer novela histórica, ensayo; viajar y caminar. Es un profesional comprometido con proyectos solidarios que, con el apoyo de la Consejería de Salud y el trabajo de un equipo multidisciplinar, ha curado ya a cientos de niños de países pobres que han sido operados en el Materno.

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