El futuro de la histórica Inmobiliaria Echeverría pende de un hilo

Ha presentado el plan de viabilidad y aún no tiene el apoyo necesario del 51% de los acreedores

Las oficinas de la sede central de la compañía en Teatinos están a la venta para obtener liquidez.
Las oficinas de la sede central de la compañía en Teatinos están a la venta para obtener liquidez.
Ángel Recio Málaga

13 de abril 2015 - 01:00

El futuro de Inmobiliaria Echeverría, una constructora emblemática malagueña fundada en 1959 y que da nombre incluso a una barriada de la capital, está en el aire. La empresa está en concurso de acreedores desde mayo de 2012 en el Juzgado Mercantil número 2 de Málaga y acaba de presentar un plan de viabilidad que contempla, entre otros aspectos, una quita del 25% de la deuda y un plazo de devolución de siete años a los acreedores.

La Junta de Acreedores está convocada para el 6 de mayo y, por ahora, Echeverría tiene un serio problema ya que no cuenta con el apoyo necesario de, al menos, el 51% de los créditos ordinarios. El Banco Santander representa el 36,6% de esos créditos, por un importe de 2,4 millones de euros, y, por el momento, no acepta el plan presentado por la empresa. Se da además la circunstancia de que el segundo principal acreedor, que posee el 21,7% con un montante de 1,44 millones de euros y que fue partícipe de la sociedad Proyecto Trinidad, está, según explica a este diario Tomás Zulueta, presidente de Echeverría, "ilocalizable". Dicho de otra forma, Echeverría no dispone, a menos de un mes para la celebración de la junta, del apoyo del 58% de los acreedores y, si se mantiene esa tendencia, la empresa tendrá que ser liquidada, poniendo así fin a 56 años de historia.

Zulueta reconoce que la situación es "desesperada" y no entiende que Santander no apoye el plan de viabilidad presentado, pues señala que es "realista y prudente". Este diario se ha puesto en contacto con el banco Santander, pero han declinado realizar cualquier declaración sobre esta materia.

La deuda completa de Inmobiliaria Echeverría roza los 50 millones de euros. De esa cantidad, 6,6 millones de euros corresponden a créditos ordinarios y sus titulares son los que votan si se aprueba o no el convenio y, por tanto, si la empresa sale adelante o se liquida. La compañía ha propuesto una quita del 25% del importe de la deuda de cada acreedor y una devolución en un plazo máximo de siete años desde la aprobación del convenio. Para el primer pago, Echeverría se compromete a abonar el 10% del total de cada crédito dividido en dos partes: un 5% a los cuatro meses de la firma del convenio y el 5% restante al año. Luego habrá otros seis pagos más a razón de un 15% de la deuda cada uno.

Zulueta subraya que "tenemos patrimonio, pero lo que nos falta es liquidez. Con este plan de viabilidad se posibilita que la empresa siga funcionando y se vuelva a contratar empleados". En estos momentos, Echeverría cuenta con sus dos consejeros delegados -Tomás y Josefa Zulueta- y tres empleados y están sin cobrar la nómina desde enero de 2014.

La política de la empresa ha sido comprar grandes bolsas de suelo para construir barriadas. En estos momentos, según señala en el plan de viabilidad, poseen en cartera suelo en Teatinos -donde ya ha levantado 500 viviendas y oficinas y tiene además cinco parcelas para construir otras 400 viviendas y oficinas- y en Algeciras -queda por realizar una tercera fase de 88 viviendas-. Esos suelos los tiene, en garantía hipotecaria, Cajamar por 26,6 millones de euros y Caixabank por 1,3 millones de euros. Zulueta afirma que su valor de mercado es el doble y que están a la venta, pero que aunque ha habido inversores interesados no se ha cerrado ninguna operación. La intención de la compañía es promover ella misma ambos suelos si consigue salir del atolladero.

Para obtener liquidez también prevén en su plan desprenderse de otros activos que no consideran estratégicos como sus oficinas "claramente sobredimensionadas", locales comerciales, aparcamientos y trasteros. A eso hay que sumarle que tienen 66 viviendas a la venta en Mijas, con las que podrían ingresar 9,1 millones de euros. "Con el dinero de las viviendas podríamos pagar a todos los acreedores pero hay que tener en cuenta que no se van a vender todas de golpe", añade el presidente y consejero delegado. Esa promoción en Mijas está libre de carga y con su venta Echeverría obtendría liquidez completa. En un escenario "pesimista" terminarían de vender todo en 2029. Este año aún no han conseguido vender ninguna vivienda, aunque prevén comercializar dos en breve.

Las causas que llevaron a Echeverría al concurso fueron, según afirman en el plan, que en 2007 se encontraban inmersos en "plena realización y finalización de proyectos con una fuerte inversión y financiación". Vendieron sobre plano el 80%, pero la falta de créditos provocó que no se escriturara ni el 50%. La "caída brutal" de los ingresos previstos provocó una falta de liquidez, a lo que se le añadió "el cierre de la financiación a corto y largo plazo" por parte de los bancos.

A finales de 2008 vendió activos y canceló una deuda que tenía de 13 millones de euros. Posteriormente pidió 30 millones a Cajamar para garantizar la liquidez tres años y le concedieron 20 millones. Unido a unas ventas de 15 millones, logró aguantar el tirón de tesorería hasta finales de 2010. Durante 2011 "la compañía buscó alternativas con Cajamar para darle solución a la falta de liquidez (que no de activos) que la compañía comenzaba a tener". No lo consiguieron y presentaron el preconcurso a finales de 2011 y el concurso en mayo de 2012.

Echeverría, gestionada ahora por la tercera generación familiar pues fue fundada por el abuelo de Tomás Zulueta, ha construido 20.000 viviendas en el último medio siglo en las barriadas malagueñas de El Palo, Gamarra, Huelin o Teatinos, así como en Almería, Mijas o Algeciras. El 6 de mayo se conocerá cuál es el futuro de esta compañía. Si se aprueba el convenio tendrá opciones de sobrevivir y si no se liquidarán los activos y desaparecerá.

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